La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

A cinco años de la caída de Fernando de la Rúa.

Por Seprin.

Pocos lo recuerdan: en los días de la peor crisis de la historia argentina, Néstor Kirchner defendía la permanencia del uno a uno de la misma manera que Fernando de la Rúa se aferraba a ese modelo económico con tal de no pagar el costo político. La permanencia en el 1 a 1 provocó una fuerte discusión de Kirchner con Eduardo Duhalde, según aseguró hoy en una entrevista radial Ramón Puerta, quien por aquellos días como presidente del Senado (PJ) debió asumir la presidencia provisional de la Nación.

Pero la codicia convirtió aquella disputa en sólo una anécdota: la política económica de Duhalde que consistió en salir de la ya insostenible convertibilidad fue continuada sin rezongar por Kirchner. 

Los fondos de Santa Cruz 

Aquella incoherencia no sorprende cuando el propio presidente de la Nación y su sucesor en la gobernación santacruceña resultaron ser los primeros en descreer de la solidez económica, credibilidad política y viabilidad futura de la Argentina al sacar del país los fondos de Santa Cruz cuando el presidente Néstor Kirchner gobernaba la provincia. Semejante hipocresía rara vez ha sido vista en el mundo de la política y las finanzas nacionales o internacionales. 

El caso de las cuentas de Santa Cruz es uno de los puntos más oscuros de la administración kirchnerista. Seprin publicó en su momento una serie de informes que daban cuenta de los manejos que mostraron no sólo groseras irregularidades, así como también omisión de cuentas y pérdidas de fondos por 5 millones, sin precisiones sobre los intereses, entre otras irregularidades. En estos documentos se detallaron los números de cuentas en el exterior y los montos de cada una (ver links al final de la nota). 

Los ahorristas: grandes perdedores 

El desorden institucional y las ideas a fines de 2001 eran tan confusas e inciertas que hasta hubo quien aseguró que “aquellos que depositaron dólares, recibirán dólares; y aquellos que depositaron pesos recibirán pesos”. La frase tranquilizó por unas horas a los ahorristas desesperados, pero los economistas que tomaron esa papa caliente con las manos transpiraron todo el verano de 2002 explicando la inviabilidad de la afirmación de Duhalde. “Yo no lo hubiera dicho nunca”, dijo un alto funcionario de Economía en enero de 2002.

Aunque De la Rúa ganó las elecciones de 1999 con la promesa de mantener la paridad del peso 1 a 1 con el dólar, todos estaban dispuestos a aprovechar los beneficios pero muy pocos a pagar los crecientes costos políticos y económicos que implicaba sostener la convertibilidad.

El default de Rusia (1998) y la devaluación del real en Brasil (enero de 1999) habían acentuado las dudas sobre la viabilidad del régimen. Al asumir De la Rúa, la Argentina tenía un alto endeudamiento en dólares, elevados déficits gemelos y condiciones externas muy desfavorables. Esta situación, sumada al deterioro socioeconómico, fue creando la sensación de que en "algún momento" la convertibilidad iba a explotar.

En marzo de 2001 hubo tres ministros de Economía. Machinea, López Murphy, Cavallo, con fórmulas diferentes, intentaron salvar al país de la crisis pero no tuvieron el suficiente aval político para aplicarlas.

El "blindaje" de Machinea, que había apuntado a obtener financiamiento externo (casi 40.000 millones de dólares) para no agravar la recesión, fracasó por falta de apoyo parlamentario a las reformas comprometidas por el Gobierno con el FMI. El Congreso licuó las modificaciones propuestas al sistema previsional; la ley de obras sociales y un nuevo pacto fiscal.

López Murphy se fue sin poder aplicar un ajuste fiscal moderado y muy mal "vendido" políticamente. Y cuando Cavallo apostó al déficit fiscal cero, no había consenso político para aplicarlo en medio de una recesión combinada con deflación. Luego optó por medidas para estimular el consumo interno, en medio de un clima de creciente desconfianza.

Los fantasmas del default, devaluación y corralito sobre los depósitos se agigantaron tras la caída de De la Rúa. La pesificación asimétrica de depósitos y préstamos generó ganadores y perdedores opuestos a los de los 90.

