La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

La triple A y López Rega.

Las noticias, versiones y trascendidos sobre el origen y alcances de esta enigmática entidad, solamente tuvieron canales de difusión oficiosos, nunca oficiales. Emergió repentinamente en pleno desborde terrorista, en octubre de 1973, y los nombres de sus víctimas principales surgieron, como indicios orientadores, al menos, de una operación basada en una previa y minuciosa planificación de eliminar blancos seleccionados. La gran mayoría de ellos eran importantes ideólogos y activistas de las bandas terroristas.        

La lista comenzó con el atentado que hirió en sus piernas mediante un explosivo colocado en su automóvil, al senador nacional Hipólito Solari Yrigoyen, en octubre de 1973, y se cerró con los asesinatos en Ezeiza. Otro cadáver NN, próximo al de aquellos, tenía adosado un papel con la inscripción: "Fuimos de ERP". De todos los crímenes, las AAA se auto adjudicaron 13 dejando la impresión que el resto pudo deberse a la intervención de otros elementos extremistas antimarxistas.

Entre los que se atribuyó la AAA figuraban notorios elementos vinculados a la subversión: el abogado Alfredo E. Curutchet; el ex- vicegobernador de Córdoba Atilio López; el ex Subjefe de la Policía bonaerense Julio Troxler; el ideólogo del PRT-ERP Silvio Frondizi; los miembros del Partido Comunista, vinculados al terrorismo, Carlos Alberto Miguel, Rodolfo Achen, Carlos Ernesto Laham y Pedro Leopoldo Barraza; el integrante del FIP Carlos Llerenas Rozas; el contador Juán Varas, Luis Norberto Macor, Emilio Pierini y José Luis Mendiburu. .

"La sigla “TRIPLE AAA” fue, de por sí, toda una duda. Nunca se precisó de modo concluyente, si significaba "Alianza Anticomunista Argentina" o "Alianza Antiimperialista" o, según la infundamentada interpretación de un semanario que pretendía tener, acceso a fuentes de Inteligencia, si pretendía ser la contrapartida de la Tricontinental y la sigla eran las iniciales de América, Asia y África, fuera de la órbita de los dos imperialismos, el norteamericano y el soviético. Otro sello, al que se lo pretendió identificar con la Triple A, fue el Comando Libertadores de América.

Hipótesis sobre la Triple A

En principio queda descartado, por mera lógica, las denuncias de que fue el resultado de la acción de todos los servicios del Estado, iniciada con el “Cordobazo” en 1969 a través de una logia policial encabezada por el comisario Villar.

La lógica parecería demostrar que fue un grupúsculo para-policial perteneciente a un servicio de inteligencia que, autorizado por el propio Perón y comandado por López Rega, tenían la finalidad de asesinar ideólogos y políticos que se habían destacado por su apoyo a las organizaciones extremistas y a las rebeliones populares.

Las Fuerzas Armadas, no ofrecían tampoco pautas lógicas. Ante todo, se advertía, en actitudes de Perón con los militares más allegados, la inminencia de una represión de mayor envergadura que la de Seguridad. Previamente, Perón quería culminar la reparación de las Fuerzas Armadas y de seguridad que habían visto tronchadas sus carreras por las purgas que remataban los enfrentamientos entre las Armas. Es lógico suponer que el anciano Teniente General quería unificar ese frente interno para lanzarlo sobre la guerrilla.

Pero, ¿tenía necesidad el gobierno de tal instrumento, disponiendo en la jefatura de la Policía Federal de hombres que, sin ser peronistas, eran acérrimos antimarxistas y habían aceptado ser convocados, en su retiro, para enfrentar la subversión, como Villar y Margaride? Tarde o temprano, cualquier investigación rápida podía incluir las víctimas -todas marxistas- en un gráfico de contactos de las cúpulas de las organizaciones subversivas, y detenerlas con suficientes pretextos.

Tampoco se presenta probable la hipótesis que fue una operación distractiva de los sangrientos enfrentamientos entre los montoneros de superficie, la Tendencia Revolucionaria, estructuras, y los agrupaciones peronistas antimarxistas.

