Malestar docente

Así se titula una investigación inédita que revela las principales patologías que hoy padecen maestros y profesores. El trabajo advierte sobre los riesgos de esta actividad y su incidencia en los alumnos

En las primeras líneas de su tesis, la licenciada en Psicopedagogía Miriam Bergalli, egresada de la Facultad de Investigación y Desarrollo Educativo de la Universidad Abierta Interamericana de Buenos Aires, define el concepto de malestar docente:

Cuando ese malestar no se puede resolver, se produce la formación de síntomas. Ansiedad, irritabilidad, insomnio, contracturas, serán todos emergentes de una insatisfacción que, en la medida que se torne peligrosa por el crecimiento de la tensión en el contexto de una situación que la vuelve impotente, devendrá en angustia.

Esta tesis dirigida por el destacado neurobiólogo Osvaldo Panza Doliani con la colaboración del doctor Guillermo Fernández D'Adam, titular de la cátedra de Prevención Comunitaria de la Universidad del Salvador mereció la más alta calificación, demandó dos años de trabajo y es, a la vez de inédita, una voz de alarma para el ambiente educativo argentino, particularmente para sus autoridades y para quienes toman decisiones.

Se trata, ni más ni menos, de entender por qué hoy la docencia debe ser asumida como una profesión de riesgo, de identificar las patologías más severas y la incidencia que éstas tienen sobre la escuela y los alumnos, y de señalar los caminos posibles para que los maestros recuperen lo que nunca debieron haber perdido: el ejercicio de sus tareas en un ambiente adecuado y su buena salud.

Es de riesgo aclara Bergalli, porque el sistema y el comportamiento de los padres y de los alumnos influyen sobre la salud del docente; la escuela va transformándose en un ámbito insalubre, Y sus enfermedades no están contempladas en la legislación como enfermedades laborales; el esfuerzo extra no tiene reconocimiento salarial; porque están desjerarquizados.

La tesis enuncia, a modo de orientación sobre la gravedad del problema, patologías registradas en los docentes que requirieron asistencia profesional. Las derivadas del sistema nervioso central se traducen en dispersión de la atención; en dificultades para la construcción de nuevas memorias; dudas e inseguridad vocacional y frustración profesional; mareos; angustia; llanto fácil; tristeza súbita; intolerancia; irritabilidad; agresividad; indiferencia; abandono del aspecto personal; reducción de las potencialidades creativas; agravamiento de los síndromes premenstruales; alteración de la libido y del sueño.

La comprobación del aumento del consumo de psicofármacos, antidepresivos e inductores del sueño es uno de los resultados que más preocupa a la autora de la tesis y a su director. En cuanto al sistema inmunitario, se reducen las defensas. Se registran, además, cefaleas, lumbalgias, contracturas musculares, amenorreas, pérdida espontánea de embarazos y partos prematuros, disfonías, nódulos en cuerdas vocales, alergias, gastritis, hipertensión, várices, caída de cabello y envejecimiento prematuro.

Estas patologías resume la autora, nunca se presentan aisladas, sino combinadas e interdependientes. Tienden a hacerse crónicas porque no se eliminan o se minimizan las causas.

En el origen, fue el stress

El agotamiento producido por excesivas horas de trabajo y, a veces, por traslados a distintos establecimientos educativos hace que se instale en los docentes una pérdida de hábitos higiénicos y dietéticos normales. A esto se suma la incertidumbre por el futuro. Ambos casos, redundan en un incremento del stress.

Dentro de los factores estresantes apunta Bergalli nos encontramos con la necesidad de actualización permanente, la paradójica situación de tener que cumplir muchas veces la tarea frente a la resistencia o rechazo de aquel a la que va dirigida, la desintegración del grupo familiar y las tendencias actuales a promover una igualdad absurda entre docentes y alumnos: ninguno es más importante que otro, cualquiera puede exponer sus ideas sobre cualquier tema aunque carezcan de todo sentido. Todo esto lleva a una pérdida de la autoridad del docente.

El malestar de maestras y profesores, al decir de la autora de la tesis, se manifiesta de diversas maneras.

Cambios en la valoración de la función docente: Es el resultado del vaciamiento de sentido que produce la actual organización del trabajo docente.

El artículo completo lo podés bajar: http://www.lanacion.com.ar/suples/revista/0230/supl.asp?pag=P08.HTM&a=prem   

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