La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

La Internacional de la Tortura.

Por Arthur Lepic.

Los documentos que la Corona Británica quiso censurar.

El ministerio británico de Relaciones Exteriores prohibió al embajador Craig Murray la publicación de documentos que obran en su poder y que demuestran la responsabilidad de la Corona Británica en la Internacional de la Tortura. Ante la necesidad de poner esos documentos a disposición de la opinión pública, y sobre todo de darlos a conocer a los súbditos de Su Muy Graciosa Majestad, como medio de defensa de la libertad, la Red Voltaire ha decidido brindar su ayuda al embajador Murray y desafiar la censura, publicando las pruebas de la culpabilidad de la Corona. La Red Voltaire llama a los demás sitios informativos a publicarlos también.

Craig Murray, conocido para nuestros lectores desde su intervención en la conferencia Axis for Peace que tuvo lugar en noviembre de 2005, fue embajador de la Corona Británica en Uzbekistán hasta que denunció el apoyo que el eje Estados Unidos-Reino Unido brinda al régimen torturador de Islam Karimov con el pretexto de la «guerra contra el terrorismo». Como prueba de sus afirmaciones, Craig Murray había tenido la precaución de enviar al Reino Unido el cuerpo de un opositor uzbeco y de hacerle una autopsia para probar que el hombre había sido quemado vivo en agua hirviente. 

En medio del escándalo de la subcontratación de la tortura por parte de la coalición de la «guerra contra el terrorismo» a regímenes que recurren corrientemente a la misma contra sus propios opositores, Craig Murray luchó para lograr que su testimonio y el conjunto de elementos que obraban en su poder se publicaran bajo el título Murder in Samarkand («Asesinato en Samarcanda»), un libro que aporta pruebas –como documentos oficiales con los sellos del ministerio de Relaciones Exteriores de Su Majestad–, sobre la utilización por parte de la Coalición de informaciones de inteligencia obtenidas bajo tortura.

Al menos el libro debía incluir esas pruebas, divulgadas en virtud de la «Freedom of Information Act», pues desde su publicación se comunicó a Murray que sería procesado por… ¡violación del derecho de reproducción de documentos de la Corona! Por supuesto, para el Foreign Office (el ministerio británico de la Relaciones Exteriores) hubiese resultado más fácil acusarlo de haber divulgado secretos de Estado, pero ningún tribunal se habría atrevido a condenar a un militante por denunciar el uso de la tortura.

Las acciones jurídicas del gobierno de Tony Blair contra Murray equivaldrían a ir en contra de la «Freedom of Information Act» (FOIA) que ese mismo gobierno aprobó antes del desencadenamiento de la «guerra contra el terrorismo» y a prohibir la publicación, antes de un período de cien años (ley sobre el copyright), de cualquier documento proveniente del gobierno británico, exceptuando el caso de su uso con fines estrictamente personales.

Bajo la amenaza de un colosal endeudamiento, Murray decidió por tanto incluir en su libro solamente las direcciones de Internet que permiten el acceso a los documentos para su consulta gratuita en su sitio web,  eliminando así toda posibilidad de que se le pueda acusar de hacer un uso comercial de documentos que pertenecen a «otro». Claro, no por ello cesaron las amenazas.

Es importante señalar que hasta ahora el Foreign Office afirmaba que los documentos en cuestión eran falsos. Al afirmar ahora que es propietario de esos mismos documentos, el Foreign Office admite finalmente su autenticidad. Además, los detalles de otras modificaciones del libro que exigió el Foreign Office (ver documento 1) son muy reveladores. Por ejemplo, se exigió que Murray retirara la afirmación de que Colin Powell estaba mintiendo con conocimiento de causa cuando dijo que los atentados de Tashkent eran cosa de Al Qaeda [1], ¡no porque sea mentira sino porque eso «perjudicaría las relaciones anglo-estadounidenses»!

Resulta evidente que esta serie de 15 documentos constituye una de las pruebas más aplastantes de la existencia de una «Internacional de la Tortura» dirigida por la coalición anglosajona y de la duplicidad de la «guerra contra el terrorismo». Ante los repetidos ataques de los que el sitio web de Murray ha sido objeto desde la publicación de estos documentos, estimamos necesario responder al llamado de Craig Murray e incluirlos en el servidor de la Red Voltaire.

Presentamos, por consiguiente, estos documentos íntegramente, incluyendo los ya famosos «Telegramas de Tashkent» así como diversos intercambios entre Craig Murray y los protagonistas de esa intriga, digna de los períodos más oscuros de la Europa del siglo XX. 

Enlace para la documentación completa: http://www.voltairenet.org/article141941.html

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