De hecho un aerosol bastaba para acreditar a la entidad dando la apariencia de un accionar orgánico. Ni siquiera resultaba comprensible la posibilidad de una organización pequeña que hubiera decidido emplear el terrorismo contra el terrorismo

Además, como contraprueba, se plantea otro interrogante: ¿por qué no atentar directamente contra Firmenich, Quieto, Santucho, Obregón Cano, Vaca, Bidegain, Cepernic, etc, etc? El mismo atentado a Solari Yrigoyen pareció hecho por aficionados y no por personal ducho en el manejo de explosivos. En tal caso, se podía inferir que se trató de algo inorgánico.

Parapolicial más que paramilitar, con fines de acción psicológica tendiente a aterrorizar a ciertos núcleos del terrorismo. Lo cual no implicaba el método de las GAL de Felipillo en España. Por otra parte, retomando la versión más difundida, si fue iniciativa personal de López Rega. ¿Qué colaboradores de envergadura tenía en su círculo áulico para esa misión? ¿Los civiles, como los hermanos Villone? ¿Policías retirados, como Almirón y Rovira?

Si así hubiese querido proceder, ¿por qué reemplazó en la Jefatura de la Side al General peronista Morello por el Contralmirante Peyronel, no peronista, y que jamás hubiese aceptado una organización clandestina como esa. Resta una hipótesis complementaria por examinar. Al margen de posibles acciones parapoliciales ¿Pudo haber sido una marca de despiste para ciertos arreglos de cuentas encubiertos entre organizaciones subversivas?

La “Conclusión Final” es que la “Triple A” desapareció tan súbitamente como apareció. Cualquiera con un arma y un aerosol podría utilizar la fantasmagórica sigla para cometer cualquier delito. Lo que si podemos afirmar que desde los sectores que buscaron la incriminación le dieron una entidad unilateral a esta pero todo indica que jamás la tuvo.

En síntesis podemos decir que:

La “AAA” fue un mecanismo “represivo” nacido de la subestimación de muchos factores de poder nacidos en la Argentina para tratar a la guerrilla. Fue evidente que no tuvieron en cuenta su alto grado de adiestramiento militar y su capacidad operativa para desarrollar la lucha armada.

Cayeron en el error conceptual de que podía ser derrotada por la política: “ojo por ojo y diente por diente”-”Uno de ellos por cada uno de nosotros”, era la virtual consigna de la Triple A. No evaluaron su poder de organización y hasta es posible que hasta desconocieran que entre los años 73/75 , cuando accionó esa organización la guerrilla revolucionaria tenía armas para más de 20.000 combatientes operativamente preparados y con una alta mística revolucionaria.

La Triple A fue una especie de biombo que subestimando el poder de la guerrilla no hizo más que demorar la irrupción en el campo de batalla de las FF. AA., las únicas capaces de darle combate.


Salvador Horacio Paino

El 12 de febrero de 1976. en la cárcel de Villa Devoto, un detenido de nombre Salvador Horacio Paino, de 50 años. declaró ante la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados. Sus palabras abrieron de golpe el telón sobre el caso de la organización terrorista Triple A que hasta entonces, a pesar de ser un secreto a voces, era un enigma.

Dijo entonces:

"La organización de la Triple A me la encomendó a mí el señor Jorge Conti, asesor de prensa del Ministerio de Bienestar Social. La Triple A la manejaba el ministro José López Rega, pero su responsabilidad es relativa. También la manejaban sus asesores y sus enlaces.

El día 3 de marzo de 1974, el señor Conti me entregó un cheque de dos millones de pesos contra Banco Nación, sucursal Bartolomé Mitre y Callao -el cheque era de Sucesos Argentinos-, y me dijo que cobrara ese dinero y que lo guardara- porque tenía que organizar un grupo para una operación comando.

El 20 del mismo mes me entregó otro cheque, de tres millones, de Honegger y Compañía, la imprenta que editaba la revista Las Bases. El cheque era contra Banco Shaw, sucursal Congreso. El señor Conti me dijo que ese cheque era para pagarle a un grupo armado que tenía que matar al diputado Rodolfo Ortega Peña y al abogado Antonio Tomás Hernández, vicepresidente de la empresa Dicon (Canal 11).

