Al poder se encarama uno con una cohorte de defectos: corrupción, traición, oportunismo, demagogia, violencia, y con una cualidad: inteligencia. Pero quedan excluidas dos debilidades: idiotez e ineptitud (“ineptitud” para la operación política, digo, no para la función pública, que de eso tenemos sobrados ejemplos). Nadie llega al pináculo del poder a fuerza de ser inútil. Sí, de negociar todo en el camino, de “transar”, de comprar y vender. De resultas de lo cual, ¿nuestros presidentes son incapaces de sostener en el tiempo los esporádicos progresos y avances por incapaces o, por el contrario, porque desde algún lugar se imparte una indicaciòn expresa que, por ejemplo, este país, Argentina, no debe levantar demasiado vuelo?
Por si no se dieron cuenta; en retrospectiva, cada exactamente 6/7 años se produce alguna debacle: Si tomamos, por ejemplo, como punto de partida el desastre financiero y social de 2001, sumando siete tenemos 2008, en que alcanzamos un pico de PBI y exportaciones. Pero al año siguiente, crisis del gobierno con el campo, sequías nunca vistas….. Pero vayamos hacia atrás: 1995, la mini-hiperinflación del segundo gobierno menemista. Antes, 1989, hiperinflación de Alfonsín.
Más atrás, 1982, guerra de Malvinas. Antes, 1976, dictadura militar. 1969, Cordobazo y crisis sociales. 1963. Golpe de estado, “azules y colorados”. 1955, revolución antiperonista….. Esa aproximación cíclica a “ondas” de 6/7 años me hace recordar a los ciclos de casi 4 años para señalar el surgimiento de “amenazas de pandemia”, y que tratara en mi trabajo sobre la Gripe AH1N1 “Mutatis mutandis… o todo lo políticamente incorrecto de comentar” que, sobrentiendo, es también parte de la actividad y cronograma Illuminati.
Ahora bien, esta ciclicidad es sólo explicable por la ineptitud de nuestros gobernantes? Insisto: nadie llega ahí por estúpido e incapaz. De modo que si la educación se deteriora de generación en generación y nadie hace nada por recuperarla, si la salud, la seguridad pública, la fortaleza de las instituciones democráticas, van por el mismo camino es porque eso es lo que se busca.
Cada vez encontramos más evidencias de un plan sistemático y de largo plazo para el Control Mental de la población, articulado con las operaciones de las grandes multinacionales en un escenario donde el imperialismo no cae en manos de dictadores o ideologías sino de la economía de mercado. Una característica dominante de la estrategia de esos poderes es realizar actividades que brinden simultáneamente rédito financiero y a la vez permitan manipular a la humanidad.
La “polución electromagnética” de las antenas celulares (y los móviles en sí) produce dinero, genera otros negocios (el médico-farmacéutico, a caballito de las enfermedades neurológicas y oncológicas de los próximos años) y de control mental, articulado con redes HAARP y otras. Y las redes sociales como éstas son parte de esa estrategia, más allá que tomemos conciencia y nos “acomodemos” a nuestros objetivos. ¿Signos?
La enorme mayoría de los consumidores de Facebook hacen “me gusta” sin leer más que el título. Un artículo desarrollado, “de fondo”, tendrá un puñado de lectores. Frases de autoayuda, chistes o agravios por el contrario, pueden sumar centenares de “compartidos” y, sobre todo, claro, gifts, dibujos, fotos y videos (cuanto más breves, mejor, porque aburre sentarse a ver un documental de una hora). Alguien dirá que es “el signo de los tiempos”, que esto no hace más que expresar una “tendencia cultural”.
Permítanme señalar como objeción esto: hace doce años que deambulo en la Red. Años atrás, sin redes sociales, la gente tenía otros hábitos de consumo de Internet. Leía, buscaba, navegaba, bajaba ebooks, consumía documentales…. pero desde el arribo de FB, todo es apenas un “me gusta”, un “¡holiiiiisssssss!!!”, un emoticón, un “abracito de luz” o un “namasté” o, claro, un insulto soez, porque suma la “valentía” de la distancia y el anonimato. Esta forma fugaz de participar, aburriéndose de leer más allá de diez líneas, dejando correr la vista sobre decenas y decenas de “actualizaciones”, compartiendo imágenes y frases hechas como todo aporte a la red social es una costumbre que devino CON la red.
Por lo tanto, es un “hábito cultural” CREADO POR LA RED. Eso es manipulación. Sin duda, habrá quienes con todo derecho dirán “YO NO” (si es que leen hasta aquí, por lo que, si postean un comentario diciendo que “ellos no” significa que cumplieron la regla y leyeron por encima nomás), pero el mercado no se basa en excepciones sino en tendencias masivas.
Este es el escenario Illuminati de las próximas décadas: redes sociales, control de creencias y carteles de la droga. Y hay sólo dos aglutinantes que catalizan (en el sentido químico de “una sustancia que acelera la transformación de otra”) la interacción y el rédito efectista de esta ecuación: la inseguridad y el vacío existencial. Sólo miren a su alrededor.