
La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.
|
Propiedades y millones en disputa.
Por Rodolfo González Arzac.
|
El reconocimiento judicial de Carlos Nair Menem cambia la futura sucesión del ex presidente. La familia Menem sumó un nuevo integrante. Y aunque los abogados del actual senador por La Rioja anticiparon que apelarán la decisión de la Justicia, el fallo movió el tablero. Cecilia Bolocco, el pequeño Máximo, la hija del fallecido Junior, Zulemita y ahora Carlos Nair serán los que heredarán al ex.
Carlos Nair tiene el casco de Ayrton Senna da Silva. Es el original. El que usaba el corredor más famoso de Brasil de todos los tiempos. Idéntico al que llevaba cuando ganó 41 carreras y tres títulos de Fórmula Uno antes de morir, el 1º de mayo de 1994, en el Gran Premio de San Marino. Y para él es mucho más que el recuerdo de un campeón mundial: es un regalo que le hizo su padre cuando murió su hermano, el dueño original del casco.
El viernes 3 de noviembre en Las Lomitas, Formosa, hizo mucho calor como casi todas las tardes. Pero por primera vez la Justicia reconoció que Carlos Nair no es solamente el dueño actual del casco de Ayrton. El fallo estableció que también es hermano de Junior, de Zulema y de Máximo. Que oficialmente es hijo del ex presidente de la Nación Carlos Saúl Menem.
“No me lo esperaba, pero está bueno: basta de papeleo...”, le dijo a PERFIL Carlos Nair apenas se enteró de la buena nueva. El fallo puede ser apelado. Pero hay algo seguro: los papeles no van a terminar acá. Hay muchas cosas en juego.
El heredero.
Isabel Vera es formoseña, tiene 31 años y formó parte, como abogada, del equipo de representantes legales que tuvo el hijo de la ex diputada nacional Martha Elizabeth Meza en un proceso largo y tedioso que lleva 5 años. En Formosa el veredicto del juzgado de Las Lomitas se festejó a los gritos. Sobraban los motivos.
—El fallo no sólo le da a Carlos Nair el apellido. También le da un lugar entre los herederos del ex presidente, y muchos sospechan que lo que hay en juego es una fortuna.
—Económicamente hablando, sí. Pero este caso es especial por la historia. La madre murió de una manera trágica. El chico se vio metido en esta pelea por eso. Tuvo que pedir el reconocimiento. Esto va más allá de los derechos hereditarios. Logró el reconocimiento a través de la paternidad. Esta es, sobre todo, una historia triste.
— ¿Saben ustedes que, llegado el caso, no les va a resultar nada fácil saber cuánto le corresponde a Carlos Nair por herencia?
—Sin duda. Pero estamos aventurándonos en el tiempo. Nadie desea que llegue ese momento. Lo único que pretendíamos era que se le reconociera su filiación. Y dejar en claro que la madre de Carlos Nair nunca mintió.
—Algunos bienes, como los de Carlos Menem Junior, ya se repartieron. Más allá de que él no piense en eso, es un derecho que tiene...
—Eso, sin duda. Pero para que nosotros hagamos cualquier inicio en el campo sucesorio, la sentencia tiene que estar firme. Y la verdad es que no sé cuánto falta para eso. De cualquier forma, hay que tener en cuenta que lo que yo te digo son conjeturas e hipótesis. No creo que Carlos Nair tenga interés en estas acciones: nunca habló del tema económico.
— La pelea todavía no terminó, ¿no?
—El abogado de Carlos Menem dijo que va a apelar. Seguramente, va a tratar de entorpecer todo lo posible el trámite. Como hasta ahora.
Cambio de imagen.
Martha Meza, la mamá de Carlos Nair, se suicidó en enero de 2003. Antes de morir, tomó plaguicidas como para estar segura de que iba a dejar de sufrir. Desde entonces, el hijo se juró que iba a conseguir que un juez dijera públicamente que su madre no era una mentirosa: que, en efecto, él fue concebido un día de 1981, en Las Lomitas, después de una relación entre Meza y Menem.
El duelo por la muerte de su madre fue muy duro. Y llegó a cambiar la percepción que Carlos Nair tenía de su padre. “Nunca lo votaría”, dijo, por esos días, entre otras cosas, mientras masticaba bronca. Ahora Carlos Nair abandonó la idea de que su padre es un tirano. Dice que, a veces, se ven. Que le pasa plata todos los meses. Que le encantaría trabajar con él. Y que lo votaría. La relación es, parece ser, definitivamente, otra.
El próximo gran problema de Carlos Nair vino anunciado en el fallo del juez formoseño Francisco Orella. Y no es otro que su derecho como hijo a una porción de la herencia de Carlos Menem. Según la ley, le correponde un 20 por ciento de sus bienes. La incógnita es cuáles y cuántos son sus bienes, más allá de los declarados bajo juramento este año en el Senado de la Nación.
El laberinto.