Me negué terminantemente, tuve un fuerte cambio de palabras con el señor Conti y decidí alejarme del ministerio. Yo había entrado en el ministerio citado por el señor Carlos Alejandro Villone, que me mandó un telegrama v me presentó al señor Conti y a otros colaboradores.

Mis funciones iban a ser de prensa v administración. Cuando me hablaron de organizar un "cuerpo de seguridad dinámica" me lo explicaron como si se tratara de un grupo de seguridad para defender el ministerio de ataques terroristas. Pero cuando ocurrieron cosas como el incendio del diario Clarín, hablé con el señor Conti y le dije que estaba totalmente en desacuerdo con esos métodos y que no me iba a prestar a organizar un grupo extremista.

El señor Conti me dijo que si no cumplía la orden que me había dado me vería en dificultades. Dos o tres días después, a eso de las dos de la madrugada, sonó el portero eléctrico de mi departamento (Tres Arroyos 874. Capital). Atendí. Alguien dijo: "Paino, traemos una orden urgente de Morales y de Conti".

Tengo experiencia en estas cosas. Bajé por la escalera. Cuando prendí la luz, desde afuera dispararon dos veces, al parecer con Itaka. Rompieron los vidrios y perforaron el ascensor. A la mañana fui a la casa del señor Conti (Las Heras 1619, sexto "D". Capital). Me dijo textualmente: "Mira. Painito. Lo de anoche fue un aviso, nomás. La próxima va en serio. Vos sabes lo que tenés que hacer".

Me dijo también que él actuaba en nombre del ministro López Rega. Las armas que usaba la Triple A las traían de la ciudad de Pedro Juan Caballero, en el Paraguay. Los dólares con que se pagaban las armas (ametralladoras Stein) me los daba el director de Administración del ministerio, señor Rodolfo Roballos, aunque creo que él no sabía para qué era el dinero.

Las armas se compraban por medio de un miembro de la custodia, un ex policía de apellido Coquibu, y de un señor Roberto Viglino, que trabajaba en la oficina de prensa de Bienestar Social. Más tarde los paraguayos las entraban de contrabando y había que ir a buscarlas a una casa de la avenida Figueroa Alcorta donde vivía un señor paraguayo que era representante de la firma que las vendía, íbamos a buscarlas con los vehículos de Bienestar Social y las depositábamos en el tercer subsuelo del ministerio.

Todo esto se hizo antes del 20 de marzo, fecha en qué para mí empezaron a actuar las tres A. Cuando me negué a cumplir esa misión, que según el señor Conti había sido ordenada por López Rega, viajé a Mar del Plata. Al volver me detuvo la custodia de López Rega en la calle Chacabuco 145.

Me sucedió en el cargo el señor Juan Carlos Rousselot. Este señor estaba muy interesado en lograr un puesto en Bienestar Social. En los últimos días de febrero de 1974 el señor Conti nos dijo que sería muy buen negocio conseguir el paquete accionario de una radio de Zarate (Radio Nuclear) porque él conocía muy bien el medio y se podía hacer de ella una radio cabecera de zona.

Yo me desentendí: de radios no entiendo nada. El señor Conti me dijo que si todo resultaba no se iba a olvidar de mí y que iba a hablar con el señor Rousselot. El señor Rousselot se había ido al Chaco a dirigir un diario pero las cosas no le iban bien y trataba de conseguir un crédito de Bienestar Social.

Tengo un testigo de que el señor Conti me ordenó organizar la Triple A. El 23 de marzo me encontré con el doctor Lozada, hermano del que fue juez, v le dije que estaba desesperado por lo que me ordenaban, que me iba a enloquecer.

Hablé con él en la Municipalidad, donde este doctor era asesor jurídico. No sé si el doctor Lozada querrá hacer alguna declaración, porque yo me manejaba directamente con el señor Conti, con el señor Carlos Villone, con el señor Julio Yessi y con don Felipe Romero, el director de la revista El Caudillo, que tenía a su cargo uno de los grupos de la Triple A.

