La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

Antonini no fue el único maletero.

Por Carlos Machado.

En los tribunales de Downtown, en Miami, acaba de hacerse la acusación formal contra los empresarios Carlos Kaufmann y Franklin Durán, el abogado Moisés Maionica, el uruguayo Rodolfo Wanseele Paciello y el agente de inteligencia Antonio Canchica Gómez, este último aún prófugo -todos implicados en la coacción y amenazas al ya famoso Guido Antonini Wilson para que no abra la boca sobre el origen y destino del dinero que pretendió ingresar a la Argentina el pasado 4 de agosto-, y se espera la audiencia preliminar para el próximo 28 de diciembre, en la cual se presentarán los fundamentos para el juicio definitivo que se llevaría a cabo en marzo del año venidero. Mientras tanto, van surgiendo nuevos detalles respecto de este caso que ya comenzó a alterar, de diversas formas, al mundo político de Argentina y Venezuela.

Las últimas informaciones surgidas de la fiscalía de Miami que actúa en la causa confirman que a Antonini Wilson le dijeron concretamente, tras ofrecerle 2 millones de dólares y los gastos que le ocasionara su probable viaje a la Argentina para declarar ante la jueza María Rivas Diez, que "nunca debía decir para quién iba el dinero de la maleta, y que en todo caso era para comprar una vivienda o un regalo para su esposa".

Esto surgió en un informe exclusivo emitido este último jueves 20 de diciembre en el noticiero de la tarde del Canal América TV, que agregó que a Antonini Wilson se le había ya remarcado, cuando debió dejar la famosa maleta confiscada en agosto en la Aduana de Buenos Aires, que "si contaba la verdad, Cristina podía perder las elecciones, y no debía perderlas".

También es comentario obligado en estas últimas horas los sofocones que al matrimonio Kirchner le han provocado, además de lo antes mencionado, las declaraciones de Victoria Bereziuk, la ex secretaria de Claudio Uberti y pasajera en aquel vuelo dolarizado, al señalar que Antonini Wilson estuvo presente, a los dos días de haber arribado con la maleta y poco antes de partir del país, en una recepción a Hugo Chávez realizada en la Casa Rosada.

Se recuerda que el presidente venezolano había llegado un día después que la maleta para firmar en Buenos Aires algunos acuerdos en materia energética. Esa misma noche, Antonini Wilson también participó de una cena en el exclusivo restaurante "La Rosa Negra", en San Isidro, junto al hasta allí ejecutivo de la petrolera estatal venezolana PDVSA, Diego Uzcátegui Matheus, quien viajó con la comitiva de Chávez, su hijo Daniel Uzcátegui Spetch -otro de los pasajeros de aquel vuelo-, Victoria Bereziuk y dos personas más.

También iba a asistir Claudio Uberti, pero finalmente éste no asistió, presumiéndose que lo hizo a alguna de las otras dos cenas programadas para esa misma noche, una en la residencia presidencial de Olivos con el matrimonio Kirchner, Hugo Chávez y el ministro Julio De Vido, o la que congregó en otro lugar a los cancilleres de Argentina y Venezuela y otros miembros de la comitiva chavista.

No se sabe cómo reaccionarán ahora Néstor y Cristina Kirchner y sus habituales voceros y adulones a partir de estas últimas informaciones. Seguramente ya tendremos en las próximas horas algún discurso de atril del ex presidente -un "ex" que al parecer se resiste a serlo por cuanto viene acudiendo con llamativa continuidad al rescate de su esposa de tantas cuestiones que la alteran- o las habituales declaraciones fuera de foco de los inefables ministros Fernández.

La pregunta que constantemente, desde aquel 4 de agosto, viene quedando en el aire y ya es hora que deje de hacerlo, es: ¿va a investigar o tomar declaración la jueza María Rivas Diez, a cargo de la causa Antonini, a los restantes miembros argentinos que viajaron en ese vuelo, o sea Uberti y Ezequiel Espinosa? Al menos ya lo hizo Victoria Bereziuk cuando señaló la presencia de Antonini Wilson en la Casa Rosada. Dicho sea de paso, las cámaras de video de este lugar podrían haber tenido grabada esta presencia, pero probablemente ya se haya borrado todo rastro.

Por el lado venezolano seguramente se proseguirá sin abrir ninguna investigación, ya que desde Chávez, que acaba de viajar nuevamente a Cuba, hasta sus funcionarios, solamente emiten declaraciones referidas a una "conspiración del Imperio". Hasta el gobernador del estado Cojedes, Johnny Yáñez Rangel -de quien nos ocupamos en el artículo anterior sobre el tema- pasó por canales televisivos y otros medios oficialistas dejando una pobre imagen al empeñarse en defender a los empresarios detenidos y al mismo tiempo desvincularse de negocios con los mismos, haciendo además una visita a la embajada norteamericana en Caracas, con una marcha de seguidores detrás, para dejar un escrito solicitando que "dejen de atacarnos". En suma, aclarando para que oscurezca aún más.

Pero esta cuestión de las maletas voladoras rellenas de dólares no nació con el viaje de aquel Cessna Citation que condujo a Antonini Wilson y sus acompañantes a Buenos Aires y desató el huracán que los gobiernos argentino y venezolano jamás pensaron padecer. Esas maletas -según parece el medio más efectivo para sus emisores en lugar de utilizar bancos u otro sistema de transferencia dado que es dinero lavado o para lavar, y de origen más que dudoso- vienen