La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

Usted ¿En qué Argentina vive?

Por Malú Kikuchi.

Usted, ¿en qué Argentina vive? La pregunta parece desconcertante, pero no lo es. Desconcertante es la realidad argentina. Y hay más de una Argentina. El tema es averiguar en cual de ellas Usted vive.

Está la Argentina de la tapa de los diarios; de casi todos los diarios. Despliegan grandes titulares sobre deportes y sobre buenas noticias. Muy buenas noticias. Por regla general, la mayoría de las personas sólo lee las tapas y no se detiene en la letra chica de los artículos. Entre paréntesis, si Usted conoce a alguien que sabe donde se consigue un permiso de residencia para vivir en la Argentina de la tapa de los diarios, se lo ruego, avíseme; yo quiero vivir en esa Argentina.

Está la Argentina que en los últimos años aumentó en un 300 % el consumo de droga entre los jóvenes. Está la Argentina del paco y los laboratorios domiciliarios en el conurbano bonaerense. Está la Argentina de los aeródromos clandestinos en las provincias del NOA, que curiosamente no son detectados aunque se cuenta con mapas minuciosos al respecto.

Está la Argentina que hace ya tiempo dejó de ser un país “de paso” para la droga y pasó a ser un país de fuerte consumo. Está la Argentina donde las sospechas de connivencia entre varios políticos y funcionarios con narcotraficantes, se consolidan a diario. Está la Argentina terrible.

Está la Argentina de la milagrosa recuperación económica que asombra al mundo. Está la Argentina con el más bajo índice de riesgo país de la historia, ¡242 puntos! Está la Argentina del más alto índice Merval de la historia, ¡2033 puntos! Está la Argentina de los U$S 31.000 millones de reservas en el Banco Central, después de haberle pagado toda la deuda al FMI (innecesariamente, en efectivo, con 3 años de anterioridad, pero pagamos U$S 10.000 millones). Está la Argentina maravillosa.

Está la Argentina que mata con saña ancianos para robarles unos pesos. Está la Argentina de los violadores impunes, la de los arrebatos, la de los asaltos a mano armada. Está la Argentina de los secuestros express y la de los secuestros largos. Está la Argentina de las salideras, la de los desarmaderos de autos, la de los piratas del asfalto.

Está la Argentina de la inseguridad creciente y el asesinato en aumento. Está la Argentina insegura en los abandonados barrios marginales y en los custodiados barrios cerrados. La Argentina desprotegida en las ciudades y en el campo. Convive con esa Argentina, la del Ministro del Interior, Aníbal Fernández, que sostiene que la inseguridad es una “sensación” generada por los medios. Está la Argentina temible.

Está la Argentina del crecimiento del PBI en un 8,7 (crecimiento sostenido desde el 2003). Está la Argentina que exporta U$S 46.200 millones este año, ¡y eso que prohibió (¿¿??) la exportación de carne! ¡Y eso que cobra altísimas retenciones por exportar! Está la Argentina del creciente consumo, 7,3%, y del decreciente desempleo, oficialmente menos del 10% (contando como empleados a los beneficiarios de planes oficiales). Está la Argentina que asombra al mundo con sus números de la macro economía y está la de la micro economía, la de la mayoría de la gente, no tan brillante. Está la Argentina “condenada al éxito”.

Está la Argentina frívola y disparatada. Está la Argentina que además del campeonato ganado por Estudiantes de la Plata (¿qué será del futuro de Macri en política?), no habla de otra cosa que de los programas de Tinelli. La Argentina que considera que Tinelli es el personaje del año y está tercero entre las cien personas más influyentes, después del Presidente y de la Senadora Fernández.

Está la Argentina donde los porteños mantenemos a una legisladora para que proponga considerar a la “milanesa a la napolitana”, patrimonio cultural. Y mantenemos al resto de los legisladores que votaron y convirtieron en ley el proyecto. Está la Argentina del diputado West (Frente para la Victoria) que consigue que se apruebe el “día de la parrilla”. Está la Argentina que “canta/baila por un sueño” y la que vota pesadillas.

Está la Argentina de la inflación dibujada por el INDEC y dirigida por Guillermo “Lassie” Moreno, y está la Argentina de su bolsillo que le dice otra cosa. O Usted y yo somos muy sonsos comprando o alguien nos miente. Y mucho. Está la Argentina de De Vido y el diputado Jorge Coscia (FpV), que sostienen que la crisis energética es un invento insidioso de los medios. Está la Argentina de los cortes de electricidad apenas suben las temperaturas. Está la Argentina mentirosa.

Está la Argentina privada de las incontables conferencias diarias, los seminarios profundos, las exposiciones, los conciertos, y la que estudia en serio. La Argentina que cree en el largo plazo, la que trabaja a pesar de todo, la que lee, la que escribe, la que proyecta. Está también la Argentina donde un minúsculo grupito de la FUBA hace 8 meses que le impide a la UBA elegir rector.

Y está la Argentina de los piqueteros, la de los cortes de calles, avenidas, rutas y puentes internacionales. Está la Argentina oficial que siempre tiene razón ..... y a la que nunca se la reconocen.

Está la Argentina que en nombre de la justicia (¡¡!!) promueve el odio. Está la Argentina que destruye todo principio de autoridad que provenga de las fuerzas de seguridad de la Nación. Está la Argentina del todavía impune crimen del policía Sayago, en Las Heras, Santa Cruz, hace ya más de 300 días. Está la Argentina que manipula a través de un digitado Consejo de la Magistratura al Poder Judicial. Está la Argentina que grita ¡contaminación! ante la instalación en el Uruguay, de una fábrica que no va a contaminar, mientras en territorio propio se contamina alegremente.

Está la Argentina de la eterna “emergencia económica”, la de los subsidios sin control; la Argentina de los sospechosos y sospechados funcionarios. Está la Argentina que permite la “desaparición” de Jorge Julio López (hace 90 días). Está la Argentina del atril donde el diálogo ha desaparecido. Está la Argentina que presiona para someter a los que piensan distinto de las políticas oficiales. Está la Argentina autoritaria que destruye las instituciones de la República. Está la Argentina intimidante.

Hay más Argentinas, muchas más. Personalmente, tengo la horrible sensación de vivir en la Argentina que funciona mal; como si las otras, las maravillosas Argentinas de los milagros económicos, del crecimiento, de la estabilidad, de la justicia recuperada (¿¿??) me fueran ajenas.

Como en esos cuentos de ciencia ficción donde la realidad tiene varias dimensiones simultáneas y las personas que están en una dimensión no pueden ver, ni sentir, ni pasar a otra de las dimensiones. A mi, en tiempos K, me ha tocado la Argentina que funciona mal. Pero ha de ser sólo una “sensación” creada por los medios.

Y Usted, ¿en qué Argentina vive?

Fuente: www.lacajadepandoraonline.com Página Web de Malú Kikuchi.

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