La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas. |
¿Un Gobierno Oculto... Intraterrestre? |
Hay algo que pocos conocen, entre , fue enviada una expedición nazi al Tíbet al mando de Ernst Shaeffer, que es acompañado por cinco sabios alemanes y veinte miembros del la SS. Hilscher, jefe del Departamento de Esoterismo de la Anhererbe, es el propulsor.
Misión: entablar lazos con los misteriosos habitantes de la cavernas, pertenecientes al pueblo de Agartha. Será una de varias exploraciones dirigidas hacia esa región mítica. ¿Ciencia ficción o inquietante realidad? ¿Qué buscaban los nazis en el Tíbet? ¿Existe un Gobierno oculto escondido en las entrañas de Asia?
Hasta ahora, en el hilo de esta narración se han seguido ideas un tanto descabelladas, pero con grandes perspectivas de sustento histórico aunque a regañadientes. Sin embargo, resistimos el pensamiento de que el ocultismo gris de los nazis obedezca a los designios de unas Jerarquías Espirituales Desconocidas que, afincadas en el interior de la Tierra, digitalizarían políticas e intervendrían en el curso de la historia del mundo, aunque sus directrices no siempre sean claras si se toma el ejemplo de los nazis como los últimos propagadores.
Aunque los nazis armaron gran revuelo con la famosa expedición en busca de Agartha, no fueron ellos los únicos interesados. Aventureros, místicos y exploradores legaron a la posteridad increíbles relatos que avalan la posible existencia de este reino subterráneo. De toda la información que circula por el mundo sobre Agartha, elegimos tres expositores, que creemos valen la pena ser citados para este capítulo.
Sucedió en el último cuarto del siglo antepasado. Se supone que fue en 1885 cuando el marqués Alejandro Saint-Yves Alveydre recibió la visita del príncipe afgano Hardij Schripf, acompañado de dos misteriosos personajes, enviados -decían- por el Gobierno Universal Oculto de la presente Humanidad, los cuales le revelaron la existencia del Agartha y su organización espiritual y política...
Este ocultista francés escribió un libro, Misión de la India en Europa, donde revelaba la naturaleza de Agartha, y mandó a imprimir doscientos ejemplares para ser publicados. Pero ante amenazas provenientes de la India, el autor decidió destruir cualquier rastro del manuscrito. Un solo ejemplar sobrevivió y fue conservado por el hijo de Saint-Yves, que más tarde regaló al místico Papus. Saint-Yves dijo además que Agharta, que en idioma sáncristo significa Comunidad o Comarca Suprema, se encontraba ubicada en el Desierto del Gobi, o sea en pleno corazón del Asia.
En la superficie de la Tierra y en sus entrañas, la existencia real de Agartha se sustrae a la vigilancia y al apremio de la violencia de la profanación. Sin hablar del continente americano, cuyos subsuelos ignotos le pertenecieron en tiempos de una muy lejana antigüedad, en Asia, sólo, cerca de mil millones de hombres conocen más o menos de sus existencia y su grandeza.
¿Por qué caminos, a través de qué pueblos hay que pasar para llegar hasta allí? A esta pregunta, que seguramente me harán los diplomáticos y los militares, no conviene responder de manera más explícita, hasta que el entendimiento sinárquico sea un hecho. No obstante, como me consta que ciertas potencias, en sus mutuas rivalidades a través de Asia, rozan sin saberlo el territorio sagrado, comprendiendo que, sus tropas deberían hollarla o bordear sus límites, divulgo estas informaciones por amistad hacia estos pueblos europeos y por Agartha, naturalmente... Entendemos el por qué del nerviosismo.
Como último exponente acerca de Agartha, tenemos a Nikolai Roerich, explorador, pacifista y genial pintor ruso que por el año 1923 llevó a cabo una famosa travesía hacia las regiones desconocidas de Asia, donde obtuvo informes por boca de los maestros lamas acerca de Shambhala (Agharta?). En Shambhala, la resplandeciente, Roerich entrega una visión mística de la escurridiza ciudad...
"... Lama, en Turfan y en Turkestán nos enseñaron cuevas con extensas galerías sin explorar. ¿Podemos llegar a los Ashrams de Shambhala a través de estas rutas? Nos dijeron que en algunas ocasiones, personas extrañas salían de estas cuevas y se dirigían a las ciudades.
Deseaban pagar con monedas extrañas y antiguas que ya están fuera de uso. - «Es verdad, es verdad; los habitantes de Shambhala a veces emergen a este mundo. Se encuentran con los servidores terrenales de Shambhala. Por el bien de la humanidad, envían regalos preciosos, notables reliquias.
Puedo contaros muchas historias de los maravillosos regalos que se recibieron a través del espacio. Hasta el mismísimo Rigden Gyeppo aparece en ocasiones en cuerpo humano. De repente, se muestra en sitios sagrados, en monasterios, y en un momento predestinado pronuncia sus profecías.
