La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

¿Es posible Teherán en Buenos Aires?

Por Silvia Mercado.

Amigos de Néstor Kirchner en la Provincia de Buenos Aires (sí, todavía los tiene) están preparando para la noche del 28 de junio una movilización a Plaza de Mayo para “garantizar el triunfo en las urnas”. De locos. Kirchner maneja el aparato del Estado -léase la Policía Federal, la AFIP, la Aduana, el ONCCA, por no agregar los encolumnados de la justicia y de los medios privados, porque también tiene los medios estatales- y aún así cree que es posible que le birlen la victoria. Es decir, cree que ganará y cree –también- que una conspiración que no puede definir, pero que le quita el sueño, intentará evitarlo.

Enemigo de las sutilezas, sólo Kirchner es capaz de semejante pensamiento. Hasta promueve que miles de sus huestes se apersonen a las puertas de ARTEAR, Lima y San Juan, para presionar sobre los mensajes de editores, productores y periodistas a los televidentes de Canal 13 y TN. Desconoce que la población tiene una variadísima forma de enterarse de lo que pasa, no sólo otros canales de noticias, sino también Internet y una innumerable cantidad de sitios de noticias, más los blogs, las redes sociales. Y tal vez no lo recuerde, pero todavía existe la radio.

Su sistema de pensamiento es lineal. Cree posible que interviniendo en forma personal, o a través de sus militantes gritando contra Clarín en el estacionamiento del canal, logrará que la opinión pública se vaya a dormir el domingo 28 con la idea de que Kirchner ganó. Es su forma de “garantizar la victoria en la calle”, alcanzando el respaldo necesario para seguir gobernando sin cambiar, sin consensuar políticas con los gobernadores ni la oposición. Es decir, cree posible que el favor popular que no logró gobernando, ni adelantando elecciones, ni restringiéndose a pelear solamente el conurbano, ni inventando candidaturas testimoniales, puede lograrlo esa noche y de ese modo.

Causa un poco de gracia ver a Kirchner intentando tapar el sol con el dedo gordo de su mano derecha. Aunque si se lee lo que está pasando en Irán, donde el presidente Ahmadinejad después del fraude contra su opositor redujo a la mitad la capacidad de la banda ancha para hacer prácticamente imposible el envío de imágenes y fotos y bloqueó de la web las páginas de noticias y facebook, para evitar que las movilizaciones opositoras que lo denuncian sean conocidas por todo el país y el exterior, por lo menos habría que estar atento.

¿Será Kirchner capaz de llevar tan lejos su obsesión por negarse a aceptar el estado de ánimo de la mayoría de la sociedad, que finalmente es la que se manifiesta a través de los medios nacionales que lo enfurecen, que sólo espejan la sociedad? Algo parecido es sencillamente increíble e impensable en nuestro país. Sino fuera porque la actitud que asumió durante la crisis del campo, cuando se lanzó a una Guerra Santa contra un enemigo que inventó él mismo, por razones que todavía siguen sin entenderse, hace creer posible casi cualquier cosa.

Todavía ingenua, o haciendo esfuerzos denodados por entender, LPO le preguntó la semana pasada a uno de sus eficientes funcionarios:

-¿Qué quiere Kirchner?

-Todo. Le interesa cada lugar que descubre. Tiene toda su inteligencia al servicio de aplastar lo que no controla y de a apropiarse de todo lo que encuentra.

De hecho en sus pagos, Santa Cruz, nada de lo que vino haciendo en los últimos años en la Argentina les llama la atención. Inocentes, aquí jamás imaginamos la vocación de Kirchner por ocupar todos los espacios, incluidos los de la protesta.

Un ex gobernador de esa Provincia lo definió así: “Soy Estado. Soy Empresa. Soy Justicia. Soy Medio de Comunicación. Soy Oposición. Soy Despacho Oficial. Soy Militante Callejero. Soy Presidente. Soy Cada Ministro. Cada Titular de Organismo Descentralizado o No. Cada Funcionario de Cuarta o de Quinta. El 10 de diciembre Seré Cada Diputado. Y si gano en el 2011 Seré También Cada Senador, además de Diputado, además de Presidente, además de Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, y hasta que sea Cada Gobernador de Cada Provincia”.

Esta particular personalidad que se empecina en gobernar la Argentina a su modo, sin que le importen las nuevas demandas de la mayoría, que rechaza la confrontación y pide consensos, una promesa con la que ganó su esposa Cristina y que él se apuró en romper para lanzarse a una caricatura de sí mismo, profundizando la distancia con la sociedad, será dentro de poco motivo de profundo análisis.

Consultado Ricardo Rouvier por Radio El Mundo, dijo “hoy es eficaz el discurso no confrontativo que busca generar consensos”. Y no negó ser el aludido por Kirchner cuando se quejó de los asesores que le recomiendan que deje de pelear en las tribunas.

A los simples mortales nos resulta difícil comprender la obstinación en el error de los que pretenden ser dueños del destino de todos y cada uno. Para Rouvier es apenas “un problema de personalidad”. Para los que votarán el 28 de junio en la Provincia de Buenos Aires, último refugio kirchnerista, el asunto es todavía más serio.

Fuente: Política OnLine.

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