Bolinfo Under del 23 - 09 - 2012 |
Cuidado.
La prevención tiene un límite, hay que encontrar el equilibrio. Mi tío Poroto se encontraba bien de salud, hasta que su mujer, mi tía Porota, a instancias de su hija, mi prima Tota, le dijo:
-Poroto, vas a cumplir 70 años, es hora de que te hagas una revisión médica-
-Y para qué?, si me siento muy bien-
-Porque la prevención debe hacerse ahora, cuando todavía te sentís joven-, contestó mi tía. Por eso mi tío Poroto fue a consultar al médico. El médico, con buen criterio, le mandó a hacer exámenes y análisis de todo lo que pudiera hacerse y que la obra social pagase.
A los quince días el doctor le dijo que estaba bastante bien, pero que había algunos valores en los estudios que había que mejorar. Entonces le recetó Simgras Grageas para el colesterol, Bobex para el corazón, Diabetol Plus para prevenir la diabetes, Total Vitaminol, complejo vitamínico, Abajopres para la presión, Alergicatel para la alergia. Como los medicamentos eran muchos y había que proteger el estómago, le indicó Omeopancex.
Mi tío Poroto fue a la farmacia y gastó una parte importante de su jubilación por varias cajitas primorosas de colores variados. Al tiempo, como no lograba recordar si las pastillas verdes para la alergia, las debía tomar antes o después de las cápsulas para el estómago, y si las amarillas para el corazón, iban durante o al terminar las comidas, volvió al médico.
Este, luego de hacerle un pequeño fixture con las ingestas, lo notó un poco tenso y algo contracturado, por lo que le agregó Nervocalm y Aflojex Max. Esa tarde, cuando entró a la farmacia con las recetas, el farmacéutico y sus empleados hicieron una doble fila para que él pasara por el medio, mientras ellos lo aplaudían. Mi tío, en lugar de estar mejor, estaba cada día peor.
Tenía todos los remedios en el aparador de la cocina y casi no salía de su casa, porque no pasaba momento del día en que no tuviera que tomar una pastilla. A la semana, el laboratorio fabricante de varios de los medicamentos que él usaba lo nombró "cliente protector" y le regaló un termómetro, un frasco estéril para análisis de orina y una birome con el logo de la empresa.
Tan mala suerte tuvo mi tío Poroto, que a los pocos días se resfrió y mi tía Porota lo hizo acostar como siempre, pero esta vez, además del té con miel, llamó al médico. Este le dijo que no era nada, pero le recetó Gripedin Dúo y un antibiótico, Sanaxidal.
Para colmo, mi tío Poroto se puso a leer los prospectos de todos los medicamentos que tomaba y así se entero de las contraindicaciones, las advertencias, las precauciones, las reacciones adversas, los efectos colaterales y las interacciones médicas. Lo que leía eran cosas terribles. No sólo se podía morir, sino que además podía tener arritmias ventriculares, sangrado anormal, náuseas, hipertensión, insuficiencia renal, parálisis, cólicos abdominales, alteraciones del estado menta l y otro montón de cosas espantosas.
Asustadísimo, llamó al médico, quien al verlo le dijo que no tenía que hacer caso de esas cosas porque los laboratorios las ponían por poner.
-Tranquilo, Don Poroto,
-No se excite- le dijo el médico. mientras le hacía una nueva receta con Antideprezol Forte Supositorios. En ese tiempo, cada vez que mi tío cobraba la jubilación, iba a la farmacia donde ya lo habían nombrado cliente VIP.
Esto lo hacía poner muy mal, razón por la cual el médico le recetaba nuevos e ingeniosos medicamentos. Llegó un momento en que al pobre de mi tío Poroto las horas del día no le alcanzaban para tomar todas las pastillas, por lo cual ya no dormía, pese a las cápsulas para el insomnio que le habían recetado. Tan mal se había puesto que un día, haciéndole caso a los prospectos de los remedios, se murió.
Al entierro fueron todos, pero el que más lloraba era el farmacéutico. Aún hoy, mi tía Porota afirma que menos mal que lo mandó al medico a tiempo, porque si no, seguro que se hubiese muerto antes.
Punta del Este. Playa Brava. Parada 3. Temporada de verano.
Una gran ola, cubre parte de la playa y se lleva a un chico que estaba allí, jugando con su palita. Su padre Samuel, desesperado, deja de jugar Burako y corre hacia la orilla, mira al cielo y se dirige directamente a Dios:
-"Dios mío... soy yo, Samuel, no podés hacerme esto a mí... no podés llevarte al nene... yo siempre he sido un buen judío, observante, ayuno, cumplo todo lo que dice la religión, al pie de la letra, no podés hacerme esto Dios... te pido por favor!!! Voy a Hebraica y a Macabi, colaboro con la comunidad... por favor!!!.. devuélveme a mi hijo... tráelo de nuevo junto a mi..."
En ese momento, un rayo rompe el cielo de Punta del Este, un estruendo silencia a los veraneantes... sin duda, es una señal de Dios para Samuel... Una nueva ola llega desde el mar... y regresa al niño a la orilla... Samuel es testigo del milagro, su amado hijo ha vuelto... Entonces, con lágrimas en los ojos, vuelve a mirar al cielo y a comunicarse con el Supremo:
- ¿Y la palita?...
