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Ya hay que destinar casi la mitad del sueldo al pago de impuestos. |
Un trabajador en relación de dependencia que cobre un sueldo del orden de los 10 mil pesos mensuales en el bolsillo debe destinar, según distintos estudios sobre la carga tributaria en Argentina, una parte cada vez mayor de su salario para el cumplimiento de las obligaciones impositivas. El dato surge de una estimación que combina el pago de Ganancias, Bienes Personales, Inmobiliario, Patente y gravámenes indirectos: los que paga al efectuar compras de ropa, alimentos, combustible, cigarrillos, automóviles, pasajes aéreos o cualquier otro bien o servicio (entre los cuales figuran el IVA e Ingresos Brutos pero también varios gravámenes específicos). Esa suma, según la estimación del Instituto de Análisis Fiscal (Iaraf) absorbe casi la mitad de los salarios.
Por supuesto, no se incluyen en este cálculo los impuestos que se pagan por hechos u operaciones que podrían considerarse excepcionales: cualquier transacción que implique depósitos bancarios (el famoso impuesto al cheque) ni tampoco los que se deben abonar por compraventas inmobiliarias, donaciones o sucesiones. Tampoco se computan las tasas municipales, que no tienen -técnicamente- naturaleza impositiva.
Los tributaristas coinciden en que, efectivamente, la carga tributaria ha alcanzado un nivel récord sobre los asalariados de clase media. Y lo atribuyen, fundamentalmente, a la falta de actualización de las bases imponibles (en los casos de Ganancias y Bienes Personales), combinada -en el caso del impuesto sobre el patrimonio- con los aumentos que han registrado las valuaciones fiscales tanto de inmuebles como de automotores.
Un trabajador soltero y sin hijos ya empieza a pagar Ganancias si cobra un sueldo neto de 5.700 pesos. Y ni siquiera importa que a ese salario llegue por haber trabajado horas extras, feriados o algún otro adicional excepcional. En el caso de un trabajador casado y con dos hijos, empieza a tributar por el mismo impuesto a partir de los 8.000 pesos de sueldo.
Con estos valores, Ganancias ya alcanza a empleados de ingresos medios y bajos, cuando históricamente fue un gravamen que sólo pagaban los sueldos de escalas superiores. “El universo de trabajadores que paga Ganancias ha crecido enormemente, y además ha aumentado el monto que se paga en cada categoría de ingresos”, explican los tributaristas consultados. Dicho de otro modo, ahora son más los que pagan Ganancias y, además, los que siempre pagaron pagan mucho más.
Algo similar ocurre con Bienes Personales. Este impuesto lo debe pagar cualquier persona que tenga un patrimonio superior a 305.000 pesos. Con una casa de tres dormitorios y un auto de gama intermedia, ya se supera esa base. “Las valuaciones fiscales han aumentado mucho, por eso es que gente que hasta hace poco no alcanzaba el mínimo para pagar Bienes Personales ahora queda alcanzada por ese impuesto”.
Por patrimonios que oscilen entre 305 mil y 750 mil pesos, se paga por Bienes Personales el 0,5% del total. Después de los 750 mil, la alícuota crece al 0,75% hasta los 2 millones de pesos; luego al 1% entre los 2 y los 5 millones y llega al 1,25% en patrimonios superiores a los 5 millones.
OTRO CAMBIO CLAVE
Pero en los últimos años hubo otra modificación que ha hecho más fuerte la carga impositiva sobre el patrimonio. Antes se aplicaba el impuesto sobre el excedente de la base imponible. Esto significa que si alguien tenía un patrimonio de 350 mil pesos (que superaba el mínimo de 305 mil), debía pagar el 0,5% de 45 mil pesos. Desde 2008, el gravamen se aplica sobre el total: si el patrimonio está valuado en 305.500 pesos se aplica el 0,5% sobre los 305.500.
Por esto fue tan resistido por el campo el ajuste impositivo que aprobó hace pocas semanas la Provincia; porque no sólo implica un aumento del Inmobiliario Rural, sino además un aumento de las valuaciones que hacen “saltar” el impuesto nacional de Bienes Personales.
MEDIDO EN DÍAS DE TRABAJO
En este marco se inscribe el estudio conocido esta semana (del Instituto Argentino de Análisis Fiscal) que indica que un empleado con ingresos de 6.000 pesos mensuales, debe trabajar 171 días del año para pagar impuestos, mientras a uno con sueldo más alto le llevará entre 10 y 20 días más.
El estudio ubica a la Argentina entre los países con mayor carga tributaria del mundo.
Cuando este Instituto marca que un trabajador en relación de dependencia ya debe destinar casi la mitad de su salario al pago de los impuestos hace una estimación que, por supuesto, no computa únicamente los gravámenes que el contribuyente paga en forma directa sino aquellos que la política tributaria define como indirectos y que las personas pagan sin tener conciencia de que están pagando un impuesto.
