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Isabel Perón: la mujer que paralizó al turismo. |
Vestida con un trajecito color rosa Isabel llegó tiritando una fría madrugada de otoño a la residencia de El Mesidor, en Villa La Angostura provincia de Neuquén. Allí la ayudaron a entrar en calor aplicándole 8 bolsas de agua caliente a la demacrada mujer quien se había convertido en presidente de Argentina tras la muerte de su esposo, Juan Domingo Perón.
Ella comenzaba así su detención en el sur argentino tras el golpe militar del 24 de marzo de 1976 que encabezó el Teniente General Jorge Rafael Videla, quien en aquella época lideró la autodenominada "Junta de Comandantes en Jefe". La prisión de la ex-mandataria, en el Mesidor a orillas del lago Nahuel Huapi, significó que la prensa nacional e internacional pusiera sus ojos en la villa turística donde los pobladores recuerdan aquellos momentos difíciles de la historia.
A principios de los 60 había ocurrido una situación similar con el presidente Arturo Frondizi quien, tras su derrocamiento, fue recluido en el hotel Tunquelén de Bariloche. Así la Patagonia volvía otra vez a ser una cárcel de mandatarios depuestos por los uniformados.
Como recuerdo del paso de Isabel Perón aún se guarda en Villa La Angostura La Biblia que ella leía durante las largas horas de reclusión. Esa era prácticamente su única lectura ya que otro tipo de literatura, diarios o correspondencia, le estaba vedada por sus carceleros.
Entre los relatos, de aquella estadía que duró 9, se cuenta que un capitán, de apellido Valverde, se enamoró perdidamente de la ex-presidenta lo que obligó a las autoridades militares al traslado inmediato del uniformado cuando trascendió esa situación.
También se recuerda que durante ese período se suspendieron todas las excursiones turísticas a esa zona lo que motivó la lógica preocupación de los empresarios del sector.
"Yo me había enterado que ella venía porque la radio Carven de Montevideo había dicho: la ex-presidenta va a ser trasladada al sur, a la residencia El Mesidor" recordó -en diálogo con este medio- Marga de Moure para ese entonces administradora, junto a su esposo Amancio, de la famosa residencia neuquina.
"Ella llegó a las 6 de la mañana en un Falcon, con mucho frío" señaló la septuagenaria, al aludir al arribo de la presidenta depuesta al lujoso inmueble que a partir de ese día quedó bajo una fuerte custodia militar.
"Las revistas decían que había traído varios baúles pero en realidad todo su equipaje se trajo en un Fiat 600" señaló la mujer quien aseguró que ella, como administradora del lugar, tenía la directiva de "ofrecer a la señora todo lo que quisiera. Sin embargo no hubo pedidos especiales.
Se asegura que era una mujer muy callada, organizada y de "vida austera y muy sencilla". "No fumaba, no tomaba alcohol, pasaba muchas horas en su cuarto donde escuchaba música, hacía gimnasia y algunas labores manuales" recordó la ex-administradora de El Mesidor quien involuntariamente, de un día para otro, se había convertido en una especie de dama de compañía de "Isabelita".
Enamorado
Los militares que la custodiaban "la trataban con mucho respeto" lo que no impidió que en esa época se hablara de un romance entre la ex-presidenta y un capitán de apellido Valverde. "Yo creo que él se enamoró de ella, yo no tuve nada en claro, estaba como un adolescente, pero nunca vi una actitud condenable entre ambos” aseguró Moure.
Al militar "lo trasladaron rápidamente" al trascender a las máximas autoridades militares el estado emocional de Valverde. Durante la estadía forzada -debido a la fuerte custodia montada en la zona- "Villa La Angostura se paralizó, los uniformados controlaban el pueblo, no se permitía ni la navegación" en el lago Nahuel Huapi.
Ese control estricto significó que el turismo no podía transitar por la zona, custodiada por cientos de efectivos, y por esa razón se suspendieron todas las excursiones.
Ante la inminente llegada del verano, y el inicio de la temporada turística estival, los empresarios de Villa La Angostura comenzaron a preocuparse: si Isabel se quedaba se fundían. "La Cámara Hotelera presionó para que se la llevaran" aseguró Moure y esas gestiones tuvieron su resultado.
En diciembre Isabel Perón fue trasladada a una unidad militar de la localidad bonaerense de Azul.
En Villa La Angostura todo volvía a la normalidad y los empresarios y comerciantes comenzaban a respirar tranquilos. A partir de ese momento el pueblo sumaría sus propias anécdotas a un episodio que significó una página negra de la historia argentina.
Fuente: Periódico del Sur http://www.periodicodelsur.com.ar/index.html