La revista El Caudillo se pagaba con fondos de Bienestar Social. El señor Conti manejaba la caja chica: unos quinientos mil pesos del año 1973 se destinaban todos los meses a la revista El Caudillo. Todo esto está documentado en el ministerio. Pero cuando pidan las facturas van a descubrir que son de cosas que no existen.

Pero el señor Conti no sólo manejó la Triple A. Le hizo firmar al ministro López Rega una disposición: toda la publicidad del ministerio a los diarios (avisos oficiales) debía salir de nuestra oficina. El señor Conti, junto con el señor Suárez Asín y el señor Tejera, de la agencia Télam, decidían las páginas, los minutos de filmación, las pautas, todo.

Cualquier negociado que haya en Télam tiene como responsables al señor Conti y al señor Suárez Asín. Esto es todo lo que sé. El organigrama de la Triple A está a disposición de ustedes en el juzgado del doctor Teófilo Lafuente, y también las carpetas con los cargos que cada uno ocupaba en la Triple A, que fueron escritos directamente de puño y letra por el ministro López Rega".

Pocos días después de estas declaraciones. Jorge Conti habló también ante la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados. Dijo entonces Conti: "A Paino lo conocí internado en el Borda. Me habían dicho que él sabía adonde estaba enterrado el cadáver de Felipe Vallese y pensé que con ese tema podía hacer una buena nota periodística.

Después de mucho tiempo apareció en el ministerio. Lo habían soltado el 25 de mayo, después del decreto de amnistía, y necesitaba trabajo. Empezó a trabajar en la administración de personal. Controlaba la entrada y salida de los empleados, autorizaba los gastos de la caja chica, repartía las credenciales y además me pagaba las cuotas del coche y de la sastrería. Era muy servicial. Pero al poco tiempo hubo problemas con él y me di cuenta de que no estaba en su sano juicio.

Primero dijo que dos hombres lo habían seguido y que trataron de matarlo. Después, que alguien fue a llevarle un mensaje a su casa y le disparó con Itaka. Más adelante le pidió un préstamo al imprentero de la revista Las Bases, trató de sacarle una comisión a Sucesos Argentinos y trató de cometer una estafa con unas órdenes de compra en las que puso el sello de Roballos.

Se encerraba largas horas en su oficina y se reía a carcajadas. Obligaba a su secretaria a comprarle anfetaminas. Le compró joyas a un chofer del ministerio y nunca le pagó. Paino me odia porque yo lo mandé preso. Creo que fui demasiado bueno con él. Paino tiene una mentalidad enfermiza. Es un paranoico. Se me puede acusar de negligencia acerca del personal que he tomado para el ministerio. Pero es mentira que soy el organizador de la Triple A. Nunca tuve nada que ver con una organización extremista.

Jamás hablé de ese tema en ninguna parte. Tampoco tuve nada que ver con la compra de armas. A López Rega lo conocí un día en la CGT. mientras mi canal trasmitía una reunión de Isabel con sindicalistas. Me dijo: "A usted lo quiero ver mañana en el ministerio. Necesito un periodista peronista para la Secretaría de Prensa". Así empecé a trabajar con él. Tenía esas cosas raras del espiritismo, pero conmigo nunca las comentó."

Jorge Conti

Ex reportero de Canal 11, llegó a ser famoso; hasta tenía su propio club de admiradoras, creado en 1972. Cada semana recibía de ellas una boleta de Prode (Pronósticos Deportivos) que jugaban a su nombre. Después hizo un programa de televisión con Gerardo Sofovich, Las dos campanas, y un vuelo en un avión chárter rumbo a la Argentina en el que obtuvo la única entrevista del momento con Perón.

Le había ganado una apuesta a su colega Sergio Villarruel, de Canal 13. Con una condición: el afortunado iba a viajar con el camarógrafo del otro, de modo que ambos canales tuvieran la primicia.

Poco antes, en junio de 1971, Paino había estado alojado en la Unidad 20 del Hospital Neuropsiquiátrico José Borda, de Buenos Aires. "Aparentemente, el informe del médico legista fue minucioso y contundente –escribió el periodista uruguayo Tabaré de Paula–.

