Es imposible hacer en un día todo lo que se supone que hay que hacer... en un día! Dicen que todos los días hay que comer manzana por el hierro y una banana por el potasio.

Todos los días hay que beberse dos litros de agua... ¡¡y no parás de mear!! A esto hay que sumar que todos los días hay que tomarse un Actimel para tener "L. Cassei Defensis", que no sabemos qué carajo es pero si no te comés un millón y medio todos los días, ves a la gente como borrosa.

Cada día una aspirina para prevenir los infartos y dos dedos de vino. Si te lo tomás todo junto, aunque te dé el infarto, ni te enterás. Todos los días hay que mucha comer fibra, hasta que consigas cagar una camiseta.

Y también una naranja, para la vitamina C.

Hay que hacer las cuatro comidas diarias, sin olvidarse que hay que masticar cien veces y lavarse los dientes después de cada comida, o sea: después del Actimel los dientes, después de la manzana los dientes, después de la banana los dientes... y así hasta que te los desgastes.

Haciendo el cálculo, sólo en comer se te van cinco horitas. Hay que dormir ocho horas y trabajar otras ocho, más las cinco que empleamos en comer, veintiuno. Nos quedan tres, siempre que no te agarre algún piquete.

Según las estadísticas, vemos tres horas diarias la televisión. Pues ya no podemos, porque todos los días hay que caminar, por lo menos media hora. Y hay que cuidar las amistades porque son como una planta: hay que regarlas a diario.

Además, hay que estar bien informado, así que debemos leer por lo menos dos periódicos. Ah!, hay que practicar sexo todos los días, por lo que hay que innovar y eso lleva su tiempo.

También hay que buscar tiempo para barrer y no te digo si tenés perro o alguna mascota ... lo mejor es suicidarte.

En fin, a mi me da 29 horas.

La única posibilidad que se me ocurre es hacer varias cosas a la vez, por ejemplo: te duchás con agua fría y mientras podés tomar agua. Cuando salgas del baño, a la vez que caminás, mientras le vas haciendo el amor a tu pareja con el cepillo de dientes en la boca, te atás una escoba en la cintura y vas barriendo.

Y de paso que tu pareja vaya viendo la televisión y te lo cuenta. Te queda una mano libre: ¡llamá a tus padres!... bebé vino. Ahhhh! y el Bio Puritas te lo puede dar tu pareja mientras ella se toma el Actimel. Y menos mal que crecimos, porque si no, tendríamos que comer un Danonino todos los días, el del extra calcio ¡puuff!

PD.: Si te quedan 5 minutos, reenviáselo a algún amigo mientras disfrutás de una cucharadita de Total Magnesiano que hace de bien. Y ahora te dejo, porque ya tomé casi un litro de agua y me voy volando para el baño.

Agradecimiento....

GRACIAS POR TODAS LAS CADENAS DE MIERDA QUE ME MANDARON DURANTE TODO ESTE TIEMPO. LAS SEGUÍ AL PIE DE LA LETRA Y GRACIAS A ELLAS Y A USTEDES...

Ya no saco el dinero de los cajeros porque me pueden poner una pantalla falsa que me hace creer que se tragó la tarjeta y después me robarán mi dinero.

Dejé de tomar Coca-Cola después de enterarme que me oxida el miembro y la ropa interior.

Dejé de ir al cine por miedo a sentarme en una butaca y pincharme el culo con una jeringa infectada de SIDA.

Apesto, huelo como un chivo, porque dejé de usar desodorantes, ya que producen cáncer en las axilas.

No dejo el auto en los estacionamientos ni en ningún otro lado y a veces tengo que caminar como 7 cuadras por miedo a que me droguen con la muestra de un perfume para robarme el vehículo y quizás hasta me violen y me rompan el orto.

Dejé de contestar las llamadas telefónicas, temiendo que me pidiesen marcar el 9 y que se yo que más y me llegue una cuenta telefónica descomunal porque me robaron la línea y llamaron a mi cargo a Uganda, Singapur, Estocolmo, Tokio y a la concha de la lora.

Suspendí el consumo de varios alimentos por miedo a los estrógenos, a los transgénicos y a no sé a cuantas pelotudeces más.

