La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

Irán - La nueva hipótesis de conflicto mundial.

Por Dr. Jorge Enrique Yunes.

El programa nuclear iraní, las maniobras navales en el Estrecho de Ormuz (paso obligado hacia el Golfo Pérsico) y las acusaciones de terrorismo internacional y espionaje han marcado los últimos meses de las relaciones entre los Estados Unidos y la República Islámica de Irán, ello agravado por la difícil e inestable situación en Medio Oriente tras la Primavera Árabe, lo que está llevando a la región a una situación límite, verdaderamente peligrosa y de consecuencias insospechadas.

Podemos decir que desde hace poco menos de un año,  Irán y Estados Unidos han entrado en un período de mutuas acusaciones y enfrentamientos  que parece llevarnos indefectiblemente a un inquietante interrogante: ¿Son estos los preámbulos de un nuevo conflicto bélico? ¿Qué consecuencias se pueden visualizar tras esta nueva hipótesis de conflicto mundial?

Al ser Irán la principal teocracia islámica del mundo, el tercer exportador de petróleo del planeta y el quinto productor de crudo y de gas, y al utilizar Estados Unidos el remanido argumento de las armas de destrucción masiva, las suspicacias a esta altura de los acontecimientos no resultan para nada aventureras.

El Programa Nuclear Iraní “sería”, aparentemente, el causante de que se haya elevado la tensión en la región. El programa de enriquecimiento de uranio anunciado por la República Islámica de Irán -para fines civiles, según la versión oficial- es el primer paso para la gran pesadilla de Israel y de los Estados Unidos: un Irán con capacidad nuclear obviamente les ha quitado el sueño a ambos.

A pesar de que el programa nuclear persa es una aspiración que data desde hace décadas, ahora parece, tras los devastadores informes de la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica – organismo conexo a la O.N.U.) y la recurrente negativa iraní a colaborar con este organismo internacional, una posibilidad real. Tan real que, en el último año, cuatro científicos iraníes integrantes del programa han sufrido atentados -tres de ellos con resultado mortal, - en unos ataques de los que, tanto el Gobierno como la oposición política del país, responsabilizan a los servicios secretos israelíes (MOZAD), en colaboración con Estados Unidos, cuando no.

Sin embargo, las sospechas no son todavía certezas en este campo. El propio Secretario de Defensa de los Estados Unidos, León Panetta, aseguró hace unos días, en el programa televisivo “Face to Nation” de la cadena de televisión norteamericana CBS, que “Irán no estaba aún decidido a construir armas nucleares, sino que estaba creando el tejido industrial y tecnológico necesario para hacerlo, si sus líderes así lo decidieran”. Aun así, León Panetta apoyaba utilizar las vías diplomáticas para frenar el programa iraní, al contrario de lo que hicieran en su momento con otros países con proyectos nucleares similares, con tensiones tanto regionales como internas y que tampoco han firmado el “Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares”  como son India, Pakistán o el propio Estado de Israel.

Por su parte distintos analistas políticos iraníes se apresuran y empecinan en afirmar que "no hay armas de destrucción masivas en Irán, ni las habrá", y asimismo aseguran que "no tienen esa capacidad de tecnología militar" y que dichas afirmaciones en ese sentido solo constituyen una simple falacia de corte meramente disuasivo para con los posibles atacantes de Irán, los que solo buscan arrebatarles el petróleo, recurso natural no renovable y por demás apetecible por las grandes potencias del mundo.

Para el mundo occidental, Mahmud Ahmadineyad (Ingeniero Civil hijo de un herrero) es la cabeza visible de Irán, pero no es exactamente así. Ahmadineyad  es una de las dos cabezas del poder político en el país. Es el Presidente desde el año 2005, elegido por sufragio universal cada cuatro años, y es el Jefe del Poder Ejecutivo, pero aun así, no controla ni a las Fuerzas Armadas ni al Poder Judicial. Esas dos competencias, entre otras, recaen en el Líder Supremo, elegido por un Consejo de Líderes Religiosos, que además controla la seguridad interior y exterior, las labores de inteligencia, las políticas generales del país, etc. En la actualidad, este cargo lo desempeña el Ayatolláh Alí Jamenei.

Desde la frustrada “Revolución Verde” -que fue duramente reprimida cuando se levantó contra las polémicas Elecciones de 2009 en las que fue reelecto el actual Presidente Mahmud Ahmadineyad, se ha producido una brecha entre ambos líderes. Ahmadineyad se dio cuenta entonces de que gran parte del pueblo iraní detesta a los Ayatolláhs y sus leyes de esencia árabe-islámicas. Tengamos en cuenta que los iranís son Persas, no Árabes, por esa razón Ahmadineyad ha vuelto a resaltar e intenta rescatar las costumbres de aquel Irán preislámico para ganarse así la simpatía de las clases medias. Un ejemplo de ello es la propuesta a un Referéndum (consulta popular) para que las mujeres decidan por sí mismas el uso obligatorio o no del velo (chador).