De noche o por la mañana temprano, antes del alba, el Soberano del Mundo llega al Templo. Entra. Todas las luces se encienden solas al mismo tiempo. Algunos ya reconocen al Gran Forastero. Los lamas se reúnen con gran reverencia. Escuchan con la mayor atención las Profecías del futuro.
Hasta aquí los relatos. Cada uno de ellos ha brindado representaciones potentes e imágenes idealistas acerca de este Gobierno Oculto a las aspiraciones humanas. Reseñando: Agharta o Shambhala está ubicada en el corazón de Asia, en el Tíbet, y para más precisión en las entrañas del Desierto del Gobi.
La forma de gobierno es a base de un Consejo, con un líder santo al mando, llamado el Rey de Mundo. ¿De dónde proceden? Sólo leves indicios de que podría tratarse de supervivientes de alguna oscura civilización que la historia no registra.
Adelantados en lo tecnológico y espiritual, su misión suprema sería ayudar a los hombres menos evolucionados y que intervienen en el mundo en caso de ser necesario. Agartha sin embargo no fue la única razón de la expedición nazi. Debemos comprender que Alemania experimentaba una conversión budista muy importante, en especial en el ámbito partidario.
Un pensamiento que también alentó este viaje fue el recuperar la vieja tradición espiritual emparentada con el paganismo y la práctica del ocultismo templario, que se decía aún pervivía en aquellas regiones del Asia Septentrional.
Quizás esta afirmación explicaría porqué los nazis recibieron un documento del Consejo de Regencia que en ese entonces gobernaba al Tíbet -ya que aún no se había elegido el nuevo Dalai Lama viviente-, aceptando a Hitler como Jefe de todos los arios, y porqué en algunas Castas altas de la India, el Tercer Reich fue saludado, e inclinadas algunas cabezas ante la presencia de la svástika.
¿Qué llevó a culturas tan avanzadas en lo espiritual, a dejarse seducir por el nazismo, cuando ya era evidente que la orientación iba dirigida hacia la realización del mal? ¿Será que mucha de su tradición esotérica y religiosa estaba en decadencia? ¿O era una manera de revancha contra el Cristianismo, al que había que combatir, para recuperar antiguos privilegios.
Lo cierto es como resultado de este viaje, en Berlín se instaló una comuna de monjes tibetanos, que hasta llegó a combatir por los gloriosos arios. También debemos señalar que un lama de guantes verdes fue visto por las cercanías del Führer, y que se decía proveniente de las cavernas subterráneas del Agartha.
Durante este largo viaje a las entrañas del Tercer Reich, la Historia fue aliada, y la investigación se nutrió de nuevos elementos, muchos de los cuales salen a la luz en los albores de los nuevos tiempos. La esvástica, ese símbolo perteneciente a la Humanidad, fue usado como eje del mal, para favorecer a una potencia de Mil Años. Y cuando se manipula lo sagrado, ya se sabe, que las consecuencias pueden ser funestas.
¿Vida Intraterrestre?
La creencia en civilizaciones intraterrestres muy evolucionadas espiritualmente forma parte de muchas tradiciones filosóficas-religiosas del mundo. Tampoco es desdeñable el número de personas que dan testimonio de una "realidad fantástica" con zonas cálidas, llenas de vida vegetal y valles perdidos e en lugares inhóspitos de nuestro subsuelo. Incluso autores de la talla de Julio Verne, James Hilton, C. W. Leadbeater, John G. Fuller, el polémico Raymond Barnard; y aventureros como Ferdinand Ossendowski y Nicholas Roerich, han hablado de estos reinos subterráneos a través de sus novelas. ¿Podría estar albergando nuestro planeta culturas vivas en su interior?
Por excéntrico que pueda parecer el planteamiento anterior, no debemos despreciar un argumento bastante significativo: en casi toda la tierra se tienen noticias de cuevas subterráneas y sistemas de túneles -como el entramado que se extiende bajo la superficie del Yucatán, montañas de Paucartambo en Perú, sierra del Roncador en Brasil, cuevas de Afganistán, monte Kailós en el Tíbet...- que conectan no sólo áreas diferentes dentro del mismo continente; sino que, en opinión de algunos investigadores, bien pudieran "unir" diferentes partes del globo.
En realidad, todas las tradiciones antiguas se basan en ésta supuesta existencia de ciudades intraterrenas conectadas mediante una vasta red de pasadizos, más que en la -no menos fantástica- creencia de una "tierra hueca" que algunos autores como Raymond Barnard proponen.
Exploradores como Juan Moriaz, y sacerdotes como Carlos Crepi, habrían encontrado en estos túneles perdidos del Yucatán (cueva de "los Tayos"), láminas de piedra y oro con signos ideográficos grabados que describen los orígenes de la historia humana, según recoge fielmente Erik Von Däniken en El oro de los dioses.
A este enclave sudamericano, que aún hoy día constituye un misterio por descifrar, se vincula una interesante leyenda sobre la mítica Shambalah o Agharta, y las historias que de ella se desprenden. Historias sobre una ciudad santa oculta en los Himalayas, que bien merecen punto y aparte dentro de este artículo.