Diagnosticaba delirios, síntomas de agresividad, un oscurecimiento de la razón que pedía a gritos la reclusión de Salvador Horacio Paino en esa pesadilla con rejas que es la Unidad 20. Pero tanta prosa doctoral encubría una falencia: decía apoyarse en un examen que no había tenido lugar. El autor del referido informe nunca revisó al supuesto demente."

Declaraciones periodísticas de  Paino

Autoproclamado fundador de la Alianza Anticomunista Argentina (AAA), o Triple A, o Tres A, quedó detenido en forma preventiva el 28 de noviembre de 1983 en Montevideo mientras el juez federal argentino José Nicasio Dibur tramitaba su extradición, invocando el Tratado de Derecho Penal Internacional del 23 de enero de 1889, ratificado el 3 de octubre de 1892 por Uruguay y el 11 de diciembre de 1894 por la Argentina. Negada finalmente por la justicia uruguaya.

Era un militante peronista separado del Ejército en 1955 con el grado de teniente primero, pronto a ser ascendido a capitán. Había sido compañero de promoción de Reynaldo Bignone, el último presidente del denominado Proceso de Reorganización Nacional, y de Cristino Nicolaides, entonces comandante en jefe de la fuerza. Vivía en Carmelo, a unos 150 kilómetros de Montevideo.

De la Argentina había huido, rumbo a Brasil, el 1° de marzo de 1979, poco después de un atentado contra su vida. Pensaba radicarse en Uruguay: hasta buscaba trabajo, de modo de afiliarse a una caja de pensiones. Pero encendió el ventilador. Y armó un revuelo de proporciones, al extremo de prestar declaración testimonial en la Embajada argentina, a mediados de octubre de 1983, por haber adjudicado a la Triple A el crimen del secretario general de la Confederación General de Trabajadores (CGT), José Ignacio Rucci, el 25 de septiembre de 1973.

El diario El Día, de Montevideo, publicaba anticipos de un libro de su autoría, Yo fundé la Triple A. En él aseguraba que, en unas 300 operaciones, habían matado a unos 2000 izquierdistas. Entre ellos, el cantante folklórico Jorge Cafrune; el sacerdote Pedro Mujica; el diputado peronista Rodolfo Ortega Peña, director de la revista Militancia, y Silvio Frondizi, hermano del ex presidente argentino Arturo Frondizi.

En 1976, decía, la Triple A tenía armas por valor de dos millones de dólares "para enfrentar a los terroristas de izquierda"; estaban en los sótanos del Ministerio de Bienestar Social. Y disponía de dinero a granel, obtenido de la llamada caja chica, con el cual "se contrataba, además, a cientos de confidentes, como porteros de edificios y personas que se hacían pasar por estudiantes".

López Rega:

Aparece en la escena política argentina casi imperceptiblemente, en oportunidad que Maria Estela Martínez de Perón viajara al país, enviada desde Madrid por el ex Presidente para, entre otras cuestiones, evitar que triunfara en la provincia de Mendoza el Dr. Serú García cercano a la línea política de Vandor.

Al regresar a España, la señora de Perón volvió acompañada por López Rega, quien luego, con el cargo de secretario personal de Perón, comenzó a lograr la confianza de éste y de Maria Estela Martínez, situación que, según algunos, se convirtió en influencia.

En 1973, estando Perón en el país en su casa de Gaspar Campos en Vicente López, antes de ser elegido presidente, el diario La Razón de Buenos Aires, publicó en una edición que a requerimiento de los periodistas sobre el cuidado de su salud, el general Perón contestó más o menos lo siguiente: No necesito de médicos, porque "Lopecito", que ya me conoce, me atiende y me da algunos de sus "yuyitos" para mantenerme bien.

López Rega tiene inclinaciones por los ritos "Macumbas" característicos del Brasil, resabios de prácticas de hechicería africana y de creencias católicas que en forma generalizada se realizan hasta ahora por todas las capas sociales de la población de ese país. Siendo ministro de Bienestar Social, concurrió al Brasil para recibir una condecoración que le otorgara una secta adepta a estas prácticas, por su labor "en bien de la humanidad".

