La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

El poder del narcotráfico.

Por Laura Etcharren.

El tiempo pasa, el narcotráfico crece, las maras proliferan y las sociedades asisten a un proceso de descomposición paulatino. Un recorrido por algunos de los países comprometidos.

Cuestiones técnicas (Poder y narco)

Las sociedades asisten a un proceso de descomposición social paulatino que necesita una urgente intervención socio comunitaria, además de gubernamental. El orden social establecido se encuentra en jaque. Porque además de los imponderables de la vida y el delito común, los países de América Central se encuentran condicionados en sus modos de vida por la existencia de las maras y su vínculo con el narcotráfico.

América Latina no escapa a esta situación de violencia e impunidad que conlleva dicha actividad. Actualmente, el narcotráfico ha trascendido el crimen organizado. Se ha vuelto una cultura que posee sus propios usos y costumbres y que en el caso particular de México, otorga un margen de utilidad mayor que las exportaciones de crudo en un año petrolero.

La presencia del narcotráfico, sus recursos y estructuras; la fronteras como zonas liberadas; el tráfico de personas, armas y contrabando, conforman una industria multinacional. Todo dirigido y digitado por maras entrenadas militarmente y ex integrantes de los ejércitos de elite.

Así pues, frente al escaso poder que tienen los Estados para controlar el problema, aparece un poder paralelo. El poder del narcotráfico. Desde las cárceles, los narcos dirigen la guerra de la droga. Y mientras ello sucede, las autoridades continúan fracasando en su lucha contra el terrorismo. El cual, por supuesto, se encuentra íntimamente relacionado al narcotráfico y al crimen organizado.

El poder que los narcotraficantes poseen detrás de los muros se despliega hacia el afuera. Los lideres de las bandas, organizan desde los penales todas aquellas movidas que deben llevar adelante quienes se encuentran afuera. Porque la actividad del narcotráfico, jamás se detiene. Y para que las órdenes puedan librarse sin trabas, existe un arreglo entre los narcos y los supuestos guardia cárcel. Con lo cual, se sobreentiende que no existen penales de alta seguridad.

Tal vez, los haya en términos teóricos y de infraestructura pero si los encargados en mantener el orden entablan alianzas con los criminales, la extrema seguridad se diluye automáticamente. Tanto es así, que:

“El periodista Jorge Carrasco -investigador de las redes del narcotráfico- advierte de que la libertad de acción de los cabecillas encarcelados es posible gracias a la corrupción que impera en la capa intermedia de funcionarios, incluidos los directores de los penales que son cooptados por los delincuentes."

El comercio de drogas ilícitas es un negocio global de dimensiones multimillonarias. Según datos de la ONU, existen aproximadamente más de cincuenta millones de personas en el mundo que consumen regularmente heroína, cocaína y/o drogas sintéticas.

Por su parte, otros tantos millones de personas se encuentran vinculadas a la producción, tráfico, distribución y venta de drogas. O sea, existe esta actividad delictiva porque es redituable. Y si es redituable es que existen personas que dependen de estas sustancias para vivir, aunque sea, insanamente y en otros casos, para cometer todos aquellos ilícitos que no cometerían si no fuera bajo los efectos de los estupefacientes.

El negocio de la droga se encuentra sujeto a las leyes de la oferta y la demanda. A mayor demanda, mayor producción; cuando la oferta excede la demanda, bajan los precios y viceversa. Redondeemos, cuando hay escasez de materia prima, ya sea hoja de coca, opio o marihuana, los precios aumentan; si hay mucha, los precios bajan.

Cabe destacar, que los productores, sean campesinos en la región andina o fabricantes de drogas sintéticas en Europa o EE.UU., siempre intentan minimizar los costos y maximizar las ganancias. Entonces, la droga, ejerce un poder humano, económico y bélico. De ahí, la inseguridad en la que se hayan insertas las poblaciones.