En cuanto a la Política Exterior, esa separación de los dos líderes también se percibe ya de manera sorprendente. El Ayatollah Alí Jamenei, que controla a las Fuerzas Armadas, es en verdad el ejecutor de las amenazas de cerrar el estratégico paso hacia el Golfo Pérsico, el Estrecho de Ormuz, el hacedor del programa nuclear y el instigador al asalto a la Embajada del Reino Unido en Irán, del que el Poder Ejecutivo, con Mahmud Ahmadineyad a la cabeza, políticamente se despegó.

No es difícil colegir que el líder supremo Ayatolláh Alí Jamenei quiere hacer lo que en su momento hizo el Ayatolláh Ruhoallah KJomeini en los años 80: aprovechar un conflicto y un enemigo externo -en aquella ocasión fue Irak- para justificar de ese modo la promulgación de leyes islámicas más severas aun.-

La gira por los países de Latinoamérica de Mahmud Ahmadineyad también tiene diversos objetivos: 1) uno simbólico, para demostrar que Irán no está aislado del concierto de las naciones; 2) otro económico, para firmar distintos acuerdos comerciales que le aseguren el abastecimiento de productos y materias primas esenciales; 3) y otro interno, mostrar al mundo que Irán tiene un Presidente activo tras unos meses de estratégico aislamiento -después un choque directo con el Ayatollah Alí Jamenei por la destitución de un Ministro.-

Las elecciones en Irán de 2009 y las protestas que se produjeron como consecuencia de sus resultados eleccionarios, pudieron significar el inicio de la llamada Primavera Árabe de 2011, pero no llegó a serlo ya que los iraníes no son árabes. No obstante, el nuevo fenómeno político también se  experimentó con éxito en otros países del norte de África tales como Túnez y Libia quienes se “libraron” finalmente de sus conocidos gobiernos “faraónicos”. Ahmadineyad se impuso en los comicios, pero uno de sus principales rivales y ex Primer Ministro, Mir Hossein Musavi, denunció un fraude electoral, con la intranquilidad social que tal tipo de denuncia conlleva.-

Miles de iraníes salieron a la calle, haciendo del verde su color aglutinador, cuando vieron que las autoridades no iban a repetir los comicios como una forma de garantizar su legitimidad. Sin embargo, y al contrario de otros casos como lo sucedido en Libia o Egipto, el pacto de silencio y la cautela internacional hicieron posible que las autoridades reprimieran y silenciaran rápidamente la protesta, convalidando así el resultado eleccionario.-

Los iraníes habían comenzado a transitar con ansia y decisión el camino hacia la deseada libertad, ese que a posteriori prendió con fuerza en el mundo árabe, pero ningún país occidental, ni mucho menos oriental, acudió en su ayuda o respaldó mínimamente el intento y el régimen llevó a cabo una terrible represión. No obstante la cruda realidad, la oposición iraní ha salido de las calles, pero ello no implica que haya abandonado la protesta popular, la que se encuentra agazapada y podría resurgir en cualquier momento dada las cambiantes circunstancias mundiales.-

Muchos exiliados iraníes ven en Mahmud Ahmadineyad  a un gobernante totalitario, al que le importa muy poco los derechos humanos y que no ceja en imponer un Islam de neto corte belicoso, rayano en lo antipático, que está haciendo mucho daño a la religión misma y del que la gente se estaría hartando. Las elecciones fueron como una línea roja que posibilitó al Gobierno percibir una fuerte y pertinaz oposición, lo que supuestamente conllevó estas políticas agresivas implementadas por Mahmud Ahmadineyad. En Irán existe oposición política contra el régimen, tanto de facciones socialistas como comunistas, pero sobretodo, existe una mayoría de opositores reformistas que han nacido dentro del propio sistema, pero que quieren cambios y estos son los que aglutinan a gran parte de la población iraní.-

Una crisis internacional en Medio Oriente siempre despierta la alarma internacional, más aun si estamos hablando de que uno de los actores (Irán) es el tercer exportador de petróleo del mundo. De hecho, este recurso natural no renovable está en el centro de la crisis.  Estados Unidos está intentado por todos los medios bloquear económicamente a Irán,  porque sabe que su economía depende casi exclusivamente del petróleo (70 %).

Por ello, la administración de Barack Obama (Demócrata) ha presionado a la Unión Europea hasta conseguir la aprobación del embargo, tengamos en cuenta que Irán vende 1,5 millones de barriles diarios a Europa, a los países asiáticos e incluso a sus rivales como China. Y parece que está teniendo éxito. Especialmente preocupante para el gobierno iraní es la gira de contactos por los países del Golfo Pérsico que está realizando China -su mayor cliente- para buscar cómo compensar la falta de crudo iraní. Uno de los primeros países que visitó la comitiva china fue Arabia Saudita, histórico rival económico y estratégico de Irán.-

La producción de petróleo representa el setenta (70%) por ciento de la economía iraní. Como ocurriera durante los años noventa en Irak, los efectos del bloqueo económico ya se están haciendo sentir en Irán, a lo que se suman los efectos de la crisis financiera mundial y si bien Irán es un país muy rico, la distribución de esa riqueza no está justamente repartida a tenor de los inocultables bolsones de pobreza que se reflejan en su población. Los grandes capitales y compañías internacionales no arriesgan en invertir en el país, y hasta los propios iraníes de fortuna prefieren invertir su dinero en proyectos en otros países del Golfo Pérsico.

