Era el último día de trabajo de Juan "El Cartero", que se jubilaba después de 35 años de llevar la correspondencia al mismo barrio. Inició su último recorrido y fue despidiéndose de tantas personas conocidas que le estimaban.

Cuando llegó a la primera casa, fue recibido por la familia entera quien lo rodeó y con aplausos le felicitaron y le dieron un regalo. En la segunda casa le regalaron una caja de cigarros finos. La gente de la tercera casa le regalo una colección de utensilios de pesca.

La dueña de la cuarta casa era una hermosísima mujer que vestía un picardías negro transparente. Ella le tomó de la mano y lentamente lo llevó hacia adentro cerrando la puerta. Le llevó por las escaleras al dormitorio donde le hizo el amor desenfrenadamente, le hizo volar a través del más sublime acto sexual que jamás había experimentado.

Cuando él tuvo suficiente, bajaron las escaleras y fueron a la cocina donde ella le preparó un gran almuerzo: Huevos con tocino, pan tostado, leche y zumo de naranja. Cuando terminó le puso una taza de café caliente. Cuando agarró la taza de café se dio cuenta de que había un billete de 10 $.

- No tengo palabras para describir lo maravilloso que ha sido, dijo, pero ¿para qué son los 10 $?

- Bueno, dijo ella, anoche le comenté a mi marido que hoy sería tu último día y que deberíamos hacer algo especial por ti. Mi marido dijo: Dale 10 $ y que le follen. El desayuno ha sido idea mía.

Un hombre entra a su restaurante favorito, y se sienta a la mesa de siempre. Da una mirada a su alrededor y descubre a una hermosa mujer en una mesa cercana.

Estaba completamente sola. El tipo llama al mozo y le indica enviar a la mujer la botella del Merlot más caro que tuvieran, adivinando que si la mujer aceptaba la botella se rendiría a sus pies.

El mozo lleva la botella a la mesa de la mujer: "Esto es de parte del caballero de aquella mesa" dice, señalando al hombre.

La mujer mira la botella con frialdad durante un segundo, y decide enviarle una nota al hombre.

Se la da al mozo, y el mozo la entrega al destinatario.

La nota decía: "Para que yo acepte esta botella, Ud. debería tener un Mercedes en su garaje, un millón de dólares en el banco y 20 cm en sus pantalones."

Después de leer la nota, el hombre decide contestarle. Le da una nota al mozo para que la entregue a la mujer.

La nota decía: "Para su información: tengo una Ferrari Testarossa, un BMW 850iL y un Mercedes 560SEL en mi garaje. Además, tengo alrededor de doce millones de dólares en mi cuenta. Pero... ¡Ni por una mujer tan bella como Ud. me cortaría cinco centímetros!!! Envíeme la botella de vuelta..."

Juancito se encuentra con su viejo compañero de escuela Litarcio, después de muchos años y le cuenta sus fracasos en la vida y su amigo le comenta que durante tanto tiempo viajó a Europa y allí aprendió las ciencias de la adivinación con la que gano fama, fortuna, mujeres y muchos placeres....

Se despacha entonces con historias maravillosas que deslumbran Juancito y que hacen que desesperadamente le pedía a este que le enseñe las artes de la adivinación. El amigo se muestra reticente pero ante tanta insistencia le dice que si, que vaya al otro día a su estudio que él lo va a preparar en las artes de la adivinación...

Al otro día Juancito se hace presente en el estudio de su amigo y el ansia es tan grande que no lo deja pensar. Le dice que quiere aprender rápido, que esto para él es importante, que siempre quiso fama, dinero y mujeres... Que la adivinación.. es su futuro..... quiero adivinar... ¡Quiero adivinar!!

El estudio de Litarcio es imponente. Cautivador.. Con sillones chesterfield de un cuero beige, mórbido, sensual... Los cuadros que cuelgan de sus paredes son obras de arte que incitan a los sentidos, de una sensualidad y un erotismo único....  Todo denota misterio y fantasía...

Es entonces que aparece una mujer bellísima, finamente vestida con una bata y se la entrega a Juancito, después se retira y escucha la voz profunda de su amigo que le dice:

- Sacate la ropa y ponte la bata...
- Pe..pe-pe-pe- ro Litarcio... yo quiero adivinar... para qué esto???
- Por favor cumple mis instrucciones sin chistar... tranquilo que esto tiene sus tiempos.
- Pero Litarcio... yo quiero adivinar... dejate de joder... quedate tranquilo...
- Pero Litarcio... Callate la boca y cumple con lo que te digo sino terminamos ya mismo...

Juancito asustado y preocupado por temor no poder aprender las técnicas de la adivinación, se saca la ropa y se pone la bata, una de esas batas de hospital abierta por detrás y nuevamente le dice a su amigo... bueno... ¿Ahora me vas a enseñar? Por favor enseñame...

- Tranquilo amigo. Esto tiene sus secretos por favor recuéstate en ese magnifico sillón... ponte boca abajo y déjate llevar por los misterios de las ciencias ocultas....

- Si .. si yo me pongo, pero tú enséñame... enséñame..

Con el aprendiz de adivinador boca abajo. El maestro se acerca por detrás, se baja sus pantalones saca su instrumento y comienza a tomar contacto con su amigo....

Juancito asustado, con los ojos desencajados y llenos de horror grita desde el fondo de su alma:

- ¡¡¡¡ LITARCIO ¡!!! ... degenerado... qué haces... vos me querés romper el culo.....

- Juancito.... Tranquilo... tranquilo, vas muy bien, más que bien, fijate que es la primera lección y vos ya estas adivinando...

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