La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas. |
Supermercados chinos vs. camioneros. Por Seprin. |
Si bien es cierto que hay una mafia china activa (cuyas principales víctimas son los comerciantes chinos) que tiñe de prejuicios a la opinión pública, el conflicto chinos vs. camioneros da la sensación de ser un pretexto para dar rienda suelta al chauvinismo económico. Para colmo está involucrado nada más ni nada menos que Hugo Moyano, sindicalista camionero, jefe de la CGT y kirchnerista. El Gobierno nunca tuvo en cuenta a los miles de supermercados chinos –organizados por una Cámara que los representa- a la hora de negociar acuerdos de precios.
El conflicto que se desató entre los supermercados chinos y su enfrentamiento con los transportistas reflota el explosivo crecimiento de estos comercios dirigidos por orientales que aparecen casi sorpresivamente en cualquier cuadra de Buenos Aires y el Cono Urbano. Muchos de ellos han sido víctimas de atentados y crímenes que jamás han sido esclarecidos.
En la Argentina viven 60.000 inmigrantes chinos y tienen más de 5.000 supermercados que, según los distribuidores mayoristas, facturan 3.000 millones de pesos por año.
Cuando un chino llega a la Argentina a instalar un supermercado debe pagarle un canon a la “ tríada”, nombre con que se conoce a la mafia oriental, a cambio de protección. Si la persona se rehúsa a arreglar, en cuestión de horas –a veces el mismo día de inauguración del local- aparece maniatado, muerto y con un dedo amputado.
Otro de los modus operandi consiste en intimidar a los morosos con bombas incendiarias. En muchos casos, los bomberos han encontrado cadáveres calcinados atados por la espalda con alambre. Tampoco falta la muerte a cuchillazos cuando la víctima se niega a pagar a una organización que cobra a cambio de protección no solicitada. Otra de las modalidades es pintar carteles en chino, con pintura roja, marcada como negocios "a los que no se debe comprar".
Así opera la mafia china en la Argentina, organización delictiva responsable de varios homicidios de connacionales cometidos en los últimos años en Capital Federal.
Es muy difícil y resulta casi imposible mantener una estadística de estos delitos porque la mayoría de los amenazados elude hablar del tema por miedo a sufrir represalias. No obstante, la “protección” existe pero es informal y muchas veces se trata de grupos criminales que tienen una modalidad delictiva aunque no llegue a conformar una estructura de mafia.
Cierta vez un alto oficial, vinculado a lo que era la vieja Superintendencia de la PFA, reconoció que la mafia china no está controlada, a nadie le importa nada y “nos tiran muertos todos los días”, aseguró.
Aunque hasta ahora salvo excepciones, todos los muertos son de su propia nacionalidad (es decir chinos), el conflicto casi se cobra una víctima argentina, ¿se tenía que llegar a este extremo para poner manos en el asunto? ¿Cualquier extranjero puede venir a la Argentina, operar como mafia y asesinar a sangre fría mientras no se meta con los ciudadanos argentinos? ¿Cualquier comerciante extranjero puede estar armado y disparar a mansalva sin sufrir las consecuencias?
Si bien es cierto que hay una mafia china activa (cuyas principales víctimas son los comerciantes chinos), el conflicto chinos vs. camioneros da la sensación de ser un pretexto para dar rienda suelta al chauvinismo económico. Para colmo está involucrado nada más ni nada menos que el sindicalista camionero y jefe de la CGT, Hugo Moyano, uno de los aliados del Gobierno.
La gran mayoría de los consumidores coincide en que los súper chinos tienen grandes diferencias de precios –siempre más convenientes- con las cadenas (caso Coto, Norte, Disco, etc.). Hay que decirlo: los chinos son la única y gran competencia minorista contra las cadenas (con Coto a la cabeza) porque tienen siempre mejor precio. Esto quizás habría que tenerlo en cuenta. Y el Gobierno lo ignora a la hora de negociar acuerdos de precios.
Sin ir más lejos el año pasado, los supermercadistas chinos no fueron convocados por el ministro de Economía, Roberto Lavagna, al encuentro que mantuvo con la Cámara y la Asociación de Supermercados, a pesar que las bocas de expendio orientales suman más de 1.200 en Capital y Gran Buenos Aires, y unas 3.000 en todo el país.
“Los súper chinos casi siempre tienen discusiones con los proveedores porque les falta mercadería. En ese sentido, los chinos son muy estrictos y controlan todo lo que reciben exhaustivamente. Como los transportistas no quieren "perder tiempo" en contar la mercadería que entregan muchas veces se avivan. Además los chinos pagan al contado y las grandes cadenas a largo plazo: estas son las que explotan realmente a los proveedores. Por todo esto la actitud de Moyano parece tener otros intereses, porque con los grandes se lleva bien”, comenta una persona que solicitó ser mantenida en reserva.
No obstante, si la amenaza de un boicot de camioneros contra los supermercados chinos recibiera la complicidad del Gobierno -que no disimula su proyecto de sostener el crecimiento de una burguesía nacional-, el oficialismo sería en muchos sentidos el único culpable de la expansión china debido a la insistencia del Gobierno en precios fijos en medio de salarios y otros costos en aumento que han dejado los márgenes comerciales por el suelo y es en ese tipo de clima donde los chinos proliferan.
Esto no quiere decir que los chinos están equivocados o que los comerciantes locales estén en lo cierto (por demasiado tiempo la estabilidad ha sido una excusa para márgenes de ganancia exageradamente altos, mientras que los intermediarios también inflan excesivamente los costos comerciales).
La llegada de ciudadanos de origen oriental no siempre cumple con los procedimientos legales: la prueba es que existe una organización de tráfico de chinos que se encarga de hacerlos entrar a la Argentina país. El primer punto de llegada es Perú, allí permanecen el tiempo necesario para que las autoridades peruanas les sellen la visa.
Hasta ahí no vienen como inmigrantes ilegales, sino como cualquier turista desde China. El segundo paso es ingresar a Bolivia, donde también pasan con la visa. Al momento de llegar a la Argentina, eligen pasar ilícitamente, sin mostrar documentación y la mayoría de las veces por los lugares más alejados de los puntos de control.
La necesidad de entrar sin documentación, no es de los propios inmigrantes sino por las organizaciones de tráfico de personas, ya que de esta manera, logran dos cosas: que el control de Gendarmería y Aduana no descubra falsa documentación y reboten la entrada. Además, con esto logran que el Estado argentino no tenga control sobre los ciudadanos chinos y así puedan ser explotados en distintos negocios”, explica el gendarme Del Valle, quien afirma que los puntos finales de estas personas son Buenos Aires y Rosario.
La mayoría de los chinos que emigran ilegalmente de su país son de la provincia de Fujian, localidad ubicada sobre la costa del mar de China, frente a la isla de Taiwán, en la que viven más de 35 millones de personas. El 80 por ciento de los inmigrantes chinos dispersos en todo el mundo proviene de esta región, que es muy pobre y con escasas tierras para el cultivo.