La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas. |
Entrevista a Débora Goldstern. (Parte 2) |
Mi pesquisa también buscó en Bolivia algunos de estos asentamientos internos, los cuales me fueron ratificados en mi visita a las ruinas de Tiahuanaco en el verano del 2010, datada según los últimos reportes en casi 17.000 años, convirtiéndola en una de las civilizaciones más antiguas del planeta. Esa cultura que considero una de las más avanzada de Sudamérica, guarda bajo sus pies importantes secretos subterráneos, entre ellos una inmensa pirámide denominada Akapana, donde en su interior fue detectado un túnel, y del cual poco se sabe, sin contar con otras revelaciones que seguramente espero pronto vean la luz.
Aunque una conexión subterránea entre estos países no está probada, nada invalida que esta ruta exista. Sobre Chile y Argentina no cuento con datos más precisos que indiquen presencia de túneles en su interior, aunque no descarto en el futuro se evidencien descubrimientos sobre estos vestigios internos.
Pregunta: Estos túneles son naturales o fueron construidos y/o modificados artificialmente, si es lo último, ¿quiénes son los constructores?
Respuesta: Estos túneles son en su mayoría obra de la naturaleza, aunque acondicionadas por la mano del hombre, sobre esto último, remito nuevamente a los trabajos de Anselm Pi Rambla, a mi entender el más completo en su género, atestiguando una técnica avanzada e inusual, excediendo conocimientos que se suponen alcanzaron las civilizaciones desarrolladas dentro del continente sudamericano.
Esta afirmación temeraria establece un enigma insoslayable, que tiene a estos túneles como su máxima expresión. Una obra ciclópea de esas características requiere necesariamente de varios campos del saber, como por ejemplo matemática, arquitectura, astronomía, así como de amplias nociones en el área de la escritura, materia que a decir de los academicistas, no alcanzó en América un nivel superior, como el atestiguado en otras culturas del globo, caso Sumeria y Egipto.
Negada la escritura, así como la tecnología empleada, además del reconocimiento de una civilización avanzada diferente a las estudiadas en la región, todos puntos que exasperan a los especialistas por las implicaciones a nivel histórico que obligan a una revisión, cabe preguntarse si estos túneles son originarios de este continente, herencia de una cultura perdida autóctona aún no revelada, o fueron edificaciones subterráneas aisladas, realizadas en un momento especial por una civilización foránea venida quién sabe de dónde, o si su presencia se vincula con esas continentes desaparecidos, pista esta última quizás la más cercana, aunque por el momento el enigma continúa.
Pregunta: ¿La evidencia hallada en la Cueva de los Tayos, esas láminas metálicas que contendrían el resumen de la historia de una civilización extinguida, fue destruida o perdida? ¿Acaso no es sospechosa esta desaparición de evidencia que pondría en la cuerda floja a la historia oficial del continente americano, y tal vez del mundo?
Respuesta: Llevo ocho años de trabajo en esta historia, y en su momento hice algunos anuncios públicos, sobre mis hallazgos en Argentina vinculados al tema, actualmente me encuentro preparando un libro, por lo cual muchas cosas debo omitir hasta la publicación del mismo, pero trataré de responder igual tu inquietud.
Hasta el momento la Biblioteca Metálica que Juan Moricz declarara al gobierno ecuatoriano a través de un acta notarial en 1969, nunca fue presentada, continúa siendo un enigma su destino.
De esa colección esquiva sin embargo tenemos algunas pistas, que llevan hacia el Museo fundado en la Iglesia de María Auxiliadora, ciudad de Cuenca, Ecuador. Allí un sacerdote salesiano el padre Carlo Crespi Croce, atesoró durante muchos años extrañas piezas con iconografía muy diferente a las culturas conocidas en el continente, material que le fuera proporcionado por los indígenas de la región. La historia del sacerdote y su misteriosa colección se dio a conocer en el libro de Erich Von Daniken, El Oro de los Dioses, que por primera vez presentó el material al público.
En ese texto, convertido en un verdadero best-seller, el investigador suizo brindaba algunos detalles inquietantes acerca del Museo de Crespi, el cual se dice sufrió un incendio intencional que estuvo a punto de acabar con toda la colección. Ese incidente llevó al sacerdote salesiano a extremar medidas, una de las cuales supuso el resguardo de las piezas más valiosas, en su mayoría de oro, en la caja fuerte de un banco. En vida, Crespi, fue objeto de los ataques más virulentos, en especial desde el ámbito académico que no reconoció jamás el valor de ese legado antiquísimo.
Cuando Crespi fallece en 1982 el resistido Museo sufre el golpe maestro, embestida en la que estuvo implicada no solo la Orden Salesiana, que a pesar de financiar las actividades del mismo, nunca aceptó la colección, la cual era vista como una anomalía histórica, sino que también el gobierno ecuatoriano fue parte del expolio, ya que muchas piezas fueron fundidas y otras vendidas al Banco Central de ese país, siendo su destino una incógnita.
Cuento esta historia como un ejemplo ilustrativo de la problemática americana, al tratar de indagar en su pasado histórico, el cual se remonta antes de la Conquista.
