La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas. |
Adrián López. Por Guillermo Cherasny. |
Perfil de Adrián López
Especialista en defensa personal, tiene en sus manos al ministro De Vido y a numerosos empresarios vinculados a la construcción de obra pública y energía. Adrián Félix López, ex presidente de Infinity Group y de Calibán, tiene 47 años y cursó el Liceo Militar formando parte de la promoción 38 del Liceo General San Marín.
De haber continuado en el Liceo Militar pertenecería a la promoción 109. Sus compañeros hoy son coroneles de primer año. López es especialista en defensa personal. Hace dos años, cuando dos motochorros le manotearon un reloj Cartier, demolió a trompadas al primero y, cuando se vino el segundo, también lo bajó a golpes y luego le quebró el brazo. Todo esto en Juncal y Av. Libertador, en el barrio de Retiro.
Enseguida vino la policía y cuando fueron llevados a la comisaría N° 15 en Suipacha y Sargento Cabral, el comisario le dijo: “Si ya los cagaste a trompadas, para que les rompes el brazo”. López sin inmutarse le contestó: “Para que no robe más”.
Este hombre sabe que es el “Sarlenga” del kirchnerismo, en referencia al ex presidente de fabricaciones militares durante el menemismo quien, con su confesión, desbarató la venta de armas a Croacia y Ecuador.
En su declaración testimonial de cuatro días seguidos solamente mencionó que las facturas truchas encubrían el pago de una coima que iba a parar a manos de Julio De Vido. Luego vinieron varios ofrecimientos miserables para ponerlo en libertad y que se vaya a vivir al exterior con su hijo por unos pocos miles de dólares.
El hombre que tiene en su cabeza la matriz de la corrupción kirchnerista está sólo y espera para decir todo lo que sabe. Para que los ofrecimientos sean serios o que lo maten.
El pabellón de contraventores de Viamonte y Cerrito, creado por el Código de Convivencia capitalino, luego reformado por la mayoría macrista, sólo tiene uno o dos presos por día. Nadie pensaba que el hombre que tiene la llave del futuro de la pareja presidencial está furioso y su familia en la miseria.
¿El Sarlenga o el Palleros del kirchnerismo?
Adrián López, “El hombre que está solo y espera”, como escribió Raúl Scalabrini Ortiz, el escritor radical luego devenido en nacionalista y guía intelectual del kirchnerismo está alojado en el pabellón de contraventores de la ciudad autónoma de Buenos Aires. Sigue esperando que la Cámara de Casación decrete su excarcelación para quedar en libertad mientras sigue el proceso por asociación ilícita, evasión agravada y cohecho.
En caso de que la justicia lo libere se habrá cumplido parte de la promesa que los emisarios del Gobierno le han prometido hasta ahora.
Luis Sarlenga fue el presidente de fabricaciones militares durante el menemismo y fue el primer detenido en la causa por las ventas de armas a Croacia y Ecuador. Estuvo varios años preso y, como el menemismo no le dio 150 mil dólares para mantener a su familia, confesó cómo había sido todo este operatorio. El coronel retirado Palleros fue el contacto para la venta de armas a Croacia y Ecuador. También confesó y está actualmente detenido.
En el Gobierno nacional se están haciendo la pregunta del título, es decir, si Adrián López es el Sarlenga o el Palleros del caso de corrupción más importante del kirchnerismo.
En varias oportunidades describimos cómo se hacen los negociados con la construcción de obra pública en los cuales especificamos que el 15% que correspondía al certificado de obra era cobrado por el adjudicatario y pagado de inmediato al contador Adrián Galera, cajero de José López, secretario de Obras Públicas, cajero del ministro Julio De Vido a su vez cajero del emirato de Santa Cruz.
Pero ahora con el caso Skasnka se ha descubierto que la tajada que se lleva el kirchnerato es mucho mayor al 15 % del certificado de obra, ya que también en este caso se ha demostrado que el kirchnerato también se lleva una parte de evasión al impuesto a las ganancias y al IVA.
El Tuqui López es una bomba de tiempo.
En el liceo se conocía como Tuqui al joven que hoy tiene en sus manos al Kirchnerato. Dos falsos presos fueron introducidos en Marcos Paz para asesinarlo.
El Tuqui López curso, como dijimos, el liceo general San Martín en la promoción 38. Es decir que hoy tiene entre 43 y 44 años. Es hijo de un coronel del ejército argentino del área de intendencia. Cuando terminó no fue al colegio militar, sino que se dedicó a la actividad privada y entre otras cosas tuvo un gimnasio en Berutti y Republica de la India. Fue una persona sin mucha fortuna en su vida hasta que en mayo del 2003 se inauguró la etapa más corrupta de la historia constitucional argentina: el Kirchnerato, la etapa superior del doble discurso político.
En el llano o en el Gobierno decís una cosa y hacés todo lo contrario, decía Arturo Jaureche, un gran escritor yrigoyenista, es decir antipersonalista. Nuestra intelectual Cristina Kirchner en un discurso que dio en el senado calificó a este tipo de personajes como “el medio pelo argentino”. Es la pareja presidencial más tilinga y medio pelo que se conocía hasta ahora.
El Kirchnerato era la oportunidad esperada por el Tuqui. Estaba sin un mango y alguien poderoso lo contactó con el contador Andrés Galera, cajero de la construcción de obra, quien lo hizo presidente de una empresa destinada a emitir facturas truchas para evadir el impuesto a las ganancias y el IVA con el fin de sobrefacturar la obra en un 150 por ciento.
Tuqui no tenía conocimiento del dinero que movía, ya que varias veces cobró los cheques en diferentes bancos ligados al poder. En las ocasiones en donde se manejaba mayor cantidad de dinero era el celebre contador Galera quien se hacía cargo de cobrarlas haciendo honor a su apellido.
La semana pasada, mientras se encontraba en el penal de Marcos Paz, cuando otros presos le contaron que los Candados, como se llama a inteligencia del servicio penitenciario federal, que hubo órdenes de decirle a Tuqui que dos falsos delincuentes con fisic du rol de inteligencia de una fuerza de seguridad fueron introducidos con el fin de asesinarlo.
Tuqui pidió hablar con el juez López Biscayart para que lo trasladen a otro penal seguro por lo que terminó en el pabellón de contraventores de la calle Viamonte. El hombre esta sólo y espera que altos funcionarios e importantes banqueros y empresarios le aseguren su futuro, el de su madre, su hermana y su hijo Gerónimo. “SINO TRONARA EL ESCARMIENTO”, asegura y tira nombres muy importantes.