Acabamos de recibir esta terrible noticia.

Argentina pudo ser objetivo de un ataque terrorista de fundamentalistas musulmanes. Las condiciones generales del país impidieron la ejecución del atentado. El presidente Kirchner desafía a Al Qaeda.

Se acaba de saber que Al Qaeda quería hacer volar el Obelisco de Buenos Aires. Documentos mantenidos en secreto por la Policía Federal revelan que Al Qaeda,  organización terrorista de Osama Bin Laden, ordenó la ejecución de un atentado en Bs. As.

El objetivo sería el Obelisco situado en Corrientes y la Av. 9 de Julio, uno de los símbolos más conocidos de Buenos Aires, tanto en Argentina como en el exterior. De acuerdo con las informaciones obtenidas hoy en Buenos Aires, la orden de Bin Laden encubre el odio que estos grupos de terroristas talibanes tienen hacia los monumentos y expresiones culturales del Occidente.

Para cumplir el objetivo se destacaron dos mujaidines suicidas para secuestrar un avión que sería lanzado contra el monumento típico de Buenos Aires que es, según su manera de  pensar, "un símbolo de los infieles cristianos". 

Los registros de la Policía Federal dan cuenta de que los dos terroristas llegaron al Aeropuerto Internacional de Ezeiza el 22 de mayo, a las 21:47, en el vuelo de Air France procedente de Canadá, con escala en Miami. La misión comenzó a tener problemas en el desembarque, cuando el equipaje de los musulmanes se extravió.  

Después de seis horas de peregrinación por diversas dependencias del Aeropuerto y dificultades de comunicación debidas al deficiente inglés con marcado acento árabe, los terroristas salen del aeropuerto, aconsejados por funcionarios para regresar al día siguiente con un intérprete.  

La Policía Federal investiga las posibilidades de que los esperara un taxi falso a la salida del aeropuerto, pues el conductor percibió que eran extranjeros y los hizo dar vueltas por la ciudad una hora y media, abandonándolos en un lugar despoblado de Villa Soldati. Pero antes, el conductor detuvo el taxi y tres cómplices los asaltaron y les quitaron todo el dinero que llevaban, tal vez unos diez mil dólares.

Los terroristas pudieron quedarse con unos pocos dólares que llevaban en sus cinturones y fueron recogidos por un camión de recolección de basura que los dejó cerca del centro.

El 23, gracias al entrenamiento recibido en las cavernas de Afganistán y en los campos minados de Somalia, los dos terroristas consiguen llegar a un hotel del centro, esquivando las veredas rotas. Alquilan un auto en Hertz  y vuelven al aeropuerto, determinados a secuestrar un avión e incrustarlo en el Obelisco.  

Se encuentran un congestionamiento monstruoso en la autopista, debido a una manifestación de piqueteros y estudiantes que protestaban por la ampliación de sus horas de clase, y se quedan detenidos a unos trescientos metros antes del peaje. Bajan del auto para estirar las piernas y son asaltados por dos jóvenes que les roban los relojes.

A las 12:30, resuelven volver al centro y buscan una casa de cambio para cambiar los pocos dólares que les quedan. Les dan varios billetes de cien pesos falsos. Por fin, a las 15:45, llegan a Ezeiza para secuestrar el avión.  

Los pilotos de Aerolíneas Argentinas están en huelga por mayor salario y menos horas de trabajo. Los controladores de vuelo también se pliegan (quieren equiparación con los pilotos). El único avión que está en la pista es de Southern Winds... está sin combustible.  

Empleados y pasajeros están apiñados en las salas de espera y en los corredores del aeropuerto, haciendo sonar tambores y bombos y gritando consignas contra el gobierno. La Policía envía la fuerza de choque especial, que dispersa a la multitud y detienen a varios agitadores, entre los que se encuentran los dos terroristas.  

Estos son conducidos a la delegación de la Policía en el aeropuerto, donde son acusados de tráfico de drogas, ya que los policías les metieron ravioles de cocaína en sus bolsos.

A las 18:00 aprovechando la irrupción de un grupo izquierdista que reclamaba por los derechos humanos, que se traba en lucha con los policías, los terroristas consiguen fugarse en medio de la confusión, el tiroteo y los gases lacrimógenos.

A las 19:05, los musulmanes, con la ropa ensangrentada por los golpes recibidos, se dirigen al mostrador de Southern Winds para comprar los pasajes. El empleado les vende los boletos pero no les informa que los vuelos de la compañía están suspendidos por tiempo indeterminado.