El cambio de paradigma económico impuso dólar alto, salarios bajos, retenciones, superávit gemelos y quita compulsiva de la deuda pública. Con esos golpes, la recuperación de la economía fue mucho más rápida de lo que cualquiera hubiera esperado, aun con distorsiones y asignaturas pendientes. Pero los números favorables de la economía actual se basan en el descontento y sacrificio de millones de argentinos que padecieron la devaluación.

Nadie puede olvidar la restricción de depósitos bancarios que explotó el 18 de diciembre de 2001, cuando la clase media salió a golpear cacerolas, dando paso a tres jornadas interminables de saqueos. Durante el 2002 se repitió de modo mecánico una frase: "en chino, crisis quiere decir oportunidad". Pero en realidad, la crisis había sido la oportunidad de un empobrecimiento inédito de millones, no sólo de los sectores que más habían sufrido la transformación de los 90, sino de las capas medias urbanas.  

La caída 

Por la mañana del 19 de diciembre había fracasado la reunión de “Concertación” convocada por el titular de Cáritas de ese entonces, monseñor Jorge Casaretto, porque De la Rúa ratificó el rumbo económico, aunque horas después Cavallo presentó la renuncia tras un pedido de los bloques legislativos del radicalismo.

En medio de incesantes disturbios en todo el país, De la Rúa había decidido aceptar la renuncia de Cavallo el mismo 19 de diciembre, pero ese día se limitó a comunicar la imposición del estado de sitio y sólo divulgó la salida del titular del Palacio de Hacienda al día siguiente, tras el “cacerolazo”.

De la Rúa llegó a la Casa Rosada a las 9.30, cuando la Policía lanzaba una ofensiva contra manifestantes en la Plaza de Mayo, y de inmediato recibió a los titulares de los bloques del radicalismo de ambas Cámaras, el senador Carlos Maestro y el diputado Horacio Pernasetti.

A las 14 el jefe de Estado llamó al gobernador bonaerense de ese entonces, Carlos Ruckauf, a quien culpaba de incitar a los saqueos, para avisarle que iba a darles espacio a justicialistas en el Gabinete nacional.

Dos horas y media más tarde, cuando ya habían muerto Diego Lamagna, Gastón Riva, Carlos Almirón y Gustavo Benedetto en el centro porteño, De la Rúa anunció cambios en la política económica e invitó al justicialismo a integrar el Gobierno.

Pero tras una reunión en el despacho del jefe del bloque del PJ en Diputados, Humberto Roggero, unos 50 legisladores justicialistas rechazaron el cogobierno.

”Me da la sensación que en ese momento el Presidente tomó la decisión de renunciar, que simplemente mantuvo latente hasta esperar llamados de dirigentes del PJ que nunca existieron”, recordó hoy el ex vocero presidencial Juan Pablo Baylac.

A las 18, Maestro le comentó la situación era “irrecuperable” y De la Rúa contestó que si no había otra alternativa iba a renunciar, aunque el senador se adelantó y lo comunicó ante la prensa.

Pasadas las 19, cuando ya se conocía la muerte de Alberto Márquez, el primer mandatario les comunicó la decisión a todos sus ministros, y le pidió a su secretaria Ana Cernuzco que le alcanzara un papel membretado.

Se quedó a solas con el ex canciller y amigo de muchos años, Adalberto Rodríguez Giavarini, quien le aconsejó que escribiera su dimisión de puño y letra, cosa que De la Rúa hizo.

Luego salió del despacho y le pidió al fotógrafo presidencial, Víctor Bugge, que hiciera su trabajo, y se sacó fotos con sus secretarias y con los ministros Christian Colombo, Hernán Lombardi, Héctor Lombardo y su hermano Jorge.

A las 20, la Casa Militar y los encargados de su custodia le recomendaron a De la Rúa salir de la Casa de Gobierno en helicóptero y éste aceptó, pese a que el gesto estaba plagado de simbología porque así retiraron los militares a Isabel Martínez de Perón en 1976.

Links relacionados 

Las cuentas en Santa Cruz I: http://www.seprin.com/portal/notas/cuentas_de_santa_cruz-I.htm

Las cuentas en Santa Cruz II: http://www.seprin.com/portal/notas/fondos_santacruz_parteII.htm

Las cuentas en Santa Cruz III: http://www.seprin.com/portal/notas/fondos_de_santa_cruz_parte_III.htm

Negocios de K. y sus amigos: http://www.seprin.com/portal/notas/cuadros-k.htm

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