Se ha dicho que el origen de las sociedades subterráneas podría estar en los continentes desaparecidos del Atlántico y del Pacífico: la Atlántida, Lemur o Thule (esta última en la tradición helénica se corresponde con el reino de hiperbórea: una tierra paradisíaca, perdida más allá de la barrera de los hielos, donde existe una raza que irradia un poder espiritual capaz de influir en los sentimientos colectivos del planeta).
Tanto en oriente como en occidente se suceden las descripciones sobre los integrantes de estas enigmáticas sociedades, y no faltan los testigos que dan crédito a la existencia de seres dorados de los que emana una intensa luz blanquecina.
OQUEDADES POLARES
La posibilidad de que la tierra sea hueca, y de que se pueda entrar en ella a través de los polos norte y sur, ha alimentado la imaginación de la humanidad desde hace mucho tiempo. Por si fuera poco, unas supuestas fotografías de una abertura en el polo norte tomada por los satélites ESSA-3 el 6 de enero de 1967 y ESSA-7 el 23 de noviembre de 1968, parece facilitar esta teoría.
Para los partidarios de la tierra hueca, sus hipótesis no únicamente estriban en estas controvertidas fotos (reproducidas en 1970 por la revista Flying Saucers del editor Ray Palmer) sino que al parecer diferentes exploradores dicen haber visto cenizas volcánicas donde no hay volcanes, calor inexplicable donde deberían reinar temperaturas bajo cero, huellas de animales en lugares nada accesibles, icebergs de agua dulce en el océano Ártico...
Leonard Euler, matemático del siglo XVIII,"dedujo" que la tierra era hueca y contenía un Sol central. El doctor Edmond Halley (descubridor del cometa Halley y astrónomo real de Inglaterra) también creía en esta teoría. Claves Symnes (ex-capitán de infantería de Ohio) se mantenía convencido de que nuestro mundo consistía en realidad en un sistema de esferas huecas concéntricas.
El escritor Raymond Barnard (antes mencionado), en su libro La tierra hueca lanzó la complicada -y absurda para muchos- teoría de que el centro de gravedad del planeta no estaría en el núcleo sino en la corteza terrestre, y que las auroras polares estarían causadas por los rayos provenientes de un "Sol interior, apareciendo por esos enormes agujeros polares".
En 1926, Richard Evelyn Byrd, capitán de la marina americana, navegó en línea recta hacia el polo norte y continuó viajando unos 2.730 km. en esa misma dirección sin alcanzarlo, arribando, por el contrario, a una costa de aguas templadas llenas de vegetación. ¿El Reino de Hiperbórea?
Entre 1946-47, Byrd revive una experiencia semejante, esta vez volando en dirección al polo sur, en una expedición denominada "High Jump", patrocinada por los EE. UU. Se cree que las expediciones del capitán fueron objeto de desinformación, ya que existe gente que afirma haber visto imágenes en "noticieros" narrados por el propio Byrd en el que describía y mostraba imágenes "de esas tierras más allá del polo" con sus montañas, árboles, ríos y un gran animal identificado como un mamut.
Estos documentales, de existir, parece que se han evaporado. Para los defensores de la Tierra hueca, el capitán habría encontrado la apertura polar y se habría introducido en ella. El que fuera operador de radio en las expediciones, Lloyd K. Grenlie, reafirmó la existencia de una cinta grabada con todo lo mencionado por Byrd.
Sus detractores insinúan que sus afirmaciones no son más que recuerdos falsos y sus comentarios como "una tierra más allá del polo" o "el gran enigma", eran formas de aludir a regiones aún inexploradas mas que a continentes escondidos en su interior.
La ciencia tiene la palabra
Según estudios realizados por geofísicos del Instituto de Tecnología de California (USA) y través de mediciones indirectas en la frontera entre las zonas líquidas y sólidas, se estima la temperatura interior del planeta en 6.300º C y en principio, en el "centro", alcanzaría los 6.600ºC, mayor que la reinante en la superficie del Sol. Con estas cifras, admitir la idea sobre la oquedad de la tierra parece bastante disparatado.
De todas formas, debemos reconocer que a la ciencia le queda mucho aún por investigar sobre la estructura interna del planeta, porque a pesar de las prospecciones (apenas un 0.2/ 0.5% del radio terrestre) y sondeos que los geólogos han realizado, la composición de su núcleo no ha sido determinada con total seguridad.
Una hipótesis -aparecida en la revista Science- del doctor Ronald Cohen llevaría a examinar algunos planteamientos de ser cierta: "el corazón terrestre es una inmensa bola de 2.400 km. de diámetro, pero no de hierro sino de cristal, formada por átomos de hierro con su propio campo magnético".
Lo que parece fuera de toda duda por la comunidad científica es que de existir seres intraterrestres tendrían una estructura física y atómica diferente, y así podría estar "habitado" el interior del planeta por criaturas basadas en la química del silicio en lugar de la del carbono, tal y como propuso en su día el astrónomo norteamericano Thomas Gold (profesor emérito de Astronomía de la Universidad americana de Cornell).