Este ministro de "bienestar social" propuso en enero de 1974, en una reunión del Gabinete Nacional de Ministros, la creación de un grupo represivo parapolicial que combatiera el "extremismo" de izquierda. Perón no lo aceptó; no obstante, después de su muerte el 1ro. de julio, las "Tres A" instauraron el terror en la Nación.. .

También en 1975, luego de la caída de López Rega, el diario La Opinión de Buenos Aires y Excelsior de México, publicaron una nota de Tomás Eloy Martínez, un periodista que abandonó el país por amenazas de la Triple A, en la que refiere la historia de López Rega a partir de investigaciones de periodistas de la prensa extranjera radicados en México.

En general coinciden con Sosa en lo expresado más arriba, comenzando, por su acercamiento al peronismo y a la logia Anael luego de su retiro en 1962, al imprimirle dos folletos gratuitos a la misma y también, según la información, algunos panfletos del peronismo clandestino al mayor (R) Alberte y ganando la confianza del mismo quien, en 1965, siendo delegado del ex presidente y en oportunidad que éste enviara a su esposa María Estela Martínez al país lo conectó y allí comenzó su relación como custodia y persona de confianza de la mencionada señora.


Detalle de las acciones que se adjudican a la Triple A.

Octubre de 1973 Atentado explosivo al coche del Senador Nacional Hipólito Solari Yrigoyen, resultando este herido. Adjudica AAA.

7-5-74 Asesinato del sacerdote Carlos Mugica.

31-7-74 Asesinato del Diputado Nacional Rodolfo Ortega Peña.

7-8-74 Secuestro y asesinato de Luis Norberto Macor. Adjudica AAA.

8-8-74 Secuestro y asesinato de Horacio T. Chavez. Secuestro y asesinato de Rolando H. Chavez. Secuestro y asesinato de Emilio Pierini. Adjudica AAA.

7-9-74 Atentado y muerte de Pablo Laguzzi (4 meses) hijo del Rector de la Universidad de Bs. As. Raúl Laguzzi. Adjudica AAA.

11-9-74 Asesinato en la localidad de Tigre del abogado Alfredo A. Curuchet. Adjudica AAA.

16-9-74 Asesinato en la Capital Federal del ex- Gobernador de la Pcia. de Córdoba Atilio López. Adjudica AAA Asesinato del Contador Juan J. Varas. Adjudica AAA.

24-9-74 Asesinato del ex-Jefe de la Policía de la Pcia. de Bs. As. Julio Troxler. Adjudica AAA.

26-9-74 Asesinato del abogado Silvio Frondizi. Adjudica AAA Asesinato de JosÈ Luis Mendiburu. Adjudica AAA.

8-10-74 Asesinato de Carlos Alberto Miguel (comunista). Asesinato de Rodolfo Achen (comunista). Adjudica AAA.

13-10-74 Asesinato de Carlos Ernesto Laham (comunista). Asesinato de Pedro Leopoldo Barraza (comunista). Adjudica AAA.
 

"Presumiblemente asignados a la Triple A"

30-10-74 Asesinato del Ingeniero Carlos Llerenas Rozas, integrante del FIP. Adjudica AAA.

5-12-74 Asesinato de Roberto Silvestre, militante de JUP.

6-12-74 Asesinato del profesor de Historia, Enrique Rusconi.

12-12-74 En Del Viso (Bs. As.) asesinato de Héctor Jorge Cois y María del Carmen Baldi. Capital Federal, hallazgo de 4 cadáveres: R. Valverde; A. Celina; J. O. Lauces y L. Cuiña. Muertos a balazos. En Ezeiza (Bs. As.) fue hallado el cadáver de un N.N. con manos amputadas.

14-12-74 En Avellaneda (Bs. As) se hallaron dos cadáveres N.N. muertos a balazos.

18-12-74 Bs. As., hallazgo del cadáver de Juan Alberto Campos, muerto a balazos.

