La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

El caso de Río Cuarto en 3 capítulos.

Por Natalia Funes Alzaga.

Primera parte: La vida y la sociedad de Río Cuarto. Semblanza de una sociedad

El asesinato de Nora Dalmasso no solamente ha estremecido a la coqueta ciudad de Río Cuarto. Lisa y llanamente, ha devenido en un enorme culebrón nacional, con los medios porteños haciéndose un festival del caso. Pero, para comprender bien los entresijos de la novela, hay que bucear entre los vericuetos profundos de la sociedad riocuartense. Meterse en la psicología de sus habitantes. Indagar acerca de sus más que sorprendentes costumbres.

Al fin de cuentas, no es tan dificultoso. La mayoría de la gente, "suelta" la lengua ante la primera pregunta. "Pueblo chico, infierno grande". Nada nuevo. Solamente es cuestión de hacer la consulta precisa.

Río Cuarto vive con entusiasmo el fenómeno de la soja. Al calor del derrame del campo, se erigen en el casco céntrico, día a día, nuevos edificios, casas de comida gourmet, negocios de las marcas más caras y sofisticadas.

Los locales de prendas exclusivas no dan abasto. Mientras que aquellos especializados en regalos finos, venden copones de cristal, para degustar vinos reserva, a granel. Pero cuidado. La soja trajo consigo la más brutal desigualdad del ingreso de la Argentina. Las calles muestran 4x4 y vehículos alemanes de alta gama. Pero lo que abunda son Renault 12, destartalados, con no menos de 25 años de antigüedad.

Para ser sintéticos: 10 por ciento gasta a rolete, 10 por ciento está bien acomodado, 10 por ciento se las arregla. Pero el 70 por ciento restante vive "con la ñata contra el vidrio": la ve pasar.

Los escándalos son "normales" en el Imperio. Hace pocas horas, otra vez deambula por las calles, un conocido escribano, luego de pasar unas "vacaciones" en el penal de Bower. Está acusado de falsificar escrituras, con la complicidad de todo el registro de propiedades de la provincia.

Con la llegada del peronismo en 1973, como premio, le dieron el rectorado de la Universidad local a un abogado del foro sin antecedente científico alguno. "Viejo verde" notorio, alcanzó justa fama por pellizcarles el trasero a las alumnas. Los claustros académicos son motivo de recurrentes corrillos. El actual decano de económicas alcanzó notoriedad por sus romances, fogosos en demasía, con un empleado administrativo y un barbado secretario académico.

Por su parte, el hermano del presidente del Colegio de Abogados, tuvo sus 10 segundos de fama, por desfigurarle el rostro a trompadas a una colega.

La Iglesia no escapa al "estilo" riocuartense. Los dos últimos obispos son casos elocuentes. En la era militar, el prelado en ejercicio tenía un "novio", que, vuelta a vuelta, terminaba en la comisaría por tropelías varias. Siempre lograba rápidamente la libertad. En Río Cuarto, no se "jode" con el macho del obispo. Fue premiado con un ascenso a arzobispo. Su sucesor, al contrario, brilló como "chinitero". Al morir dejó dos hijas mellizas y algunos nietos. Daba ternura, en el sepelio, ver a la familia del religioso llorar por la pérdida.

El gobernador José Manuel de la Sota no escapa a las generales de la ley. Está de "novio" con una lugareña. Una rubia (teñida) cuarentona, algo vistosa y que requiere urgente un buen " recauchutaje". Previo, convirtieron en cornudo, al ex marido, conocido empresario de pastas del pueblo.

En su momento, hasta se llegó al colmo de montar un casino clandestino en el exclusivo Jockey Club. Con la excusa de dificultades financieras. Con la anuencia del entonces gobernador Eduardo Angeloz. Mientras, los radicales se golpean el pecho, afirmando su honestidad. Cuando, al contrario, son los epítomes de la corrupción. Como lo atestigua el clan Storani. Que no resiste el más mínimo ADN financiero.

Mucho dieron que hablar en la época angelocista diversos casos de podredumbre. El Banco Popular Financiero, entidad de capitales locales, participó en todo tipo de negocios turbios. Que, cuando salían mal, el "muerto" se lo cargaban al banco oficial. El entonces Senador Nacional Muhum (a) "Turco", era el adalid.

Hasta que lo encontraron, in fraganti, teniendo sexo con su secretaria. Radical de toda la vida, no tuvo empacho en casar a la nieta con el vástago del "capo" del PAMI de la era menemista. Y cantaron, "all together", algo desentonados, la "marchita". Un caso típico local: el dinero es el símbolo de una sociedad fatua. Y enormemente hipócrita.