Ellos comienzan a discutir entre sí y se preguntan si destruir la ciudad de Buenos Aires se puede considerar un acto terrorista o una obra de caridad.

A las 23:30, sucios, doloridos y muertos de hambre deciden comer alguna cosa en la cafetería del aeropuerto pero se espantan ante los altos precios y salen del aeropuerto donde en las cercanías encuentran un carrito y piden sándwich es de lomito con queso y limonada.

Recién al día siguiente (sábado) a la madrugada consiguen recuperarse de la intoxicación alimenticia por carne de caballo en mal estado.  

Se encuentran en el Hospital Udaondo, donde fueron llevados desde Ezeiza y luego de recorrer varios otros hospitales que no atendían por encontrarse en huelga. Luego de recuperarse les diagnostican cólera por el agua contaminada con un bacilo coniforme fecal encontrado en el agua de la limonada.  

Son dados de alta recién el domingo. A las 18:20, salen del hospital y se acercan al estadio de Boca.  

Boca acaba de perder con River por 6 a 0. Los hinchas boquenses, exaltados, confunden a los terroristas con integrantes de la barra brava riverplatense y les dan una paliza sin precedentes. El jefe de la barra brava boquense (apodado Tres Patas) pide para sí el derecho, y lo ejerce, de abusar sexualmente de ambos mujaidines.

A las 19:45, son dejados en paz con terribles dolores en todo el cuerpo, especialmente en la zona anal. Ven un bar en las cercanías y deciden, por primera vez en su vida, emborracharse (lo cual es un grave pecado en su religión). Beben ginebra adulterada con alcohol metílico y los llevan nuevamente al hospital Udaondo.

Los médicos también  les diagnostican gonorrea en la zona anal (Tres Patas no perdona).

A las 23:42 los dos terroristas huyen de Buenos Aires escondidos en la caja de un camión que transporta electrodomésticos, que es asaltado horas después cerca de San Nicolás. Durante el asalto, como ya no tienen dinero, los ladrones los muelen a palos.  

Desnutridos, famélicos, sin poder caminar bien, ni sentarse, suben a una camioneta de una ONG relacionada con los derechos humanos y los llevan hasta Rosario. Allí deambulan varias horas hasta que consiguen que unos evangelistas les den un plato de sopa, para lo cual los obligan a hacerse la señal de la cruz.  

Terminan durmiendo, de costado, debajo de un puente y son despertados a la madrugada por unas ratas que les están comiendo los vendajes que les habían colocado en el hospital. De improviso un par de gatos se abalanzan sobre las ratas y ambos mujaidines quedan atrapados en una descomunal trifulca, que termina tres cuartos de hora después con el arribo de un escuadrón de la policía montada y una dotación de bomberos.  

La Policía no ha revelado el hospital donde han sido internados en gravísimo estado con riesgo de muerte, en tanto uno de los gatos (el otro escapó) fue trasladado al Instituto Pasteur pues se teme que esté rabioso.

Luego de ser informado de estos acontecimientos, el presidente Kirchner se dirigió a la Nación a través de la red nacional de radio y televisión con los siguientes conceptos: 

¡Argentinoshhhh! Una vez máshhhhh se ha demoshhhhtrado que el pueblo unido puede vencer a sus enemigoshhhhhh. 

Tan pronto me enteré de los siniestroshhhh planes de los terroristashhhhhh, convoqué a mi deshhhpacho a los genuinoshhhh represhhhhentanteshhh del pueblo y así pudimoshhhh armar las accioneshhh tendienteshhh a deshhhtruir al enemigo, deshhhde el conductor del taxi, los ashhhhaltanteshhhh, los huelguistashhhh, los piqueteroshhh, los izquierdistashhh, todoshhh ellos actuando por órdeneshhh directashhh de eshhhte pingüino que tanto se preocupa por ushhhtedeshhhh, porque yo no duermo penshhhando en loshhh problemashhh de mi paíshhh, y luego graciashhhh a los demáshhh, graciashhh a Treshhh Patashhh y su firme accionar, graciashhh a los vendedoreshh de shhándwicheshhh y al dueño del bar, a los médicoshhh, en fin, a tantoshhh shhhin olvidarme de eshhhe valiente gato argentino que dio el mordishhhco final...  

Y todoshhh le decimoshh al terrorishhhmo: 

¡No vengan acá porque aquí hay un pueblo decidido a defendershhhe de shhushh enemigoshhh!  Y no shhhe olviden de votar por mi mujer y mishhh candidatoshhh. 

Así cerró su discurso el presidente.  Argentina... un país en serio.

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