Dejé de comer pollo y hamburguesas porque no son más que carne de engendros horripilantes sin ojos ni plumas, cultivados en un laboratorio.

Tampoco fui más a Mc Donalds para no morfar hamburguesas hechas con, además de la carne del punto anterior, una especie de lombrices.

Tampoco hago más el amor por miedo a contagiarme algo.

Dejé de tomar cualquier cosa que venga en lata por miedo morir envenenado por la orina de los ratones.

Me estoy volviendo raro ya que en las fiestas no le hago caso a ninguna chica que me tire un lance, por más buena que esté, por miedo a que me robe mis riñones y me deje dormido en una  bañera con hielo.

Ya no uso el microondas por miedo a sufrir una súbita ebullición que me quemaría totalmente la cara apenas retirara mi sopa o el café que acostumbraba a calentar todas las mañanas.

Recibí no sé cuántos avisos inútiles de virus que mi antivirus nunca detectó.

Gasté más de $ 500 en limpieza de virus de mi PC por las cadenas que decían que me reenvían a mí también y la mitad de los reenvíos estaban infectados.

Doné unos $ 1.000 de mis ahorros a las 638 cuentas de Amy Bruce, una niñita enferma que estuvo a punto de morirse unas 7.245 veces en 4.354 hospitales y que tiene siete años desde 1993 (vaya forma de descubrir que es mentira que los chicos crecen).

Dejé de hacer, tomar y comer tantas cosas, que casi me muero de aburrimiento, de hambre y de pelotudo.

Esperé durante semanas como un boludo junto a mi correo los 150.000 dólares que me mandarían Microsoft y AOL por participar en la prueba de  rastreo de los emails y encima Telefónica me rompió el orto con una factura de $ 1.000 por uso de Internet para mandarlos.

El prometido viaje a Europa con todo pago (y hasta minas en bolas) tampoco llegó.

No recibí el 1.000.000 de dólares, ni el Ferrari, ni tuve un fin de semana largo de joda con Pampita! (las 3 cosas que pedí como deseo después de mandar a 10 personas el Mantra Mágico enviado por el mismísimo Dalai Lama!).

Envié no sé cuántas respuestas a correos falsos para que no me cerraran mi cuenta en Hotmail.

De lo que sí estoy seguro es de que todos mis problemas y males son a causa de alguna reputa cadena que rompí u olvidé seguir y por eso me cayó encima una maldición del carajo.

NOTA IMPORTANTE: Si no envías este e-mail por lo menos a 2644 personas en los próximos 5 segundos, te cagará una paloma hoy a las 6 de la tarde cuando salgas del laburo y además te arderá como la puta madre una hemorroide gigante que te va a salir...

¿Cómo saber si el Siglo XXI ya te hizo pelota?

1. Intentás ingresar tu password en el microondas de la cocina.

2. No sabés que se puede jugar al solitario con cartas de verdad.

3. Tenés 15 números telefónicos para comunicarte con tu familia compuesta de 3 personas.

6. El motivo por el que perdés contacto con tus amigos es porque ellos no tienen e-mail.

7. No tenés idea de cuál es el precio de una estampilla para un franqueo postal común.

8. Para vos estar organizado es poseer Post-it de varios colores.

9. La mayoría de los chistes que sabés te llegaron por mail.

10. Das el nombre de tu Empresa al contestar el teléfono de tu casa.

11. Discas el 0 para conseguir línea en tu casa.

12. Hace 4 años que te sentás en el mismo escritorio, sin embargo trabajaste para 3 empresas distintas.

13. Cuando hay problemas en tu televisor, buscas desesperado el Ctrl + Alt + Del de tu control remoto.

14. Tus padres o hijos describen tu trabajo como "hace algo con la computadora".

15. Reconocés a tus hijos por sus fotos sobre tu escritorio.

16. Leíste esta lista y asentiste todo el tiempo.

17. Estás todo el tiempo pensando a quién le reenviarás este mail.

18. No te diste cuenta que faltan los puntos 4 y 5.
    
Si te sentís identificado, "No es pura coincidencia"

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