El propietario del matutino local, "Puntal", es el mítico Enrique "Coti" Nosiglia. El director, "Chachi" Gaumond, es un mero "testaferro". El canal de televisión fue literalmente robado por los radicales mediante un decreto de Alfonsín. Y con la venia de un juez, que, de tan delincuente, tuvieron que echarlo, juicio político mediante: el Alberto Magnin Lavisse.

Que también tuvo a su cargo la quiebra dudosa de un frigorífico. Designando a un otrora decano radical de la Facultad de Ciencias Económicas como síndico. Hoy procesado por maniobras fraudulentas, junto a un "catedrático" de esa misma especialidad. Ex decano, que, como es "natural", es bígamo. Una verdadera pinturita.

Ciertas calles de Río Cuarto llevan los nombres de ex intendentes. Mugnaini, peronista, llegó al Palacio de Mójica con el sofisticado lema de, "después de mi gestión, las mujeres de Río Cuarto, no tendrán que bajarse más los calzones para vivir". Una especie de Hugo Chavez "avant la lettre". Jaime Gil, radical, lord mayor durante el proceso militar. Sin comentarios.

El Río Cuarto Golf Club es un barrio construido alrededor de los links. Allí viven apenas 250 familias. En casas buenas pero, salvo excepciones (la vivienda del futbolista Aimar, entre otras), no son palacetes. El valor promedio oscila por los 200.000 dólares. Es una clase media alta muy acomodada. Abogados, médicos, contadores, magistrados. Que muestran (y gastan) mucho más dinero del que poseen. Viven al día. Muy bien. Pero al día. Exhibiéndose. Sus mujeres están todas cortadas por la misma tijera y el mismo cirujano. Vacuas. Vacías. Lo único que conocen son los lugares donde comprar la ropa de onda.

La mayoría no trabaja. Viven de la billetera del marido. Por ende, cuando alguno comete un "desliz", miran para otro lado. Muy elemental, el divorcio implica ponerse a "laburar" y abandonar el "dolce far niente".

Mientras la infidelidad no salga en los titulares, no pasa nada. Son todas cornudas conscientes. Pero es preferible la cornamenta, a tener que levantarse todos los días a la 6 de la mañana a ganarse el pan. Algo que jamás hicieron en todas sus paupérrimas vidas.

Algo raro pasó por la psiquis de Nora Dalmasso. Muy linda, simpática, entradora, buena ama de casa. No era empresaria, ni nada por el estilo. Iba a la funeraria Grassi unas pocas horas al día, al solo efecto de matar el tiempo y ganarse unos pesitos. Pertenecía, sí, al círculo aúlico del Golf Club. Y, obvio, contemplaba a diario lo que ocurría alrededor. Con sus amigas y con los amigos de su marido. A los 51 años, se conservaba perfecta.

Las múltiples cirugías estéticas le restaban al menos 15 años... De golpe, en el último quinquenio, "Norita", por alguna razón desconocida, salió a conquistar a cuanto hombre de determinado target se le cruzara. Quizá, para auto probarse que todavía era una mujer deseada por la grey masculina.

Hoy, hay siete maridos expulsados de sus hogares en Río Cuarto. Son los que no tuvieron más remedio que confesar a sus consortes la infidelidad. Son los nombres que tomaron estado público. Y a las esposas, no les quedó más remedio, que aplicarles "tarjeta roja". Pero nadie se preocupa.

Cuando la calma retorne, serán nuevamente "perdonados". Un viaje a Europa será el precio. Y, de paso, alguna discreta "devolución de atenciones", será la venganza. Todos cornudos. Pero felices. Eso es el Golf Club Río Cuarto. Gente de cuarta. Pero con plata.

El dinero importante de la ciudad está en manos de las familias de campo. Los dueños de la soja y de las vacas. Estos no viven, salvo contadas excepciones, en los countries. La mayoría son descendientes de piamonteses. En el bolsillo derecho, tienen un criadero de cocodrilos. En el izquierdo, moran las pirañas.

No hay forma de sacarles una moneda. Ni a palos. El caso más emblemático es el de la familia Barrotto. Los más ricos, por lejos. Miles de hectáreas, decenas de millones de dólares. Son tan avaros que, ni siquiera, se gastan un par de miles para hacerles las "lolas" nuevas a sus mujeres, que andan con los pezones por la cintura...

Pero no todas fueron espinas en la sociedad del imperio cordobés. Habitaron, hace tiempo, figuras de nivel nacional e internacional. Juan Filloy, Jorge Carranza, Alberto Lubetkin, Chañi Lao, entre los más conocidos. Pero todos están muertos. Mejor que no se levanten de sus tumbas.

El crimen de Dalmasso, pues, no es nada sorprendente en tamaño ambiente.


Segunda parte: Se incendia el Imperio.