En los tribunales federales hay dos causas en las que, desde hace años, se investiga la verdadera dimensión de la fortuna del ex presidente. En una de ellas, el juez Julio Speroni lo benefició el año pasado dictándole la “falta de mérito” por su presunto enriquecimiento ilícito. Menem quedó liberado de culpa. Pero si aparecen nuevas pruebas, el expediente puede volver a abrirse.
Esa causa todavía puede deparar sorpresas. El juez también le dictó el sobreseimiento a su ex secretario privado, Ramón Hernández. Y la Oficina Anticorrupción consiguió que la Cámara le ordenara al juez que siguiera investigando si Hernández manejaba una sociedad de fantasía de Liechtenstein, bajo el control del Banco de Gotardo, con una cuenta con un saldo estimado en 6 millones de dólares, cuyo verdadero dueño podría ser el padre de Carlos Nair.
En la OA también trabajan en otra pista: Zulemita. Los investigadores vuelven a rastrear sus bienes con la intención de verificar si la ex mujer de Paolo Bertoldi recibió dinero y propiedades de su padre. Analizan su piso en Miami, la concesionaria de Núñez, bonos y cuentas bancarias por montos millonarios.
Algo similar había pasado en la otra causa que tiene los bienes de Carlos Menem como protagonistas. Es la que todavía maneja el juez federal Norberto Oyarbide, donde el ahora senador está acusado de omitir en su declaración jurada cuentas en un banco suizo. Empezó con una declaración de Menem a la CNN en español, donde admitió que tenía unos 600 mil dólares en ese país. Pero terminó con todo su entorno investigado. “Falta poco para el juicio oral pero eso recién va a pasar el año que viene”, reconocen en Comodoro Py. “Es muy difícil que zafe del banquillo: la Cámara lo procesó”, agregan.
Las averiguaciones en el círculo de Menem no duraron mucho. Al poco tiempo el delito prescribió y las carpetas dejaron de sumar fojas. Pero, aun en esas pocas páginas, la pista Zulemita sumó sospechas. Había certificados de depósitos reprogramados (Cedros) por muchísimo dinero (aunque es difícil saber cuánto recibió por ellos; según la revista Noticias, en marzo de 2004 tenían un valor aproximado de 700 mil pesos).
La propiedad de dos lofts en el Palacio Alcorta. La duda acerca de si era dueña de un piso en el edificio Majestic, en el Bal Harbour de Miami. Zulema madre lo anticipó hace mucho tiempo. Cuando se enteró de que Menem quería poner la casa de La Rioja a nombre de su hija, predijo: “¡La chica va a tener problemas, ya van a ver!”. El tiempo todavía puede darle toda la razón.
El arreglo que falta.
Carlos Saúl Menem tiene cinco herederos: su hija Zulema; su nieta (hija del fallecido Junior, según determinó la Justicia); su mujer, Cecilia Bolocco; su hijo Máximo y, ahora, Carlos Nair.
“El día que muera el ex presidente, si todo sigue igual, si todavía no se sabe cuáles son sus bienes, puede venirse una guerra judicial”, advierte uno de los tantos investigadores que bucea en la fortuna del senador. Es una de las posibilidades. Puede ser que Carlos Nair quiera saber si Zulemita no tiene parte de lo que le corresponde y que para eso recurra a la Justicia.
Otros abogados, en cambio, creen conocer el final de la película. “Va a terminar igual que siempre”, aseguran, y anticipan “un arreglo”. Lejos de la mirada de extraños.
Por ahora, legado para cinco.
Si algo no se puede decir de la herencia de Carlos Sául Menem es que es materia previsible. En los últimos años, de hecho, se sumaron tres nuevos herederos. El primero fue Máximo Saúl, el hijo que tuvo con Cecilia Bolocco a fines de 2003. La segunda fue la hija de Carlos Junior, que fue reconocida por la Justicia en 2004, después de un juicio que demoró casi 13 años. El tercer heredero reconocido es Carlos Nair, que se acomodó en la lista pocos días atrás con un fallo que, seguramente, será apelado por los abogados del ex presidente en el Tribunal de Familia de la provincia de Formosa.
Con esta última determinación judicial, los herederos son Zulemita, Máximo, Carlos Nair, la hija de Junior y Bolocco. ¿Cómo se dividirían los bienes? En dos pasos. Primero, le correspondería el 50 por ciento de los bienes gananciales a su mujer, Cecilia Bolocco (se trata de los bienes obtenidos luego del matrimonio entre ambos). Después, el resto de la herencia –los bienes gananciales y personales– se repartirían en cinco partes iguales. A cada uno le corresponde el 20 por ciento.
La ley le reserva a Carlos Menem la posibilidad de una última cuota de misterio. El ex presidente puede disponer, mediante legados, del 20 por ciento de su herencia. Vía testamento puede mejorar la porción que le corresponde a uno de sus herederos o decidir que determinados bienes vayan a otras manos.
Informes