El déficit oficial es del 13,2%, aunque fuentes de la oposición lo elevan hasta el 20%. El 14% de los jóvenes iraníes con formación universitaria está sin empleo, lo que está provocando una nueva fuga de cerebros. En los últimos años han llegado a España, que no es un país típico de la inmigración iraní, más de un millar de universitarios. Pareciera que todo el mundo huele la guerra y advierten de la situación interna insostenible que crearía el bloqueo total del petróleo, ya que supone el 70% de la economía nacional de Irán.-

En otro tenor, las guerras de Irak y  de Afganistán,  que han culminado estableciendo gobiernos más cercanos políticamente o bien mas funcionales a Teherán que sus predecesores, la Primavera Árabe, el conflicto en Siria que hace peligrar al último aliado de Teherán, la ruptura de relaciones diplomáticas entre Turquía e Israel tras el asalto armado por parte de Israel a la “Flota de la Libertad”, han cambiado el panorama geoestratégico de la región, sobre todo para Israel y Arabia Saudita.

El Estado hebreo, cada vez más solo, ve a un Irán nuclear como una amenaza excesiva, e Israel no tiene aliados en el mundo árabe y presiona a EE UU para iniciar sin más la guerra. Arabia Saudita también aprieta las tuercas a la administración Obama para dar un golpe certero a uno de sus grandes competidores, en el orden político, religioso y económico, que obviamente está pasando por momentos mas que delicados.

Por su parte resulta vital para Estados Unidos tener el control de la tercera reserva de petróleo a nivel mundial. Tanto Israel como Arabia Saudita tienen fuertes lobbies en Washington que dejan importantes sumas de dinero que pasan a solventar las costosas campañas electorales. En las primarias republicanas ya han sido varios los candidatos que han demonizado a Irán como estrategia pre-electoral. Uno de ellos, el favorito Mitt Romney (Republicano) ya advirtió del peligro que significaría una relección de Barack Obama, quien permitiría bajo su régimen que Irán desarrollara con comodidad y amplitud la fabricación de armas nucleares de destrucción masiva.

Poco queda ya de aquel Barack Obama que llegó al poder tendiendo los brazos al mundo islámico e intentado no seguir siempre los intereses israelíes en esa zona del mundo. Se cree que EE UU está volviendo a "crear su conocido guion" para justificar una vez más un posible ataque, que parece que no desea, pero que sabe que si Israel ataca de modo unilateral a Irán, ellos deberán ir detrás y sin chistar.

Ese “guion” implicaría buscar “razones” para atacar. A las continuas menciones al programa nuclear, se une que un tribunal aseguró recientemente que Hezbolláh (organización islamista libanesa) e Irán estaban detrás del atentado 11-S (Torres Gemelas). También desde Washington se ha acusado a Irán de supuestos intentos de atentados terroristas frustrados en suelo norteamericano, etc.

Atacar a Irán no implicaría una guerra de unos pocos días o meses. Irán No es un hueso fácil de roer. El escenario no sería el mismo que en Irak. Al contrario que el dividido Irak, su espíritu nacionalista está consolidado desde hace casi 4.000 años. Existe una fuerte cohesión social. Podría resultar una guerra mucho más grave y costosa, no sólo a nivel económico sino humano. Irán representa una fe, una profunda religiosidad y un marcado sentido nacionalista, y no le resultaría nada difícil tener que reclutar a todos aquellos héroes y posibles mártires que se encuentran hoy desparramados por el mundo y que gustosa y honorablemente no dudarían en inmolarse por la defensa de su país, de su nación, si fuere ello necesario.

Además del programa nuclear, el otro factor que puede provocar la confrontación armada es el Estrecho de Ormuz, un angosto paso estratégico hacia el Golfo Pérsico que la marina de guerra iraní podría bloquear fácilmente y por el que transita a diario, más de un tercio de los embarques mundiales de hidrocarburos. Irán ya ha amenazado con bloquearlo, en represalia al embargo implementado por los Estados Unidos y la Unión Europea. Los juegos de guerra ya han comenzado y tanto el Reino Unido como Estados Unidos están ampliando su despliegue militar en la zona de tensión. Obviamente con un temible final abierto.

Nota: Dr. Jorge Enrique Yunes; Abogado; Doctorado en Ciencias Jurídicas y Sociales; Analista Político; Investigador. Rosario, Provincia de Santa Fe, República Argentina;     www.pregonnacionalista.blogspot.com

Editoriales