La investigación por la muerte de Nora Dalmasso se estancó. Se cayó. Colapsó. Va rumbo directo al fracaso. Hoy, existen más posibilidades que todo quede en la bruma, a que se esclarezca el caso. La razón de la sinrazón la expresamos en la primera parte. Era un imposible que los dos primeros fiscales llegaran a algo.

En Río Cuarto, el segmento ABC1 está ligado. Entrelazado. Anudado hasta la raíz. Son todos amigos. Parientes, Casados entre ellos. Comparten club. Diversión. Fiestas. Casamientos. Cumpleaños. Se reparten los negocios. Mejor expresado, los "negociados".

Hasta el "amor" por la "blanca". Comparten sus mujeres y el cura confesor. Felizzia. Gay. "Alegre". Que los "entiende a la perfección". Cómo no va hacerlo, si está en la "joda", como todos ellos. Son una gran familia. En todo sentido. Falta Corleone . El resto de los actores, brillan en la escena. Constituyen el segmento ABC1 de Río Cuarto, que, largamente, merece una película de Francis Ford Coppola.

Era un imposible por la "interna" desatada entre la policía y la fiscalía. Los policías no forman parte del segmento ABC1. Pretenden ir al fondo en la investigación sobre la vida paralela de la occisa. Y también del viudo. Pero ello conlleva, necesariamente, arrastrar a todas las amistades, y, posiblemente, hasta familiares o amigotes, de los fiscales. Poner sobre el tapete la "colección" de testaferros. El dinero en negro. Los estudios de abogados, contadores y escribanos. El Colegio Médico. Los ingenieros y arquitectos Los jueces y los ex jueces. Los que mandan.

El Intendente radical K, Benigno Rins, tuvo un lapsus. Afirmó "que se siente el alcalde de Sodoma y Gomorra". Lo cual no es cierto. No todos en Río Cuarto tienen comportamientos laxos. La cuestión es que el Lord Mayor es contador de profesión. Un antiguo integrante de su estudio está en el largo listado de probables amantes de la víctima. Una de sus hijas, protagonizó un gran escándalo, hace algunos años. Cuando afirmó que estaba embarazada del primogénito de un conocido cardiólogo. Pero el padre del chico era otro.

Sodoma y Gomorra están incrustadas en el segmento ABC1. El 10 por ciento de la población. El resto, resentido, observa con fruición la desgracia ajena. Estas cosas siempre ocurrían en el humilde barrio Alberdi. Ahora es el Golf Club el que origina la plana de los grandes diarios nacionales. Corre un chiste en Río Cuarto: las prostitutas están todas en Alberdi, pero las putas, de alma y de verdad, moran en los countries.

La investigación se cae a pedazos por un grosero error de cálculo del gobernador José Manuel de la Sota. El mandamás cordobés conoce muy bien a la sociedad riocuartense. Su actual novia es nativa del Imperio. Domina a la perfección el escenario. Jamás debió dejar la investigación en manos de magistrados locales. Para peor, con algunos de sus funcionarios.

Para peor peor peor peor, horrible, muy horrible, del área de seguridad de la Provincia de Córdoba, involucrados. Tomó, muy tarde, la imprescindible decisión de "intervenir" la pesquisa. Introdujo, por la ventana, a un fiscal de la Docta y treinta policías ajenos al medio. Too late. La cancha está totalmente embarrada. El drama se parece, cada vez más, al caso García Belsunce. Que, como hasta las piedras saben, terminará en la nada. O con una solución "política". Como el caso María Soledad. Donde el pibe Luque, ofició de las veces de "gordo bolú".

Indubitablemente, al gobernador de la Provincia de Córdoba, José Manuel de la Sota, (a) "El Gallego", "se le voló el quincho". Increíblemente, un político de "primo cartello", como el "Gallego", comete torpeza tras torpeza. Como el pato criollo. Tardó demasiado tiempo en intervenir en la causa Nora Dalmasso. Y cuando lo hizo, lo realizó de la peor manera. Designando a un verdadero "nabo": Marcelo Hidalgo. Un magistral magistrado, tonto de capirote. Que en su primera apreciación del caso, afirmó, sin hesitar y sin pelos en la lengua, que, para él, el asesino es un violador. Un tercero. Ajeno a todo el entorno de la víctima.

Definitivamente, este muchacho Hidalgo, debe fumar alguna marca "extraña". O estamos ante un suceso que, de la crónica policial, salta al Guinness. Si la "tesis" de Marcelito fuera cierta, somos espectadores privilegiados de un récord mundial. Sería la primera vez que un violador llegaría ante su presa, unido de un pote de vaselina. Elemento que sirve, harto conocido, para lubricar. Muy usado por la comunidad gay. Y las damas que gustan del sexo, "por la puertita de atrás". Dado que, como se comprobó en la autopsia, la víctima tuvo sexo vaginal y anal, el victimario habría tenido la precaución de llevar vaselina. Para que no le doliera. Para que resultara placentero.