Evidentemente se tratarían de organismos microscópicos capaces de desarrollarse a enormes presiones y temperaturas en el interior de la corteza terrestre, residiendo en los pequeños poros que se encuentran en las rocas y obteniendo la energía necesaria para vivir de diversos minerales y gases disueltos.
Esta posibilidad se ha considerado prácticamente inviable por la casi totalidad de los biólogos. Pero según Thomas Gold, en el interior de algunos laboratorios geológicos se han conseguido muestras de gran profundidad y se han observado como diferentes rocas presentaban señales de la acción de estos organismos basados en el silicio que habrían pasado inadvertidos hasta ahora.
Lejos de la especulación, las únicas "criaturas" que desde hace 40 años se sabe llegan a tolerar condiciones y marcas de 3.500º C. son los llamados hipertermófilos. Viven alrededor de chimeneas volcánicas, de fondos oceánicos, o en el agua que fluye de los géiseres. La mayoría de estos organismos son bacterias unicelulares que obtienen la energía al combinar oxígeno con sulfuro de hidrógeno. Constituyen auténticos fósiles vivientes, pues han permanecido casi sin cambios a lo largo de miles de millones de años.
Agartha y el mito del Rey del mundo ¿Realidad espiritual o material?
Antiguas tradiciones religiosas asiáticas (budistas tibetanas, enseñanzas hindúes, chamanes de Mongolia) desde tiempos remotos dan por cierta la existencia de un reino inmortal "invisible" donde se escondería un reducido colectivo de personas, excepcionalmente sabias y poderosas, procedentes de los continentes hundidos del Atlántico y del Pacífico.
En Oriente este mundo idílico oculto es conocido como Agartha o Sambalah y en América del Sur como la ciudad del Disco Solar. Muchos sitúan este reino en valles perdidos de las cordilleras al norte del Himalaya, y otros en cavernas inaccesibles de los desiertos próximos al Gobi. Este pueblo subterráneo estaría regido por los designios de un misterioso personaje : el Rey del Mundo.
Investigadores de culturas religiosas como Andrew Tomas han estudiado a fondo este mito universal aceptando como real su existencia. Otros estudiosos, como René Guénon, han visto en la figura del soberano de este mundo intraterrestre -a caballo entre lo divino y lo humano- un principio, una dignidad y un estado espiritual: "Es la inteligencia cósmica que refleja la luz espiritual pura" (R. Guénon, El rey del mundo).
Para otros, este tipo de mito entronca con todas las historias "fabulosas" que circulaban por occidente a propósito del reino del Preste Juan -misterioso soberano de quien según Marco Polo hablaban todos en el gran imperio y recibía tributos de la mayor parte de los gobernantes asiáticos-. Al parecer, en los archivos del Vaticano se encontraría parte de la correspondencia que mantuvo el mítico rey-sacerdote de Oriente con algunos monarcas y prelados de la Iglesia.
Es posible que todas estas narraciones que hemos rescatado del pasado funcionaran como un factor sugerente para sacar a las personas de Europa. Las salidas del continente ya habían sido promovidas por el papado en las cruzadas, y el Preste Juan (o el Rey del Mundo) sería la "idea" que movilizaría a los hombres. Representaba la figura de un rey con un enorme imperio, situado tras las líneas musulmanas en el que abundarían enormes riquezas.
Para Helena Petrovna Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica, este reino no es ninguna utopía. H. Blavatsky declararía en más de una ocasión estar en contacto con los Mahatmas (misteriosos personajes del Asia Central que detentaban poderes sobrenaturales) que le transmitían a menudo mensajes de fraternidad y misteriosas profecías destinadas a aviso y cuidado de un mundo en eminente peligro de autodestrucción.
Según ella, Moisés, Platón, San Pablo... habrían sido teósofos iniciados por miembros de este Gobierno oculto. No fue hasta 1933 cuando James Hilton popularizó en Occidente la leyenda de Sambalah en su novela Horizontes perdidos, donde narra como una comunidad de grandes sabios, llamados Rishis o Mahatmas (grandes almas) viven en un paraíso de ciencia mística, oculto en algún lugar al norte del Tíbet, entre los macizos de Altin-Tag y Kum-Lum, Altai en Mongolia, Tsaidan y China. Habitantes de estas regiones atestiguaron la presencia de seres luminosos vestidos con simples túnicas.
El marqués Alejandro Saint-Yves d´Alvèdre mantuvo haber sido visitado en 1885 por dos misteriosos personajes, enviados por el gobierno universal oculto de la presente humanidad, los cuales le revelaron la existencia de Agharta y su organización espiritual y política.
Con estas revelaciones, Saint-Yves escribió un libro de 200 páginas que mandó editar; pero apenas había salido la obra de la imprenta, el marqués ordenó su destrucción, ya que al parecer "contenía terribles secretos". Un solo ejemplar se escapó a la destrucción del que se haría una reedición fotomecánica, y que según cuentan, los nazis, durante la ocupación alemana, acabarían por destruir.