22-12-74 Mendoza: Hallazgo de dos cadáveres carbonizados, uno presumiblemente de F. Morales.

2-12-74 Capital Federal: Hallazgo del cadáver de Raúl Gelman Palatnic.

3-1-75 La Matanza (Bs. As.) Hallazgo de un cadáver N.N. muerto a balazos.

4-1-75 Bs. As. Homicidio de Estela Epelbau y Silvia Stocarz de Brow.

10-1-75 Bs. As.: Hallazgo de 3 restos humanos Km 197 Ruta 205. Bs. As.: Hallazgo de dos cadáveres, uno N.N. y otro de Yolanda Beatriz Meza.

15-1-75 Bs. As.: Homicidio a balazos de Manuel Benítez.

18-1-75 Bs. As.: Hallazgo del cadáver de Hugo Fernando Floria, en la Ruta 2 Km 219.

23-1-75 Tucumán: Homicidio del Dr. Juan Mario Magdalena.

24-2-75 Bs. As.: Homicidio de Alberto Banarasky.

14-2-75 Bs. As.: Secuestro y homicidio de los dirigentes sindicales: HÈctor Noriega y Carlos Leva. Salta: Homicidio de periodista Luciano Jaime.

4-3-75 Tucumán: Hallazgo de 3 cadáveres dentro de un Peugeot 504.

13-3-75 Bs. As.: Hallazgo de 2 cadáveres (Roberto MoisÈs y Mirtha Aguilar.

19-3-75 Bs. As.: Homicidio de Juan A. Stefani. Bs. As.: Hallazgo de 4 cadáveres en Avda. Escalada y Roca.

21-3-75 Bs. As.: En Isidro Casanova fue hallado muerto a balazos Rubén Reinaldo Rodríguez. Tucumán: Secuestro y muerte de Lorenzo Ferreira y Pedro Rodríguez. Mar del Plata (Bs. As.) Hállanse 4 cadáveres. Bahía Blanca (Bs. As.) Hallazgo del cadáver de María Isabel de Ponce. Bahía Blanca (Bs. As.) Fue asesinado el estudiante Fernando Aldubino. Lomas de Zamora (Bs. As.) Fueron muertos a balazos: el Concejal Héctor Lencinas, Pablo Gómez, Pedro Baguna, Elena Santa Cruz, Héctor Flores, Caferata Martínez y Rubén Alfredo Díaz. Bahía Blanca (Bs. As.) En la residencia salesiana fue asesinado Carlos Borniak.

24-3-75 Capital Federal: Hallazgo del cadáver N.N. Capital Federal: Hallazgo de un cadáver en Mariano Acosta. Mar del Plata (Bs. As.) Se halló el cadáver de Margarito Mario Méndez.

28-3-75 En La Plata se halló el cadáver de Adrián F. Roca. Córdoba: Asesinato de Próspero A. Allende.

29-3-75 En Brandsen se halla el cadáver carbonizado de José Vargas.

4-4-75 Bahía Blanca. Muerte a balazos del estudiante David Norberto Cilieruelo.

8-4-75 Ensenada (Bs. As.) Fue hallado el cadáver masculino de un N.N. En Villa Elisa fueron hallados dos cadáveres que correspondían a Julio Horacio Urtubey ya Nélida Ofelia Villarino. Fueron hallados 6 cadáveres no identificadas. Bs. As.: Fue hallado el cadáver de Ernesto Raúl Valverde. Bs. As.: Hallazgo del cadáver de Luisa Marta Carita.

11-4-75 Bs. As.: Hallazgo de un cadáver N.N. calcinado y con heridas de bala. En Ezeiza (Bs. As) fueron muertos Juan Estiguart, Pizarro Ruiz; Juan Luis Rivero Saavedra; Nino Aguirre Huguera; Juan Hugo Ardo Eifuentes y Enzo Gregorio Franchini, todos chilenos. Un cadáver N.N. tenía la inscripción "Fuimos del ERP".

Fuentes: “Yo soy Vargas" - Cap. (R) Héctor Vergez,  (Grl. Br. R) O. E. Guerrero, La Década del 70.

Investigaciones