La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

Los ecos de la anomia.

Por Laura Etcharren.

La relación del delito con la anomia. Cuarta parte de Estado excepcional.

En todo el mundo encontramos individuos que son naturalmente delincuentes e individuos que por diversas circunstancias se convierten en delincuentes. Razón por la cual, conforme a cómo hayan sido los resultados obtenidos en la primera acción delictiva, éstos segundos individuos decidirán o no, seguir por la vía del delito.

Normas y sociedad

Las sociedades fijan normas que rigen conductas. La diferencia entre sociedades está dada según los niveles de control institucional. Niveles fijados, entre otras cosas, por los usos y costumbres. Por la tradición. Y ello, encuentra íntima relación con la jerarquía de los valores culturales.

En el Continente Americano, tanto los valores como los usos y costumbres de la tradición, han sido desplazados por nuevas construcciones de sentido en su mayoría banales, así como por reduccionismos explícitos que contribuyeron a conformar un estado de crisis agudo.

Estado, que paulatinamente profundizó el quiebre del tejido social. Entonces, ante este panorama, el delito se hace presente y toma como compañera a la anomia.

Anomia

Anomia, es una palabra que proviene del griego y que significa ausencia de norma. Un término que ha sido utilizado originariamente en el campo político, teológico y moral. Utilizado por Emile Durkheim y agiornado por Robert Merton, la anomia tiene que ver, desde el punto de vista del primero, con algo fluctuante en relación a la crisis de los marcos normativos de la acción.

Mientras que Merton reorientó la visión de Durkheim y situó el término más en el contexto de las contradicciones normativas que en el del vacío regulatorio. De hecho, la anomia puede traducirse en cuatro tipos específicos de desviación social:

-Innovación.

-Ritualismo.

-Retraimiento.

-Rebelión.

Ahora bien, la anomia puede distinguirse entre simple y aguda, de acuerdo a una variación de grados y clases. Así, el estado de confusión de un grupo en relación con el sistema de valores recibe el nombre de anomia simple. Y anomia aguda, tiene que ver con el deterioro y/o desintegración de los sistemas de valores.

Ecos: Argentina y Guatemala

Argentina conlleva ambos tipos de anomia aunque prevalece, la anomia aguda. Lo mismo que en el resto de América Central y Latina, aunque allí, de un modo más exacerbado. Sin embargo, el estado excepcional en el que vivimos los argentinos y el estado embrionario de maras que poco a poco va tomando forma, nos convierte en un país en el que la descomposición social se evidencia en todas las esferas de la vida.

Desde la violencia doméstica hasta violencia política, los niveles de inseguridad se convierten en los ecos de la anomia.

Guatemala, como uno de los países más comprometidos en este tipo de problemática y con una clara presencia de maras, tiene un saldo en lo que va del año 2006, de más de 670 casos de mujeres muertes bajo los parámetros de la violencia. Una violencia de género que no es privativa del país pero que sí es muy característica del mismo.

Adultas y niñas son asesinadas despiadadamente y en sus cuerpos se encuentran señales de violencia y rasgos de alevosía. Todas estas muertes, que en su mayoría quedan impunes, se atribuyen a la violencia doméstica, el narcotráfico, el crimen organizado y las maras.

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