Los aventureros Nicholas Roerich y Ferdinand Ossendowski
Viajeros occidentales como el científico polaco Ossendowski y el pintor ruso Roerich, escucharon contar a los lamas y nativos relatos sobre túneles que convergían a un fabuloso país subterráneo donde habitaba una poderosa raza de seres que se daría a conocer cuando la humanidad hubiera llegado a unas condiciones en que pudiera recibir los conocimientos necesarios, y saldrían a la superficie para crear una nueva civilización de paz (Nostradamus anunció en sus Centurias que habría de llegar algún día el Gran Rey) ¿Quién sabe?
Ossendowski fue el primero en recoger el testigo de Agartha. Durante su huída por Siberia y Mongolia, perseguido por el ejército rojo, alcanzó tierras casi desconocidas en torno al desierto de Gobi, Manchuria y las inmediaciones del Tíbet -supuesto enclave del reino perdido-.
Contactó en sus investigaciones con privilegiadas fuentes de información: aristócratas y lamas mongoles y el bibliotecario del propio Buda viviente. Dejó memoria de todo en el último capítulo del libro Bestias, hombres, Dioses. El libro daría cierto cariz de credibilidad a la existencia de Agartha, aunque muchos lo tacharían de sensacionalista y muy poco o nada riguroso.
Roerich también sintió la llamada del Himalaya y abandonó la fama para dedicarse a luchar en pro de la paz, desde su refugio en el valle de Kulu, en las montañas de Cachemira (1917). Recién muerto Lenin, en 1924, Roerich llegaría a Rusia como portador de un mensaje que le había sido transmitido por los Mahatmas (nuevamente) que habitaban en algún lugar ignorado dentro del paralelo 42.
Juan Parellada de Cardellac cuenta en su libro Reinos perdidos y claves secretas que el explorador ruso habría dejado constancia en sus escritos del avistamiento de un OVNI -lo definiría como un ingenio metálico- que vio elevarse de un valle del Gobi en dirección al Tíbet.
El Dorado y el coronel Fawcett.
Por muchos definida como "la ciudad subterránea post-Amazónica, ubicada en la cordillera central y oriental del Perú que ha despertado innumerables sueños", el mito de El Dorado tomó el nombre de Paititi en Perú, Omagua en Venezuela, Manoa en la Guayana y Shangri-la de los Andes.
Ligado a la leyenda de El Dorado, aflora la historia del coronel Fawcett, viajero inglés que descubrió en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro una carta (enviada por el bandeirante Francisco Raposo al vicerrey, 1754) en la que se describía el hallazgo un año antes de una extraña ciudad de piedra en el noroeste del estado de Bahía, mientras Raposo buscaba las minas de plata de Muribeca.
Extraviado en el Matto Grosso, el aventurero portugués y sus compañeros divisaron en la montaña una escalera monumental tallada en la roca que conducía a un impresionante pórtico que se abría a una fantástica ciudad. Al manuscrito (conocido como el nº 512), le acompañaba un mapa que situaba esta ciudad en los alrededores del río Xingu -afluente del amazonas-. Fawcett, acompañado de su hijo Jack, penetró en la selva amazónica en busca de la ciudad perdida. Nunca volvieron.
Se da la circunstancia de que tanto en la región sudamericana, como en las áreas que englobaría la leyenda de Agartha, han sido escenario de frecuentes apariciones OVNI. Esto ha llevado a algunos ufólogos a creer que los OVNIs podrían ser vehículos de una civilización pasada, altamente desarrollada, que permanece oculta, y sus contactos con el exterior se establecen a través del triángulo de las Bermudas, las islas Canarias, los polos o el Tíbet. Contados como Eugenio Siragusa afirman que hoy día, en el subsuelo, existen bases de "hermanos del cielo" construidas con inmensas placas de cristal, supuestamente guiadas por maestros interplanetarios de la 4ª y 5ª dimensión.
La aventura nazi también tuvo este mito en consideración, pues como se ha comentado ya hasta la saciedad, Hitler y su círculo íntimo llegaron a estar persuadidos de la realidad de este mundo oculto tras la lectura de The Coming Race (La raza que vendrá) de Bulwer Lytton. ¿Envió el führer expediciones especiales en busca de la entrada a... con la intención de aliarse con civilizaciones internas?
Rigurosamente hablando, por las investigaciones llevadas a cabo hasta el momento, podríamos concretar que si alguien o algo se moviera allí abajo, lo sabríamos. Puede que todos estos relatos -parafraseando a Serge Hutin- no sean más que símbolos de la perpetua nostalgia humana de un paraíso terrestre que sólo existe en el universo de la leyenda. Sin embargo, debemos admitir un desconocimiento importante de los lugares donde se centran estas tradiciones, pues en territorios tan vastos e inhóspitos, TODO parece ser posible.