México

Enfrentamientos entre sicarios y maras rivales se suceden a diario en los distintos municipios mexicanos víctimas de la mafia de la droga. Los procesos migratorios contribuyen al incremento de un circuito complicado en el cual se encuentran involucrados, entre otros, niños y mujeres.

Éstas últimas suelen ser utilizadas como señuelos o como transportistas de estupefacientes. En la jerga del narcotráfico son más conocidas como mulas y representan un porcentaje importante de los homicidios cometidos por las maras. Las dimensiones adquiridas pueden ser insospechadas para el común de las personas.

No obstante, para los investigadores era algo que debía preverse, ya que se vienen observando nuevas modalidades que representan la evolución del narcotráfico. Negocio que se ve favorecido por la globalización; los avances tecnológicos; los conflictos armados en la frontera de Colombia y Ecuador; y por las pandillas ubicadas Chicago y el resto de América Central.

Toda una hoja de ruta diagramada que los narco deben seguir para que el negocio se concrete exitosamente. Es por ello, que los límites no existen. De lo contrario, no se hubiese gestado la alianza entre algunas maras y narcotraficantes contra ex zetas, por ejemplo.

Una alianza que desató una guerra narcótica despiadada para proteger sangrientamente la ruta que lleva la droga de Sudamérica a Estados Unidos.

Héctor Camilo Sánchez Beltrán -Investigador del Departamento de Clínicas de Salud Mental del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara- entiende que la mara Salvatrucha ha trabajado en el desarrollo de un plan de infiltración a través del cual ha instalado centros de operación en el Pacífico mexicano con el objeto de facilitar el tránsito de centroamericanos a Estados Unidos.

Además de una ruta para el narcotráfico, esta mara traza una ruta para el tráfico de personas e incluso, para el “libre” paso de las mismas.

Los episodios de violencia que emanan de los zetas o maras, se van expandiendo por los distintos municipios mexicanos a punto de tal de crear una narcoviolencia. Es decir, la violencia del crimen organizado va tomando rasgos cada vez más característicos. El diario El Universal plantea, por un lado, que las maras van copando más territorios mediante el empleo de actos terroristas y por otro lado, que la lucha contra el narcotráfico es un fracaso debido a la inoperancia de los jueces que desempeñan mal su tarea.

Finalmente, México representa el centro de tránsito y distribución de la mayoría de las drogas que entran en EE.UU., incluido el 60% de la cocaína. Y las rutas y métodos de transporte cambian constantemente. Un día pueden ser paquetes arrojados desde un avión o transportados en lanchas rápidas y en otra ocasión, cargados por niños emigrantes ilegales. (BBC Mundo)

Colombia

Según la Organización Mundial de la Salud, el número de homicidios anuales con armas de fuego en América Latina es tres veces mayor que la media mundial. En los últimos años, la violencia se convirtió en la principal causa de muerte entre los latinoamericanos.

Lo cual, tiene íntima relación con el narcotráfico y el crecimiento del crimen organizado como distintas vertientes de la descomposición social. Tales razones, contribuyeron a que las ciudades latinoamericanas se hayan convertido en las más insegura del mundo.

La narcoviolencia que deviene del narcotráfico, contribuyó al aumento de la criminalidad, generando corrupción e inestabilidad en los gobiernos de turno. El tráfico de droga y su consumo se imponen estableciendo nuevos órdenes sociales. Modificando las formas de actuar, pensar y sentir de las sociedades.

Países del Caribe y Centroamérica se convirtieron en puntos estratégicos. No sólo para el paso de la droga sino también para el refugio de individuos que lideran redes de prostitución, tráfico de personas, falsificación, desviación de mercancías y otras actividades delictivas.

Según el Banco Mundial, la violencia delictiva le cuesta a América Latina más de 30.000 millones de dólares anuales. En Colombia las pérdidas relacionadas con el crimen representan al 13% del PBI si se suma el gasto militar y policial. La violencia se presenta entonces como una forma de vida de carácter epidémico en América.

