La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

Felipe Sola, la pesca y sus cerdos funcionarios.

Por Roberto Maturana

Relatar las corruptelas de la pesca que hacen millonarios a funcionarios -y administrados- parece un tema que no interesa a la prensa. De lo contrario, tengo derecho a pensar que el periodismo alcahuete cambia su silencio por dinero del Estado o de los personeros de la destrucción pesquera.

Las fotos que acompañan esta nota hablan por sí solas. A 150 km de Buenos Aires se encuentra el “Puerto de general Lavalle”, en la desembocadura del río Salado. Allí operan unas 8 lanchas de Mar del Plata del tipo amarillas de madera. Pescan con red de arrastre y dependen de la marea para el ingreso al puerto pues este tiene poco calado.

Estas lanchas pescan a la modalidad "de pareja", llevan cada un cable de la boca de la red de gran tamaño que les permite capturar entre 700 y 1.200 cajones de corvina rubia por día. Obviamente sin control alguno, ni del Sr. Gobernador Felipe Solá ni de su secretario de Pesca Bonaerense (ni de nadie).

Estos pescados serán "encajonados" en el muelle a razón de 70 piezas por cajón. Son ejemplares juveniles capturados con redes tan ilegales en la medida de sus mallas como el sistema les permite. La compra la hacen en su mayoría chinos que pagan entre $ 1,60 - $ 1,80.

Las cuadrillas de descarga –estibadores- no son de oficio, pues allí no hay siquiera guinche para sacar los cajones de las embarcaciones. La mafia que maneja este tema contrata marginales, cartoneros, niños y adolescentes que viven de revolver la basura y el cirujeo.

Entre ellos se decían que no es peor vivir escarbando “como chancho en la basura” que este trabajo de juntar pescados.

Viven en taperas, una de ellas sin techo de 3 x 3 metros (los mejores ubicados). Los otros que vinieron de Buenos Aires viven bajo los árboles tapados con nylon y cartones y alguna que otra carpa andrajosa. Obviamente sin baños y bajo condiciones de vida infrahumanas.

Cuando algunos periodistas se encontraban perplejos por el cuadro espantoso -no visto aún en puerto alguno del país-, salio un chico de una mugrosa tapera de cartón y les dijo “Loco ¿No tenés algo para el dolor?".

Tenía su mano redonda como un guante de boxeo, deformada por la infección, morada desde la primera falange hasta más arriba de la muñeca. Los periodistas le dieron analgésicos -lo único que tenían- y le pedían que fuera al médico por la infección. El "pibe-niño" decía sentir pinchazos: "deben ser de las púas de los pescados, aún me quedan 2 semanas más".

Los periodistas esperan que a la madrugada lleguen las lanchas. A las 2 de la mañana están los pibes en el muelle. Sin cascos, guantes de trabajo, ni ropa de agua para la lluvia. Algunos ni botas de agua tienen. Tampoco hay guinche para bajar el pescado, todo es a fuerza bruta. Allí se lanzan como “los chanchos a la basura” en su sitio cotidiano. Sobre el pescado traído a granel en las lanchas, no en cajones como esta legislado. Cada cajón que llenan pesa entre 40 y 50 kilos, lo empujan sobre una tabla mojada hacia el muelle y así llenan unos 1.000 cajones por día.

Luego, desde muelle cada uno de los pibes debe levantarlos a mano hasta el camión donde otros dos lo acomodan y ponen algo de hielo (no mucho). Trabajan como bestias, sin elementos de ninguna especie. Mientras otros dos pibes acomodan los cajones sobre el camión, algunos caen al piso o al barro. Los pescados irán de nuevo al cajón o se pudrirán en el fangoso lodazal del fondo del río.

Trabajan toda la noche, peor que esclavos, sin descanso ni una taza de algo caliente. Empapados con la misma ropa que tenían puesta, sonriendo a la cámara con sus rostros de niños-jóvenes, muy cansados. Intentaron hablar, pero no podían pues les tiritaba el mentón de frió.