La teoría de la Tierra hueca tuvo gran popularidad y difusión durante el Tercer Reich. Algunos de los principales jerarcas nacionalsocialistas estaban convencidos de que la Tierra estaba hueca y que se podía acceder a ella por enormes aperturas en los polos. Al parecer, Adolf Hitler y Rudolf Hess estaban entre ellos.
En la actualidad, el nazista chileno Miguel Serrano es uno de los más firmes defensores de la teoría de la Tierra hueca. También los budistas tibetanos (por cierto aliados del Tercer Reich) están convencidos de esta teoría, teniendo hasta hoy creencias en ciudades subterráneas. Pero esta teoría no la inventaron los NS ni surgió con ellos, como veremos más adelante.
La literatura está llena de fantasiosos relatos sobre la materia. Hasta Tarzán, el famoso personaje de Edgard Rice Borroughs, incursionó por el interior del planeta. Lo hace en "Tarzán en el centro de la Tierra", escrita en 1929. El hombre-mono penetra por un agujero polar y vive aventuras tremendas en un mundo llamado Pellucidar, donde habitan seres reptiles, hombres de las cavernas y otras espeluznantes criaturas.
Asombrosa la coincidencia entre esta teoría y el libro de Julio Verne "Viaje al centro de la Tierra". En muchas ocasiones se ha hablado que quizá Julio Verne fue un vidente y no un simple visionario, pues en su novela "De la Tierra a la Luna" describió datos que luego resultaron asombrosamente exactos cuando el Apolo alunizó en la Luna, datos como distancias que ningún científico de la época hubiera osado pronosticar.
¿Tenía Julio Verne algún tipo de visiones que le permitían conocer cosas ocultas y futuras? La mayoría de las predicciones de Julio Verne (el avión, el submarino, los viajes espaciales, etc.) se han cumplido... sólo resta la teoría de la Tierra hueca.
¿Tenía el genial Julio Verne también razón en este tema? ¿Quién sabe...? Por supuesto este libro es el más famoso de los de esta índole. En la obra, escrita en 1864, el profesor von Lidenbrock, su sobrino y un guía nativo logran penetrar en el mundo interior a través del cráter de Sneffels, un volcán apagado situado en Islandia.
Otra obra que merece ser citada es "The Coming Race", escrita en 1871 por el lord británico Edward Bulwer-Lytton. Ésta es una de las primeras novelas de ciencia ficción de la literatura inglesa. Hay versiones en español con los títulos "La Raza del porvenir" o "La Raza venidera". Aquí el camino de ingreso al interior de la Tierra es una mina muy profunda, la que permite llegar a un lugar donde viven seres avanzados que han logrado dominar formas de energía desconocidas para el hombre. La idea de estos seres es salir a conquistar el mundo de la superficie.
Es también interesante de esta novela que anticipa con extraordinaria precisión, ya en el siglo XIX, conceptos como la tecnología láser y la energía nuclear.
El famoso escritor irlandés George Bernard Shaw se expresaba así sobre esta novela: "En 'La Raza venidera', lord Lytton representa a un vulgar hombre de nuestro tiempo atrapado por accidente en un país subterráneo habitado por una raza varios cientos de años por delante de nosotros en la evolución. Y, esta teoría de la evolución, introduce algo así como un método científico en la novela moderna".
Y por su parte el poeta norteamericano Edgar Allan Poe opinaba: "Hace ya bastante tiempo que hemos aprendido a reverenciar el fino intelecto de Bulwer. Podemos coger una cualquiera de las producciones de su pluma con la seguridad de que, al leerla, las más salvajes pasiones de nuestra naturaleza, nuestros más profundos pensamientos, las más brillantes visiones de nuestra fantasía y las más ennoblecedoras y elevadas de nuestras aspiraciones serán, a su debido turno, encendidas en nuestro interior".
¿Por qué mencionamos a Bulwer-Lytton, cuando es un escritor tan poco conocido en nuestro medio? Porque Adolfo Hitler, bajo la influencia de la novela de ciencia ficción mencionada, llegó a creer también que la Tierra era hueca. Se afirma que durante la II Guerra Mundial, Hitler envió a un equipo de expertos de radar para que espiaran a la flota submarina británica, empleando cálculos basados en esa teoría.
Los partidarios de la teoría de la Tierra hueca afirman que Hitler, acompañado por un grupo de incondicionales tomó un submarino al producirse la derrota alemana, para dirigirse a una base polar desde donde penetró al interior del planeta buscando refugio allí... donde permaneció hasta su muerte muchos años después.
La teoría de una Tierra hueca, que en siglos pasados contó con defensores tan ilustres como Halley (descubridor del cometa que lleva su nombre) y Euler, no es aceptada por la ciencia actual. A pesar de ello, en Noviembre de 1989 una información de las noticias hablaba de la interrupción de unas faenas en Siberia.
