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Cómo funcionaba la conexión argentina del Cartel de Sinaloa. Por Carlos Tórtora. |
Un año atrás fue detenido Mario Roberto Segovia, el rey del tráfico de efedrina desde Argentina hacia el Cartel de Sinaloa en Méjico. Segovia circulaba bajo la identidad de Héctor Germán Benítez, un supuesto vendedor de golosinas. Habría traficado más de 8 toneladas de efedrina por 32 millones de dólares. La investigación judicial la llevó adelante el suspendido Juez Federal de Campana, Federico Faggionato Márquez, y la causa judicial ahora la tramita la Jueza Federal de San Isidro, Sandra Arroyo de Salgado.
Informadorpublico.com tuvo acceso a copias de uno de los expedientes que forman parte de la causa, el N° 8483, bajo la carátula “Tareas de inteligencia de Héctor Germán Benítez”. En el mismo constan los requerimientos judiciales al Director de Inteligencia de la Secretaría de Inteligencia (ex SIDE), Horacio Germán García, y las respuestas enviadas por éste. En relación al tráfico de efedrina, durante la última campaña electoral, García habría intervenido activamente para tratar de involucrar a Francisco de Narváez en la investigación judicial. García depende directamente del Director General de Operaciones del organismo, Antonio Horacio Stiuso.
La conexión mejicana
En abril del 2008 comienza la investigación de la firma Net Courier sobre sus envíos entre Argentina y Méjico, los operadores involucrados y los detalles de la mercadería. Los gerentes de la empresa eran Alfredo Fabián y Walter Gabriel Garrido. Éste también trabajó para otros correos como Comtex y Full Cargos. Garrido gestionaba los envíos de efedrina de Segovia a su comprador en Méjico, Demetrio, apodo de Edmundo Gómez López Sooed.
El 28 de junio del 2007, “Demetrio” llegó a Buenos Aires para conversar con Segovia sobre los envíos por vía aérea. El 24 de julio le dice: “todo está arreglado para bajarlo de Mejicana sin problema alguno. Podemos recibir de 50 a 100 por envío y no habrá ningún problema. Necesito que me juntes una tonelada lo más pronto posible. Decime qué necesitas...”
En otra conversación telefónica interceptada, el 16 de agosto del 2007, Demetrio le dice a Segovia: “Necesitamos bajar coca desde Perú hacia tu país y de ahí enviarla”.
La investigación avanza por distintos carriles. La operatoria Demetrio-Segovia es la principal, pero también están los correos privados que gerencian Garrido y su hermano Alejandro. Éstos fundan en febrero del 2002 Airmail SRL y el 19 de junio 2003 se la venden a Ángel Valente. Pero tres meses antes habían fundado Mail Sur S.R.L. Estas empresas que van y vienen eran las encargadas de parte de los envíos.
Llegan los problemas
El 24 de noviembre del año pasado, Segovia lo llama por teléfono a H.D. (no se identifica quién es) para informarle que acaban de detener por contrabando a dos del grupo, Alberto Domínguez y Salvador de la Cruz Acuña, y que ya les envió un abogado para que los defienda. H.D. pregunta qué juzgado está interviniendo y Segovia responde que el Juzgado en lo Penal Económico N° 3, Secretaría 6. H.D. lo corta tajante: “Sacá al abogado del medio porque ese juzgado es nuestro”. Segovia pregunta: “¿Entonces los podés sacar?” La respuesta es afirmativa.
¿Quién es entonces H.D., cuya identidad se reserva la SIDE hasta el punto de no revelársela al juez de la causa? ¿Qué relación tiene el titular del Juzgado Penal Económico Nº 3, Francisco Caputo, con el tráfico de efedrina? ¿Existe una investigación sobre H.D. que no aparece en el expediente? ¿De quién es el celular desde el cual H.D. habló con Segovia?
Todo parece indicar que Segovia traficaba con el reaseguro de una red de influencias con llegada al poder político, que terminaron entregándolo. La jueza Arroyo de Salgado es ahora la dueña de secretos que pueden hasta ser secretos de Estado.
La incógnita por ahora sigue. Por orden de Faggionato, la SIDE interceptó la cuenta de mail usada por Segovia. Se trata de una identidad que éste usurpara de una tarjeta de crédito robada. Entre los 854 mensajes de correo capturados habría revelaciones sobre los protectores de Segovia en el poder. El final sigue abierto.
Fuente: El Informador Público.