La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

El cuerpo etéreo: la visión del esqueleto y el lobo.

Por David Topí.

Imagino que muchos de vosotros habréis tenido la experiencia de poneros delante de un espejo, desenfocar un poco la vista, relajar un poco la mente, y ver como vuestra imagen se transforma en algo, que si no sabes lo que es, da miedo: una imagen cadavérica, un esqueleto, de color verdoso. Pero, ¿que es lo que estamos viendo?

Los componentes energéticos del plano ingenito

Si habéis leído a Bárbara Ann Brennan, o habéis hecho cursos o estudiado el sistema energético que tenemos, os sonarán que existen diferentes “partes” o componentes del ser “total” que somos. Según que terminología uses, a una misma parte de nuestro ser se le puede llamar con varios nombres, y puede prestarse a confusión, así que yo en los cursos de registros y para mi propio entendimiento procuro seguir la terminología de Bárbara Ann Brennan como base.

Pues bien, cuando uno se pone delante del espejo y se ve a si mismo con esa forma cadavérica, (en semi penumbra más fácilmente), estamos viendo uno de los componentes del llamado plano ingenito, que es el plano de los componentes energéticos que están “dentro” de los limites del cuerpo físico (los otros planos, el mediático, cuyo componente es el cuerpo aural y los chakras, y el viático, con otros componentes, son “extra-corporales”, es decir, su extensión va mucho mas allá del cuerpo físico)

Este plano o zona ingénita (intra-corporal), lo componen principalmente dos cosas, la llamada Matriz Etérea y el Sistema de Canales, que juntas, forman el llamado Cuerpo Etéreo (no confundir con el cuerpo etérico o primera capa del aura, que forma parte de plano o sistemas mediáticos).

Viendo el Cuerpo Etéreo: el esqueleto o cadáver

Hace varios meses ya escribí sobre la matriz etérea en este otro artículo, que no es otra cosa, por decirlo de alguna manera sencilla, que la suma o el doble de nuestro cuerpo físico a nivel de órganos, tejidos, músculos, huesos, etc. Es decir, todos nuestros órganos están recubiertos por una pequeña película energética, que vista en conjunto, nos da esa replica de nuestro organismo pero a nivel energético.

Cuando a esto le sumamos la red de canales que poseemos todos, que recorren por miles nuestro cuerpo, llevando la energía de una punta a otra como si de una fina red de carreteras entramadas se tratara, lo que obtenemos por sobreposición y al ver ambos componentes juntos es el Cuerpo Etéreo, o ese “Esqueleto”, que más que alegrarte cuando lo ves, parece que estés medio muerto.

Los que hacéis Reiki o algún otro tipo parecido de terapia energética, quizás os suene también el punto de energía conocido por los taoístas como el Caldero Inferior, que no es otra cosa que la fuente de energía de los sistemas ingénitos (la matriz etérea y el sistema de canales, y cuya energía se conoce como Jing Chi). [Imagen: © Cristian Salado]

Desdoblando el cuerpo etéreo: el doble etéreo

Por otro lado, muchas culturas mesoamericanas, donde la tradición chamanística es más común, y donde a pesar de usar términos diferentes estamos hablando del mismo componente energético, hay personas que dicen que llevan un “lobo” dentro. Este “lobo” es la forma percibida de lo que se llama el “doble etéreo”.

Cuando el cuerpo etéreo (matriz etérea + sistema de canales) está desarrollado y su fuente de energía, el Caldero Inferior, recoge, almacena y transmuta energía para esta parte de nuestro sistema energético, puede producirse un desdoblamiento de este cuerpo etéreo que por sus cualidades toma otra percepción a la hora de verse a uno mismo en un espejo (o cuando otra persona te lo ve).

Cuando una persona posee un cuerpo etéreo desdoblado, a este nuevo componente energético se le conoce como el Doble Etéreo o Cuerpo Energético (de nuevo, nada que ver con el Cuerpo Etérico, primera capa del aura). Al doble de la Matriz Etérea se le llama Matriz Energética y al sistema de canales se le añade el llamado Cordón Dorado, o Hilo de Fuego (que también vemos en el curso de registros ya que aparece a veces dañado).

Viendo al “lobo”

Esta configuración, si sois capaces de veros a vosotros mismos delante de un espejo, forma una figura donde vuestras orejas parece que se alargan, los ojos se enchinan, y en vez de verdoso, se percibe como de color plateado. Esto recuerda a un lobo cuando lo ves, y marca una parte del sistema energético de una persona que ha desdoblado energéticamente sus componentes ingénitos y posee ahora un “doble” etéreo.

La fuente de energía de este doble etéreo, es, en este caso, el llamado Tan Tien inferior (de nuevo, yo aprendí esta terminología cuando estudiaba reiki, y proviene del taoísmo). Este Tan Tien es el punto de energía del cuerpo etéreo, el Caldero Inferior, transmutando la energía que viene por el Hilo de Fuego o Cordón Dorado y que alimenta todos los componentes “intra-corporales” (ingénitos) de nuestro sistema energético.

Aunque los nombres parezcan un poco lío, es realmente interesante ser capaz de auto percibir tanto nuestro propio cuerpo etéreo como nuestro propio doble etéreo, pues te deja ver que hay “ahí” dentro a nivel de componente energético en el cuerpo humano. Si te han dicho alguna vez que te han visto “cadáver” o “muerto”, nada de que preocuparse, esa persona no ha visto otra cosa que lo que acabamos de explicar, si te han visto como “un lobo”, aun más interesante, pues significa que has desdoblado (que a priori, creo que a nivel ingénito todo el mundo posee el doble etéreo, pero no estoy seguro al 100%), el componente mas “interno” de ti mismo.

Esotérico