Como se explica en la nota principal de la página siguiente, a través de cualquier compra cotidiana que se realiza, se paga un impuesto. Pero en algunos casos, llega a tener una fuerte incidencia: al cargar nafta, por ejemplo, se paga el 65% por la carga impositiva que tienen los combustibles. Al cargar crédito para el celular, el 27%. Por supuesto, cualquier compra de supermercado está gravada además con el 21% de IVA. Estos son los componentes que se estudian para llegar a la conclusión de que casi la mitad de un sueldo medio va a parar a las arcas del Estado.
El día que uno deja de trabajar para la Afip
Lo definen como “el día de la liberación de impuestos”. Cómo se calcula.
Durante seis meses del año (depende de cuál sea el nivel de ingresos), millones de empleados trabajan exclusivamente para pagar impuestos en Argentina, según un estudio conocido esta semana. ¿Pero en qué consiste exactamente este cálculo? El economista y columnista de EL DIA Martín Tetaz, lo explica de la siguiente manera:
Aunque se le atribuye al negociante norteamericano Dallas Hostetler, el haber inventado hace 64 años el concepto de “Tax Freedom day” (día de liberación de impuestos), lo cierto es que la ONG Tax Fundation es la que lo calcula en la actualidad. La cuenta es bastante simple, se computa el total de impuestos e ingresos de todos los niveles de gobierno y se los divide por la producción de un país (PBI). Para Estados Unidos, este año la liberación llegó con esa cuenta el 17 de abril.
En Argentina, según el Informe Económico n° 149 del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, existe una presión tributaria global (Nación + Provincias+ Municipios) del 33,5% del PBI. Si sumamos a eso que según el informe monetario del BCRA en 2011 se emitieron 32.575 millones de pesos para financiar al Tesoro Nacional (impuesto inflacionario) y que ello representa el 1,73% del PBI, concluimos que el Estado se lleva el 35,24% de lo que produce el país.
Pero como el PBI en realidad corresponde al total de la producción de bienes y servicios finales de la economía, más los impuestos indirectos, cuando se computa la presión impositiva sobre el Valor Agregado, que es una noción más cercana al ingreso disponible, esta crece al 39,15%
Puesto en días, representan 142 días, de modo que recién el 21 de mayo los argentinos logramos liberarnos de la carga tributaria.
Lógicamente esa es la fecha simbólica en que Argentina, en promedio, termina de pagar sus impuestos, pero como es bien sabido no existe la misma carga tributaria en todos los decibeles de la distribución del ingreso, o puesto en otras palabras, no pagan todos el mismo porcentaje de lo que ganan.
OTRA VARIABLE
En un trabajo reciente de Jorge Gaggero y Darío Rossignolo, del CEFIDAR, los autores estiman la carga tributaria no sobre el PBI sino sobre el ingreso disponible, que es una variable que se obtiene de la Encuesta Permanente de Hogares y que capta de manera más precisa los ingresos de los trabajadores (la encuesta subestima los ingresos de los capitalistas y terratenientes).
Con esa metodología encuentran que el Estado se queda con el 49,58% de los ingresos del 20% más pobre de la población (quintil 1), con el 43,01% de lo que genera el quintil 3 (la clase media) y con el 46,4% de lo que produce la clase alta (el quintil 5).
De manera que los más pobres recién se liberan de impuestos luego de haber trabajado 180 días (el 28 de junio), los más ricos luego de generar ingresos por 169 días (el 17 de junio) y la clase media, que debido a las particularidades de la estructura tributaria reinante lleva las de ganar, comienza sus vacaciones tributarias el 4 de junio, luego de 156 días de trabajo.
La pregunta del millón es , por qué razón la gente tolera una presión tributaria tan alta en comparación a la existente en otros países del mundo (Uruguay se libera el 13 de mayo y Brasil el 27 del mismo mes).
Mi sospecha es que tiene que ver con la efervescencia de la disputa en torno del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, que estamos presenciando por estos días.
OTRAS CARGAS
Es lógico que un trabajador que gana un poco más de los $5.789 del mínimo actual se oponga a pagar Ganancias, porque lo siente patente en su recibo de sueldo, puesto que figura como un ítem concreto de descuento y en algunos casos, por la fecha en que se liquida puede llegar a “comerle” buena parte del aguinaldo o de un aumento salarial.
Lo paradójico es que no ponga el grito en el cielo cuando el gobierno se queda con el 21% de cada una de sus compras del supermercado, con cerca del 65% cada vez que llena el tanque de nafta y con el 27% cuando le cargan crédito al celular.
Como tanto el IVA como los impuestos internos están “escondidos” en el precio del bien, la gente no se da cuenta que con cada compra el Estado le mete la mano en el bolsillo.
Esta” ilusión cognitiva” de que el gasto público lo paga otro, hace que el sistema carezca de transparencia y los ciudadanos no ejerzan un verdadero control, como sí sucede en los países en los que la mayoría de las personas pagan Ganancias, pero existe un IVA más bajo, comparativamente.
Fuente: El Día (La Plata).