¿En qué consistían? En perforar un hoyo de unas nueve millas de profundidad. Formaban parte de una investigación geológica. ¿Y por qué fueron suspendidas? Porque después de varias millas de avance dentro de la masa rocosa, el taladro comenzó de pronto a revolotear erráticamente. La única explicación posible era que el centro de la Tierra fuese hueco. En un esfuerzo por averiguar lo que ocurría, y también con el propósito de escuchar el movimiento de los diferentes niveles tectónicos, el doctor Viktor Azzakov hizo descender por la profunda abertura un micrófono de alta sensibilidad. ¿Y qué escuchó? Transcribamos el relato del doctor Azzakov: "Se oía un ruido lejano que pensamos la posibilidad de que el centro de la Tierra sea hueco.
Por más extraño que esto resulte, se trata de una antigua creencia. Antigua, pero que ha llegado hasta nuestros días. Como que existe, aunque parezca risible, una Sociedad de la Tierra Hueca con miembros en más de treinta países. Su presidente es Albert McDonald y el objetivo número uno de la singular institución es descubrir la forma de ingresar al interior del planeta a través de agujeros que existirían en las regiones polares.
(A propósito, en Junio de 1967 varias publicaciones difundieron una fotografía captada por el satélite ESSA donde se veía con toda claridad una zona oscura en las regiones árticas. Lo que era ese punto negro jamás fue aclarado. Otro misterio. Para los creyentes en una Tierra hueca, es la prueba de que efectivamente existen tales agujeros).
Para los defensores de la Tierra hueca, como el chileno Miguel Serrano, todos quienes dicen haber llegado a los polos se equivocan ya que no es un punto geográfico en la tierra externa "no se encuentra afuera, sino adentro". La Tierra estaría hendida en sus dos extremos y se curvaría al interior, de modo que si alguien sobrepasa los 83 grados de latitud, al norte o al sur, sin saberlo se hallará en el interior del planeta. La fuerza de gravedad se ubica en el centro de la corteza terrestre, que tiene un espesor de 800 millas.
Más allá está el aire, el hueco interior de la tierra. La corteza, en su reverso, constituiría continentes y mares, bosques, montañas, ríos, habitados por una raza superior que entró allí en tiempos remotos y que serán los hiperbóreos de la leyenda. Su civilización sería mucho más avanzada que la de la superficie y algunos de sus guías mantendrían el contacto con muy pocos de los de "aquí". Allí estarían Agharta y Shamballah sumergidas.
En palabras de Miguel Serrano, "el clima adentro sería equilibrado, como lo fuera el de la Tierra exterior antes de la desviación de su eje y del trastrueque de los polos. Es decir, aún existe allí la edad Aurea, Solar. En el centro del hueco interior habría un sol, mucho más pequeño que el nuestro de afuera". Es lo que se conoce como "el Sol negro", que tanta relevancia tiene en el esoterismo hitleriano. Como la fuerza de gravedad es menor adentro, la estatura será gigantesca y existe una enorme longevidad.
Hoy en día tenemos certeza que hace miles de años que convivimos con una civilización que habita bajo la corteza terrestre. Esta información que nació como mito en Asia, ha sido relacionado con la conocida Shamballa, capital matriz de un gran reino llamado Agartha, y que asienta en sus bases en los sectores sagrados de los Himalayas, desde el indo al brahmaputra, de el kichejunga al Kailash, del majestuoso desierto del Gobi, a las zonas prohibidas de la India...
La relación de 2 mundos que se unen por un legado que solo algunos elegidos podrán acceder... y como dice la leyenda solo siete seres humanos cada cien años podrán ingresar a las zonas prohibidas de estos macizos sagrados.
Es importante interpretar de manera racional las informaciones que podemos absorber de oriente, sobretodo teniendo en cuenta la diferencia de cultura, y por encima, la religiosidad que ha encausado bajo su creencia la existencia de este mundo oculto, el cual se apega a las bases de este conocimiento milenario, dando pie a la búsqueda constante de este Shangri-La, un paraíso que permite a aquel que lo encuentre, el acceso a la inmortalidad, y no solo en base a su presencia física, si no que a su evolución espiritual, la que realmente interesa a los que abordan la religión budista e Hinduista.
En occidente no existe un misticismo que se haya mantenido a través del tiempo - en diferencia a oriente -, no obstante la espiritualidad siempre llego por canales poco ortodoxos, a veces sin dejarnos comprender los intereses detrás de ellos, teniendo en cuenta la necesidad que existe en la gente de poder acercarse más a Dios. Lo lamentable es que muchas veces ha sido con los ojos tapados, dándoles la responsabilidad a diversos Maestros que creen poder decidir que es lo que necesitan los demás...
Es el caso de ciertos maestros de este mundo espiritual del Tíbet y que hasta el día de hoy han inspirado la creación de muchas organizaciones de índole esotérico-metafisico, las cuales han sido la base en occidente de esta nueva era que se alza a pasos agigantados. Dos ejemplos claros son la existencia del Maestro Morya y de Koot Hoomi, introducidos por la fundadora de la sociedad teosofica Helena Petrovna Blavatsky, que en el siglo XIX revoluciono las bases ocultistas de la época.
