La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas. |
La asombrosa trama de espías detrás del caso Ciccone |
El control del manejo de la Secretaría de Inteligencia, la causa AMIA y la paz armada entre el kirchnerismo y el sector intocable de la ex Side, se ponen sobre el tapete de la causa que investiga al vicepresidente Amado Boudou. La sala I de la Cámara Federal que hoy decidió no aceptar el pedido de nulidad por parte de la defensa de Amado Boudou en torno a los testimonios de Nicolás Ciccone y su yerno Guillermo Renwick pudo haber tomado por sorpresa a más de un kirchnerista. Es que la Cámara se caracterizaba por tener fallos benévolos en torno las causas que rozaban al gobierno en sus distintos estamentos. Por caso, es la misma cámara que resolvió dejar en libertad al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime y a los hermanos Schoklender y decidió procesar al jefe de Gobierno de la ciudad Autónoma, Mauricio Macri, como presunto miembro de una organización destinada al espionaje telefónico.
Pero, ¿cuándo se tensaron las buenas relaciones? Fue cuando la Cámara declaró inconstitucional el Memorándum de entendimiento firmado con la República Islámica de Irán y refrendado por el Congreso de la Nación para que el juez y el fiscal que investigan el atentado a la AMIA puedan indagar en Teherán a los sospechosos de haber cometido el ataque terrorista contra la mutual judía. “La cámara responde a un sector de la Secretaría de Inteligencia (ex SIDE) alineada a Jaime Stiusso”, confirma una fuente del riñón de la secretaría a este medio.”
Stiusso es el hombre todopoderoso de la SI. Ingresó al organismo en plena dictadura militar y nunca más ningún gobierno pudo deshacerse de él. Se jacta de tener archivos y carpetas de todos los políticos argentinos y ese fue su seguro en todos estos años.
“Stiusso es como un Grondona pero en la Side, nunca ningún gobierno se desprendió de él o mejor dicho, no pudo desprenderse. Cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia en el 2003, hasta quiso incorporar a uno de los enemigos declarados de Jaime, el “Fino” Palacios. Pero Stiusso le entregó en mano los legajos de toda la información que venía recabando, incluida la de su misma esposa, Cristina Fernández de Kirchner”, confía a este medio una fuente vinculada al fuero judicial. Y añade que “luego del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina, el Fino fue el encargado de investigar la supuesta complicidad de la Policía Bonaerense. Y la bonaerense tenía buenas relaciones con Stiusso”.
Otra fuente relacionada de manera directa con la Secretaría de Inteligencia agrega que “cuando llamaron a Stiusso, estuvo más de medio día reunido con Néstor, lo de la carpeta es cierto, tenía biblioratos de cada uno de los tipos del gobierno, estuvo desde las 10 de la mañana hasta las cinco de la tarde y después, se volvió triunfante a la base Estados Unidos donde estaba operando en ese momento”.
Desde ese entonces, Stiusso firmó la paz con los Kirchner. Pero a mediados de 2013, corrió fuerte el rumor de que Cristina pensaba descabezar a la secretaría.
Finalmente, el statu quo se mantuvo al menos en apariencia. Por eso, la decisión de la Cámara en torno al caso Ciccone, validando los testimonios de los supuestos damnificados y además citando al jefe de la AFIP Ricardo Echegaray, puede explicarse desde la omnipresencia que tiene el entramado del esquema de la inteligencia Argentina, desde mucho antes de que los Kirchner fuesen Gobierno.
Fuente: MDZ