La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

Las energías de la vivienda.

Por David Topí.

Nuestra casa es un ser energético, nos lo parezca o no. El simple hecho de que vivamos en ella y dejemos rastros de lo que emitimos constantemente a través de nuestra aura, lo que emiten las personas que viven con nosotros, los que entran y salen, y lo que recogemos en otros sitios y luego termina anclándose a cualquier objeto de nuestro entorno hace que sea importante prestarle más atención de la que normalmente le prestamos.

Una casa, vivienda o propiedad tiene asimismo una historia energética detrás. El lugar donde estamos viviendo ahora puede haber sido hace mil años un campo de batalla, una iglesia, un lugar de culto, un bosque, una ciénaga, un cementerio o cualquier otra cosa. Todos los remanentes energéticos que han tenido la suficiente fuerza para impregnar ese terreno donde ahora se levanta nuestro edificio y que no han sido procesados por el planeta (que es a donde pertenecen estas energías), siguen latentes en mayor o menor medida en el espacio que ocupamos.

Diferentes problemas

En una casa podemos encontrarnos de todo. Portales energéticos abiertos a otros planos dimensionales (normalmente el bajo astral), aprovechados por entidades para entrar y salir sin que nosotros lo percibamos (los niños si que lo notan, y se quedaran mirando viendo a todo tipo de entidades pasar por tu cocina y desaparecer de repente, por experiencia propia ), también objetos antiguos que vienen cargados con energías de sus anteriores propietarios, o formas de pensamiento negativas que se acumulan en la atmósfera de la casa y que crean un mini inconsciente colectivo que afecta a todos los que se encuentran bajo ese mismo techo.

La mayor parte de las veces nada de esto suele molestarnos mucho. En las lecturas de viviendas suelo usar un índice numérico para valorar la “negatividad” que puede existir en un lugar, y salvo en casos muy extremos, todas suelen estar entre 5 y 30, siendo 100 el máximo, y considerando que un sitio es apto para vivir hasta los 45. Aún así, las personas que son más sensibles enseguida notan cuando el ambiente de un lugar está mas limpio o más cargado negativamente, y puede causarles trastornos pues se llevan a casa la sensación o formas negativas que existían en el lugar al que fuiste de visita.

Simplemente, si es tu caso, cuando vayas a cualquier sitio date a ti mismo la “orden” mental, o pon la intención de que no permites a ningún tipo de energía negativa anclarse a tu aura, de forma que auto-bloquees posibles interacciones con un entorno que a la larga, puede causar un bloqueo o problema energético en ti, aunque sea leve y la mayoría de las veces no nos demos cuenta.

Mayor sensibilidad

Alguna vez ya lo he comentado, cuanto más se “trabaja” uno mismo, más sensible se vuelve a estas pequeñas cosas. A más “limpio” está tu sistema energético (y más sano, claro está), a la mínima que se te “engancha” algo ya lo notas, aunque sea como una pequeña sensación de desasosiego (o ves el efecto del bloqueo manifestado rápidamente en tu realidad).

Es por ello que al final debes recurrir a todo tipo de herramientas para protegerte, o hacerte limpiezas regulares, llevar piedras que te ayuden, etc. Es como con los alimentos, hay gente que empieza a comer más y más sano, y cuando comen algo de comida basura de repente se ponen enfermos, pues el organismo ya no tolera según que cosas. Lo mismo nos pasa con nuestro sistema energético, y tener una casa sana es una de las cosas mas importantes para, como mínimo, sentirnos a gusto y relajados el tiempo que pasamos en ella!

Espíritus, fantasmas y poltergeists.

A pesar de que todos tenemos un alma maravillosa que, en la mayoría de los casos, está directamente conectada al universo y a su fuente de energía, de vez en cuando, cuando el alma abandona este plano dimensional (la persona muere), ocurren ciertos problemillas que se pueden convertir en incomodidades e inconvenientes y que dan lugar a los llamados espíritus, fantasmas o poltergeist. Pero como este blog no va de peliculas de miedo, sino de compartir información para que todos evolucionemos, vamos a ver si explicamos realmente que es cada una de estas cosas.