Quince pibes de la cuadrilla descargaron 1.000 cajones, que representan 65 centavos la unidad, sumando $650 a dividir entre todos: unos $ 43 cada uno. En negro, sin derecho a nada, sin seguro ni recibo.

El que los explota le cobra a COMARPES 1,50 mas IVA por cada cajón y gasta unos centavos en llevarles la basura de comida que les deja. Cuando los chicos se desgastan, los cambia por otros que abundan por la zona.

A pocos kilómetros están en despachos cálidos y tomando café los funcionarios pesqueros bonaerenses, abrigados en despachos confortables con lindas señoritas, llenando sus bolsillos. En un enorme sillón esta (SIC) depositando su grasa el Sr. Fortunato, con la tranquilidad de estar haciendo aquello para lo cual fue designado al frente de la pesca bonaerense: cuidar el negocio de los empresarios congeladores ilegales de cepa que lo sostienen y ayudan a garantizar la impunidad del Sr. Gobernador Felipe Solá.

Los verdaderos cerdos están en La Plata, se llaman Felipe Solá y Oscar Fortunato.

Fortunato, aún con el pasado que lo precede, fue nombrado para sustentar lo ilegal. Hoy, como funcionario. Ayer, como presidente del grupo que lo impulsara: CEPA, grupo de buques congeladores y factorías más ilegal que opera en el mar Argentino (ver pruebas en causas 1-15956) Juzgado Federal Mar del Plata.

En la oficina contigua, el "delicado” Sr. Gil de Muro se limará las uñas mientras ojea papeles. Mientras tanto, seguirán desplazando a funcionarios de carrera para reemplazarlos por chupamedias y alcahuetes políticos de la peor calaña.

SENASA: "Barro-Pescado" a granel, ausencia total de inspectores e impunidad pagada en algún despacho para que esto continúe impune. Este tema es conocido por todos los actores del sector (Fortunato-Gil de Muro-SENASA). El Prefecto local y sus oficiales son los otros eslabones que aseguran la cadena de impunidad y explotación infantil.

Del ministerio de trabajo ni hablar. Una delegación fija de la DGI para cruzar capturas e ingreso al mercado interno y exportable menos.

Allí hay hombres y niños trabajando como en la edad media, a pocos kilómetros de los señores que detentan el poder pesquero bonaerense. Garantizando que las cooperativas "truchas" crezcan y sus capangas estén ricos e impunes cada vez más.

Aquí se ven los Bombos del PJ Marplatense, que maneja las cuadrillas. La ausencia de moral de las "basuras" que nos gobiernan. Los políticos, comunicadores autistas, llenos de sobres y sueldos para esconder el tema pesca. Con superautos importados (Alemanes y 4x4 de Japón) de por medio.

Garantizando así negocios y negociados con sangre esclava. Esto es la enorme corrupción que incoa el acompañante del Presidente, el Gobernador Felipe Solá.

Decirles a estos tipos "Caraduras" es un piropo. 

Dr kirchner... ¿Estos chicos están alcanzados por los derechos humanos?

Viva la patria señor Presidente. No perdono ni olvido, yo no me rindo.

ROBERTO V. MATURANA
Oficial de Marina Mercante - Investigador
Asesor del HCN -
 
FOTO 1: Menores sin ropa de agua, mojados y sucios sin elementos acorde, trabajando como esclavos.

FOTO 2: Menor trabajando entre el pescado en la bodega, sin elementos de agua, mojado. Véase el tamaño de las corvinas, esta es la depredación que el Ing. Solá y los "cerdos" de la secretaria de Pesca Bonaerense no controlan.

FOTO 3: En el agua podrida y el barro están tirados los ejemplares más grandes de corvina. ¿SENASA? bien gracias. Cuando la inspección comunitaria fue dura con el sector pesquero, todos se callaron bien la boca. Ahora ¿Cómo van a ocultar esta prueba gráfica?

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