La historia tal cual conocemos sobre el continente americano, habla de una civilización que se encuentra en inferioridad cultural en cuanto a sus pares europeos u orientales, proceso civilizador que consideran superior y, del cual suponen a ésta heredera. América según los especialistas es hija de migraciones, y no se acepta un contenido autóctono que haya generado culturas propias que más tarde hayan podido extenderse hacia otras regiones del globo.
Esa es la discusión que planteaba Juan Moricz, en su único escrito El Origen Americano de los Pueblos Europeos, 1967, donde ya se hacía alusión a esta idea, tesis según algunos, más que revolucionaria. Así como Crespi, Moricz sufrió muchas presiones y persecuciones factor clave para entender porque su descubrimiento “aún sigue en tinieblas”.
te oscurantismo continúa funcionando, pero América pronto saldrá de esa ceguera, y con ella todo el pasado negado. Este continente tiene un rol que cumplir en materia histórica y arqueológica muy importante, y existen señales que ese movimiento comienza a gestarse.
Pregunta: ¿Actualmente es posible acceder a la Cueva de los Tayos? Se dice que los indígenas Shuar (jíbaros) son custodios de la entrada principal, ¿cierto?
Respuesta: La Cueva de los Tayos es una de las atracciones turísticas más importantes de esa región selvática ecuatoriana, fronteriza con Perú. Miles son los visitantes, curiosos, investigadores, exploradores, en fin, cientos de personas que acuden a los dominios declarados por Moricz en su clásico relato.
En las inmediaciones son recibidos por las etnias de las región, las cuales son varias, siendo la tribu Shuar una de las más prominentes. Ellos trabajan como guías, y conocen el interior del socavón como nadie, desde ese punto de vista aquellos que se acerquen al lugar, necesariamente dependen de la ayuda de estos indígenas, en especial para iniciar el descenso a esas profundidades.
Ahora bien, mucho se habla de “custodios de superficie, así como del interior”, en relación a Tayos, lo cual sería entrar en un terreno que roza lo místico. Este es un tema que dejo abierto, y cuyas respuestas espero aportar en mi libro.
Pregunta: Recientemente se han detectado vestigios arqueológicos de la mítica “Ciudad Blanca” en la remota e inexplorada jungla de la Mosquitia de Honduras. Una ciudad que según el explorador estadounidense Theodore Morde que habría dado con ella en 1939, tendría pirámides y extrañas estatuas, entre ellas la de un mono. ¿Nos podría dar más detalles sobre esta ciudad?
Respuesta: Sobre este misterioso enclave hondureño tuve noticias hace un par de años. Tanto me fascinó el tema, que en el 2009 decidí escribir un artículo, “Ciudad Blanca: donde reina el mono dios”. Allí pasé revista a toda esa historia, quizás una de las leyendas más importantes de Centroamérica, la cual describe un ciudad blanca de origen maya, que estaría oculta en la impenetrable Mosquitia.
Por mucho tiempo el relato de esta enigmática metrópolis se tuvo como narración mitológica, hasta que a fines de los años treinta un explorador norteamericano Theodore Morde, emprende una expedición al fin de encontrar la misteriosa ciudad. Declaraciones de la época señalan que el investigador logró cumplir su objetivo, aunque su descubrimiento nunca vería la luz, truncado por un misterioso accidente automovilístico, durante su estancia en Londres…
Con el fallecimiento de Morde el tema entró en un cono de sombras, y un largo silencio se extendió entre los buscadores que trataron de localizar el emplazamiento denunciado por Morde. Durante años, la Ciudad Blanca se convirtió en la meca de muchos investigadores, muchos de los cuales aseveraron conocer su real ubicación, aunque esas denuncias nunca pasaron de rumores.
En la década de los 90’s el tema saltó nuevamente a las primeras planas cuando se infiltró una noticia que daba cuenta del interés de los Estados Unidos por hacerse con el hallazgo. Según se conoció los norteamericanos solicitaron al gobierno hondureño cartografiar algunas zonas de la Mosquitia, lo cual se interpretó como una injerencia de los norteamericanos en ese país, provocando malestar en sus autoridades.
Finalmente llegamos al anuncio producido hace unos meses por los dos países interesados, Estados Unidos y Honduras, que señala el descubrimiento de Ciudad Blanca, manteniendo el secreto de su ubicación evitando así la depredación.
Según los primeros reportes, va a llevar años desenterrar toda el yacimiento que presuponen gigantesco. Desconocemos el alcance de este descubrimiento, que desde ya ayudará a tener una visión más amplia de la historia arqueológica de América, aún desconocida en su totalidad.
Esperamos ansiosos esas revelaciones.
Pregunta: Queremos agradecerle por su tiempo y colaboración para con nuestro sitio web, en esta última pregunta usualmente dejamos que el entrevistado deje un mensaje a los lectores para motivarlos a unirse a la tarea investigativa o a la simple curiosidad… y está no será la excepción. ¿Con qué mensaje le gustaría terminar esta entrevista?
Respuesta: Hay un lema que en lo personal aplico hace mucho, y que dice: “solo creo en mis propias pesquisas”. Solo háganle caso a su propio instinto, no sigan a nadie.
Fuente: Mystery Planet