Espíritus anclados en nuestra dimensión

Cuando morimos, por definición, nuestra alma inicia un ascenso hacia dimensiones superiores saliendo de nuestro plano y volviendo así al “hogar” donde se inicia otra etapa de aprendizaje, reposo, preparación para otra vida, etc. El recorrido hacia estos otros planos se hace acompañado de unos guías o seres que trabajan exclusivamente en la “recolecta” y acompañamiento de almas de personas que acaban de fallecer, y se encuentran muy a menudo en sitios como hospitales. Estos seres acompañan al alma fuera de la influencia de la energía de esta dimensión para que puedan cruzar al “otro lado”.

Sin embargo, ocurre (mucho mÁs a menudo de lo que pensamos), que muchas personas mueren en estado de shock, presas del pánico, en situaciones extremas, o simplemente son personas que tienen tanto miedo a la muerte, que cuando fallecen, no quieren o no pueden aceptar que han de irse, y literalmente, no hacen caso de la llamada de estos seres que vienen a recogerla. Estas almas se convierten en espíritus ”errantes” y se quedan, en casi todos los casos, cerca de algún ser o familiar querido, que les sirve de fuente de energía para subsistir como “ente”. Estos espíritus pueden darse cuenta que ha fallecido, pero se niegan a abandonar este plano, por lo que, con el consentimiento o no de aquellos a los que se anclan, se mantienen en los planos inferiores del astral donde sobreviven de la energía del aura de la persona a la cual están enganchados.

Fantasmas

Cuando un espíritu lleva cierto tiempo desencarnado pero atado todavía a nuestro plano dimensional, puede empezar a conocer “trucos” para obtener energía sin depender del todo del aura de la persona que tiene como “fuente”. Estas almas pueden llevar decenas de años muertas, y han aprendido a sobrevivir a partir de la energía del entorno, de varias personas a la vez, del inconsciente colectivo, etc.  Puesto que tienen cierto control y poder sobre su fuente de alimento, no dependen tanto de una sola persona y pueden moverse más a sus anchas. En todo caso, no tienen porque causar ningún tipo de problemas, simplemente están ahí deambulando porque se sienten todavía ancladas a su vida anterior en la Tierra, y no encuentran o no quieren ver la forma de salir de aquí.

Poltergeist

Un poltergeist ya es algo más serio, porque se trata de fantasmas que llevan tanto tiempo (cientos de años incluso) desencarnados pero en nuestro plano dimensional, que han dominado el tema de la energía, y no solo viven tranquilamente del entorno, sino que además pueden conscientemente manipularlo, mover objetos, hacer ruidos, etc. No son dañinos por si mismos, sino que buscan reconocimiento y que se les ayude a salir de la situación en la que se encuentran porque por ellos mismos ya no encuentran un modo de “cruzar al otro lado”.  

Un poltergeist es como un niño de cinco años, con las mismas rabietas y pataletas cuando no les hacemos caso, pero obviamente con otra forma mucho mas caótica de expresarlo. Los poltergeist suelen estar anclados a un lugar, y no a una persona, por lo que saliendo del lugar donde se encuentra directamente evitamos sus “jueguecitos”. Para ayudarlo a que de una vez salga de esta dimensión y vuelva a su “hogar” es necesario evidentemente todo un trabajo de limpieza energética del sitio donde se encuentre.

Así que ya sabéis, un alma no siempre lo tiene fácil para volver “a casa” tras haber muerto el cuerpo que ocupa, y cuanto más tiempo pase y tarde en cruzar más complicada se le vuelve la situación. No por eso hemos de temer estás cosas, aunque evidentemente han sido tan explotadas por el cine y la televisión que quien no se asusta cuando ve un fantasma!

Esotérico