Lo curioso en esta historia, es darnos cuenta que esta adelantada mujer necesitaba tener ciertos pilares que soportaran la cantidad de nuevos conocimientos que estaba impartiendo, sobre todo por la adaptación de la cultura India en filas occidentales y de gran influencia, ya que hasta los propios masones norteamericanos propiciaban el renacimiento de las tradiciones milenarias en esta parte del mundo.
Para entonces la India estaba dominada por el gobierno británico, por lo que Blavatsky y el Coronel en retiro Henry Stell Olcott debían desviar la atención puesta en ellos, con la posibilidad (que luego se cumplió) de ser acusados de espías rusos.
De esa manera inventaron la existencia de estos dos maestros que cada cierto tiempo se manifestaban desde las zonas mas ocultas del Tíbet, enviando cartas proféticas y de una profunda espiritualidad, a la vez que según la necesidad, podían establecer un contacto físico con estos elegidos.
El Maestro Morya era en realidad el entonces maharajá de Cachemira Rambir Singh, mientras que Koot Hoomi (que se representaba como mentor principal), era Sirdar Thakar Singh Sandhanwalla, funcionario y religioso del Templo de Oro de Amristar, sede del Amrita Saras, más conocida como "la fuente de la inmortalidad", para algunos investigadores, el domino de la piedra filosofal.
Para acceder a estos maestros necesitaban un emisario intermediario el cual cumplía como discípulo de estos gurúes, de esta manera se le daba cierta objetividad a la existencia de seres omnipresentes en lugares inhóspitos de los Himalayas, y está demás decir que eran sectores sin jurisdicción inglesa.
Este seudo discípulo era conocido como D. K. Djwal Khool, el famoso Tibetano, al cuál incluso se le atribuye la inspiración de la "Gran Invocación", la verdadera identidad de este señor era la de Sardar Dayal Singh Majithia, quién curiosamente jamás estuvo en el Tíbet, coincidiendo con Blavatsky, a la cual en dos ocasiones se le impidió el acceso.
Obviamente la teosofía ha logrado perdurar en el tiempo, apoyada por una inspirada obra como "La doctrina secreta", la cual sin duda ha dado base a la cultura esotérica que poseemos hoy en día.
Una antigua tradición del Indostán brahamánico habla de una gran isla de belleza incomparable que en tiempos antiquísimos se alzaba en un mar del Asia central. Habitaba en ella una civilización de Nefilin aquellos de la edad de oro, pero la comunicación estaba cortada con los que vivían en el continente, a no ser por unas cavidades de cientos de kilómetros que se sumergían bajo la Tierra. En las ya antiguas ciudades en ruinas de la India existían algunas entradas ocultas, como los restos de Elefanta, Ellora y las cavernas de Ajanta en el Chandore.
En algunas tribus mongoles se dice que bajo sus tierras existe un mundo subterráneo de origen antediluviano y que se encuentra en una cueva en la zona del Hindú kush, sector de Afganistán; ahí se encontraría el acceso a un lugar llamado Agharti.
Incluso los Lamas Tibetanos hablan de muchos túneles que se encuentran en Centro y Sudamérica y que cobijan dentro de sí a un pueblo antiguo que emigró de un gran cataclismo hace miles de años. Este mundo estaría gobernado por reyes Arcones y estaría iluminado por una extraña luminiscencia que hace perdurar la vida y hace crecer los cultivos, aparte de mejorar la salud, sería de un color verde brillante.
"Oh Egipto, tiempo vendrá en que no quedará nada de tus religiones, sino vagos relatos en los que la posteridad ya no creerá... En la tierra y el mar, reina Zeus subterráneo... Los tiempos serán mejores, bajo la dominación de aquellos que ahora están establecidos en un gran ciudad bajo la montaña de Libia".
Estas frases de la existencia de un mundo oculto bajo la Tierra, se le atribuyen a Hermes Trimegistro, arquetipo de la ciencia oculta que en algún momento de la historia tuvo la oportunidad de plasmar sus conocimientos...
Hoy en día tenemos pruebas de que la Tierra es como un queso, que sin ser hueco, posee muchas cavidades que a través de galerías conectan todos los continentes. Obviamente somos testigos de que muchos de estos túneles no han sido creados por la erosión, si no por una tecnología inteligente y hace miles de años...
Lo que nos debe llamar la atención, es la insuficiente información que actualmente pulula en la sociedad, puesto que existen organismos de inteligencia que a nivel gubernamental esconden parte de este conocimiento, sobretodo el que se refiere a los tesoros que hoy en día están ocultos justamente en estos lugares sagrados y está de sobra decir, de muy difícil acceso.
Si nos damos el trabajo de recolectar los mitos del mundo subterráneo, lograremos abarcar todo el planeta, ya que no existe cultura ancestral que no haya escrito dentro de sus legados la existencia de un gobierno interno que trasciende a la civilización que ha colonizado la superficie terrestre, quizá estamos a pasos de ser testigos de la oficialización de su existencia, teniendo en cuenta las profecías que hablan del final de los tiempos y la salida de los Maestros que habitan y coordinan los destinos de la Humanidad desde un gran lugar del fondo de la Tierra...