La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

La herencia de Cristina.

Por Pablo Docimo.

El 15 de octubre de 2007 publicábamos en este mismo sitio un artículo titulado "La herencia de Cristina" donde hacíamos referencia a los inconvenientes que debería encarar la entonces Primera dama en caso de acceder a la presidencia. En la nota enumerábamos, textualmente, lo siguiente: "...existen algunos puntos sobresalientes, que más allá de la herencia que indefectiblemente recibirá, formarán parte de los temas que deberá afrontar si ella asume, los cuales sería interesante saber como los solucionará; por ejemplo:

La crisis energética, la inseguridad, la inflación, las pésimas relaciones exteriores, los constantes conflictos gremiales, la anarquía generalizada en las calles con los cortes, la situación del INDEK (Índice Nefasto Del Estado Kirchnerista) los subsidios indiscriminados y, por último, como se resolverán los casos de corrupción, entre los cuales podríamos incluir dónde están y a cuánto ascienden los fondos de Santa Cruz.."

"También sería bueno que explique cuál será su plan de gobierno o cuáles sus políticas de Estado para solucionar aspectos sociales tan básicos y fundamentales como la salud y la educación, los cuales se encuentran totalmente colapsados y en el presente período no sólo no se solucionaron, sino que -muy por el contrario- empeoraron, dado que no se invirtió un solo centavo en infraestructura, palabra que parece no conocer desde el primero al último funcionario de esta administración."

Analicemos pues, punto por punto, cuáles fueron las primeras decisiones políticas de la ¿Dra.? Fernández de Kirchner en sus primero días de gobierno: 

Como se podrá apreciar, lamentablemente no nos equivocamos. Lógicamente no se le puede echar la culpa de todos estos problemas a la flamante Presidente, pero... siempre hay un pero, ella misma aseveró en campaña que si sucedía al Presidente Kirchner, heredaría algo bueno y algo malo. Lo bueno sería que ella profundizaría "el cambio" (¿cuál cambio?) y lo malo, que no le podría echar la culpa de lo que recibía al gobierno anterior.

Por desgracia, los errores se pagan, y casi siempre se pagan caro. Parece que el precio político que deberá pagar Cristina por los errores cometidos por su esposo tendrán un precio muy alto. Lástima que siempre, indefectiblemente, el que termina pagando es el pueblo.

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