El Muro de las Lamentaciones
Una reportera de CNN escuchó hablar de un anciano judío que había estado yendo a orar al Muro de los Lamentos durante muchos años, todos los días, sin faltar uno. Así que fue para allí a comprobarlo. Identificó al hombre fácilmente mientras se acercaba al Muro de los Lamentos.
Lo observó mientras oraba. Después de 45 minutos y cuando el viejito se estaba dando vuelta para irse, ella se acercó para hacerle una entrevista.
"Discúlpeme, señor. Soy Rebecca Smith, reportera de CNN. ¿Cuál es su nombre?".
"Morris Fishbein," respondió el hombre.
"¿Cuánto tiempo ha venido usted, señor, al Muro de los Lamentos?".
"Alrededor de 60 años".
"¡60 años! ¡Es asombroso! ¿Y por quién ó por qué reza?".
"Rezo por la paz entre cristianos, judíos y musulmanes.”
“Rezo porque terminen todas las guerras y los odios entre la gente.”
“Rezo para que los niños crezcan como adultos responsables, amando a sus semejantes".
"¿Y cómo se siente usted después de estos 60 años?"
" Como si le hubiera estado hablando a una pared "
Cortitos
Va un campesino al confesionario justo cuando el cura está comiendo. Entonces el señor dice:
Padre, he pecado...
Y el cura responde:
No, e pollo.
Estaba un sacerdote celebrando una misa y dice:
¡Alabad, hermanos!
Y una señora agrega:
Y a planchad también, que siempre les toca a las hermanas.
Un hombre llega a una Iglesia y le pregunta al padre:
¿Usted aparta las mujeres de la mala vida?
Y el padre le dice: Si, hijo.
Y el hombre le responde:
¡Por favor, apárteme dos para este sábado!
En una clase el maestro pregunta a sus alumnos qué quieren ser de mayores:
Dime Roberto.
-Ingeniero, maestro.
-Y tú Carlitos?
-Bombero.
-¿Clara, y tú?
-Yo quiero ser mamá.
-Muy bien Clara, ¿Y tú Pepito?
-¡yo quiero ayudar a Clara para que sea mamá!
En la clase de Biología la maestra pregunta:
-Pepito, nómbrame un mamífero que no posea dientes.
-¡Mi abuelo!
Dos locos están en un manicomio y le dice uno al otro:
-Mira, si tú me traes cien tablas y mil clavos te hago un barco.
Y el otro le contesta:
-Y si tú me traes a tu hermana, yo te hago una tripulación.
En un juicio por violación:
Así, pues, que el acusado aquí presente la violó contra su voluntad.
-No, no... contra la pared.
Un hombre entra a toda carrera a un hospital y pregunta en la entrada:
-¿Dónde está mi amigo? Es al que atropelló el tren.
Está en las habitaciones 50, 51 y 52.
El capitán del Titanic está en su camarote revisando los mapas cuando llega un marinero muy nervioso y le dice:
Mi capitán, tengo dos noticias, una buena y otra mala.
¿Cuál es la mala? -- pregunta el capitán
Que nos vamos a estrellar contra un iceberg.
¿Y la buena?
¡Nos van a dar nueve Oscar's!
A ver, cuénteme su versión de los hechos - dice el juez:
-Verá, estaba yo en la cocina con el cuchillo de cortar jamón. En eso entra mi mujer, tropieza, cae sobre el cuchillo y se lo clava en el pecho.
Ya - dice el juez--, siga, siga.
-Pues así, hasta siete veces.
Un señor va a un almacén y pide:
-¿Me da un pote de veneno para matar cucarachas?
El vendedor le pregunta:
-¿Para llevar?
-¡No... si querés te traigo las cucarachas...!!
Estaban dos ciegos en un parque y uno dice:
- ¡Ojalá lloviera!
A lo que contesta el otro:
-¡Ojalá yo viera también!
¿Te regañó mucho ayer tu mujer por quedarte un rato más a jugar cartas?
-Bah... esos cuatro dientes igual me los tenía que sacar.
SEXO con un paciente.
Un médico se encontraba sentado en la silla de su consultorio, después de tener sexo con su paciente. Pensando en lo que había hecho, su conciencia le repetía: 'pero cómo hice eso! qué vergüenza, perdí toda la ética profesional! !!!'
'Dios míoooooo..... que hago?'
Al rato de estar culpándose de sus actos, observa que sobre su hombro derecho aparece un diablito que le dice:
'Escuchame.. . no seas pelotudo... ¡hay una cantidad exagerada de médicos que tienen sexo con sus pacientes! ¿qué te crees? ¿que sos el único? Haceme caso... es de lo más natural del mundo.... quedate tranquilo!!! '
El médico convencido: 'tenés razón, si yo no hice nada malo'.
Al terminar de decir eso, en su otro hombro aparece un angelito y le replica al oído:
- 'Acordate que sos veterinario! ¡¡¡ VE-TE-RI-NA- RIO.... pelotudo...!!!!
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