La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas. |
Crisis en las religiones clásicas. Por Enrique Oliva. |
¿Sabe usted que la Argentina tiene el raro record mundial de 2.800 religiones oficialmente registradas en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Cultos? Esta cifra la dio hace poco más de un mes la Secretaría de Cultos dependiente de la Cancillería, hablando de la necesidad de revisar la vieja ley que rige tales reconocimientos, para lo cual se estarían realizando consultas con diversos credos.
Las disminuciones progresivas de vocaciones de sacerdotes y monjas y el sostenimiento del culto católico, trae como consecuencia el crecimiento de las sectas importadas, éstas de sospechoso poder económico proveniente del exterior, que puede poner en peligro hasta nuestra soberanía, más allá de cuestiones teológicas o de la libertad religiosa.
La agencia de Internet ZENIT vocera oficiosa que trata exclusivamente temas del Vaticano y reproduce cuanto hace y dice el Papa, el 9 de abril informa que “dos grandes arquidiócesis de EE.UU. anunciaron planes de cierres de decenas de parroquias, en respuesta al número decreciente de sacerdotes y a las fluctuaciones demográficas. La arquidiócesis de Nueva York afirmó la quincena pasada que se prepara a una reorganización de largo alcance, disponiendo el cierre de 31 parroquias y 14 escuelas”.
Por su parte, el New York Times afirma que “el cierre afectaría sobre todo a la parte meridional de la arquidiócesis, incluido Manhatan… Las decisiones finales respecto a las escuelas se tomarán el 24 de este mes abril…” El cardenal Adam Maida, arzobispo de esa arquidiócesis dice que el número de parroquias se reducirán de 306 a 290, según Associated Press.
El Detroit Free Press entiende que “sufrirán un duro golpe los antiguos barrios que en un tiempo albergaban a familias de alta natalidad, ahora desplazadas.
En cuanto a la arquidiócesis de Boston “anunció que el número de personas que participa regularmente a la Misa aumentó ligeramente desde que se inició el cierre de las iglesias, a pesar de que hay decenas de parroquias menos y la población católica disminuye”.
En Inglaterra se ponen en venta monasterios y abadías
Esta noticia la publicó Clarín el 11 de este mes, diciendo que “pocos jóvenes se deciden por una vida religiosa y menos aún toman los hábitos. Estos dos datos disminuirán el número de los monasterios, que ya están puestos en venta”. No pocos ingleses lamentan se pierdan algunas construcción de larga historia o terminen con destinos impropios a lugares que fueron consagrados. ¿Y si los compran las sectas?
Ejemplos tradicionales e importantes de ciertos ofrecimientos en venta verdaderamente alarman. Las monjas benedictinas (bajo el pontificado del Papa Benedicto), se despojarán en Malvern Hills de la Abadía de Stanbrook, una edificación neogótica con una iglesia de 1871, dentro de un extenso terreno, por 10 millones de dólares. Un caso similar es el de los frailes franciscanos capuchinos en Solihulj (West Midlands inglés) del Monasterio de Olton, por cerca de 7 millones de dólares.
La nota de Clarín atribuye la venta de “gran número de monasterios” a la carencia de monjes para sostenerlos, dando cifras elocuentes: “en 2004 solo 12 hombres fueron ordenados monjes… cayó de 107 en 1982 a 52 en 1990 y a solo 20 en el 2000. El número total de monjes en el país es de 1.345, y la gran mayoría de ellos tiene entre 60 y 70 años. En cuanto a monjas se refiere, en 1982 se ordenaron 100 mujeres, pero para el 2.000 ese número cayó a 22”.
Las sectas en la era imperial
Hasta hace unos años, la Iglesia Católica en Estados Unidos, en número de fieles era la más importante, con el 23,3 % de los creyentes. Los baptistas poseían un 13 % y el 47 % del resto de protestantes, pertenecían a 240 sectas distintas. Judíos eran el 2 % y los islámicos otro 2 %.
La preocupación por esta cuestión de las sectas, fue expresada numerosas veces por el Papa Juan Pablo II y repetidas en dos oportunidades por Benedicto XVI en su corto pontificado.
Las nuevas sectas inciden en campos económicos, sociales y políticos pudiendo conllevar una intencionalidad programada, o globalizadora, en menoscabo de nuestra soberanía.