Concentrada mayormente en las áreas urbanas más pobres, la violencia tiende a coptar menores de edad, incitándolos, entre otras cosas, al consumo masivo de alcohol y drogas. Por su parte, el problema del narcotráfico en Colombia es absolutamente complejo. Entre otras cosas, porque Colombia, es el mayor traficante de hoja de coca, pasta base y cocaína. El narcotráfico ejerce un poder extremo que modifica toda la estructura de una sociedad.

Desde los años setenta, Colombia es el principal país productor y exportador de cocaína en el mundo. “Para algunos especialistas la economía colombiana misma depende ya en cierta medida de los ingresos del narcotráfico, en especial las cuentas externas. Los carteles de la droga se han fortalecido porque han logrado infiltrarse en la estructura política del país.”

Haití

Haití se ha convertido en una importante vía de tránsito de los envíos de cocaína por el Caribe. Ubicado cerca de Colombia ha sido adoptado como plataforma caribeña para los envíos de cocaína colombiana hacia EE.UU., especialmente hacia Miami. La falta de un gobierno efectivo, hace que el problema se aún, más incontrolable en éste país.

Brasil

También se encuentra absolutamente comprometido en el problema del narcotráfico. Los sucesos de San Pablo son una prueba de ello. Desde las cárceles se digitan operaciones y la guerra de la droga es, en algunos poblados, mucho más sangrienta. Los enfrentamientos entre pandillas son cada vez más frecuentes en las favelas, con saldos de decenas de muertos y heridos todas las semanas.

Los soldados del narcotráfico en Brasil no saben ni leer ni escribir pero manejan armas como si fueran juguetes. En su mayoría, no superan los diez años de edad y emergen de la violencia que se vive en las favelas y otros barrios carenciados. “Sólo en Río de Janeiro constituyen un ejército de alrededor de 10.000 pequeños soldados que prácticamente no saben ni leer ni escribir, pero han sido entrenados en el uso de todo tipo de armas, a veces, incluso pesadas.” (Elizabeth Peger; Nuevo Digital)

Según informes, los niños reciben como pago el veinte por ciento de la droga que deben vender. Generalmente la cocaína que le dan los narcos como forma de pago no es comercializada sino consumida por ellos mismos.

Algunas consideraciones finales

El conflicto que el narcotráfico trae a las sociedades es de absoluta relevancia. Evidencia la carencia de resoluciones por parte de las autoridades, además de manifestar una descomposición social agudizada en la pos modernidad. Una pos modernidad unida a un desencantamiento del mundo.

Desencantamiento que contribuyó a la creación de un espacio más sofisticado para la destrucción del tejido social como producto de la colocación del individuo en el centro de la escena. Así, las ansias de poder emergentes de la racionalidad, la intelectualidad y los avances tecnológicos se apoderaron del ser generando una vorágine de actividades delictivas. El narcotráfico. Actividad que al mismo tiempo que opera como destructiva del colectivo social, se presenta como redituable y constructiva de un sector de poder vinculado a las mafias existentes en los distintos países del mundo.

Centroamérica, es una de las regiones más comprometidas. Habitada por maras y narcotraficantes, la sociedad centroamericana se debate entre la vida y la muerte ante la presencia de los carteles de la droga que realizan alianzas con mareros y ejércitos de elite. Ante el desencantamiento social, maras y narcos encuentran el encantamiento de la violencia y la delincuencia como un espacio de expresión y toma de poder.

Vulnerando la seguridad y la tranquilidad de las regiones, se desplazan por el camino del delito. Haciendo abuso de las zonas liberadas y marcando las rutas para un tráfico redituable, aunque peligroso y conspirativo. Finalmente, al tiempo que las sociedades comienzan a transitar paulatinamente el camino de toma de conciencia para iniciar un verdadero plan de lucha contra estos grupos de poder; éstos, aprovechan la descomposición social vigente para continuar propagándose y seguir acumulando poder.

Ver nota: Toma de conciencia: https://bolinfodecarlos.com.ar/130806_maras.htm

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