Según Hidalgo, entonces estamos ante un violador, pero extremadamente "caballero". La conclusión es sencilla: el razonamiento del fiscal ad hoc, es casi, casi, una joda para Tinelli. Pobrecito de la Sota. En su desesperación por aclarar, oscurece todo. Y paga, debidamente el costo político. Que aprovecha, demasiado obvio y claro, su enemigo número uno: el chabacano y lenguaraz intendente de la Docta, Luisito Juez, (a) "el Inimputable".

Dejando de lado las disparatadas elucubraciones del fiscal Hidalgo, de momento coexisten dos hipótesis centrales. La del amante despechado, muy enojado y excesivamente "aspirado". Y la de la conspiración: alguien mandó a matar a Dalmasso. Que no excluye, necesariamente, al viudo. Analicemos, pues, ambas.

Los fiscales primigenios siempre rondaron en la teoría del amante. Por eso, apuntaron en la dirección de iluminar el listado de posibles enamorados de la víctima. A los efectos, luego, de comparar los ADN de los sospechosos, con el semen encontrado en el cadáver.

Lo grave de la cuestión, es que es, ya casi imposible, reconstruir el ADN del victimario. Ya sea por impericia, o para tapar a alguien del poder, las muestras de semen se han tornado irrelevantes. La tecnología moderna, parece que no va a ayudar a revelar la identidad del asesino. Puesto que, también, por impericia o para tapar a alguien del poder, repetimos, la escena del crimen también fue ultrajada. De aquí en adelante, habrá que recurrir a la antigua manera: la de Holmes y Poirot. Sabuesos que, por estas comarcas, no abundan.

La segunda hipótesis gira en torno del viudo. La policía cree que hay que indagar hasta la médula al médico traumatólogo. Centralmente, en lo que hace al dinerario. Propiedades. Campos y haciendas. Soja. Girasol. Maní. Vacas. Y que explique el origen monetario, de sospechadas heredades. Esa dirección conduce inexorablemente al "francés". Empresario agropecuario de fortuna incalculable. Pero de origen vidrioso. Dinero negro. Muy por fuera de la vista de la AFIP.

¿Era el viudo de Dalmasso un testaferro de Michel? ¿Norita le habría pedido el divorcio a Macarrón y le reclamaba el cincuenta por ciento de los bienes? Bienes que, no serían todos, ni mucho menos, de genuina propiedad del galeno. El "francés" está sindicado como amante de la víctima desde hace años. También es archi conocido por sus arranques violentos. La policía piensa que la noche fatídica fue a la casa de Dalmasso y tuvieron sexo en abundancia.

Igual que cada vez que se ausentaba de la ciudad el marido. Por eso, la víctima, avisó a sus amigas que no la molestaran. Que se iba a enfiestar. ¿Luego de la "diversión", discutieron acerca del pedido de divorcio y la partición de bienes? ¿El "francés", en copas y muy "aspirado", se enloqueció y la mató? Es lo que piensa la policía. Por eso piden a los fiscales que les permitan indagar en las propiedades del viudo. Pero estos se niegan. No quieren mover el avispero. Sería ingresar en un submundo del cual forman parte.

Esta última hipótesis se liga con la siguiente tesis, variante cercana de la anterior. El viudo y el "francés" contrataron un sicario de "afuera". Que asesinó a " Norita", para silenciar definitivamente la ruta de los dineros "negros". Difícil, pero no imposible.


Tercera parte: La sociedad de Río Cuarto

La investigación de la muerte de Nora Dalmasso ha perdido todo rumbo. La política y las elecciones del año venidero empiezan a pesar. Los riocuartenses comienzan a caer en la cuenta de que los medios locales, hacen hasta lo imposible, para intentar tapar lo evidente. Todo lo cual, constituye un explosivo y peligrosos cóctel. Vayamos por partes.

La pesquisa carece de destino, por la simple razón de que los fiscales no saben donde están parados. Ahora, con la peregrina tesis de la violación, se las agarraron con albañiles, pintores y jardineros.

Recordemos que al momento del crimen, la casa de Dalmasso se encontraba en reformas. El fin de semana fue testigo de un amplio raid policial, ordenado por la Fiscalía. Allanaron en masa, las viviendas de los humildes trabajadores. El terror se ha apoderado de esta gente. Cuando se retiran las fuerzas del orden, revisan cada cajón de la casa, con la sospecha de que les pudieran haber "plantado" una prueba trucha. A efectos de inventar un "chivo", al cual cargarle el asesinato. Las diferencias de trato respecto a la "gente bien" son notorias.

A los pobres les cae la brigada y les dan vuelta la morada. A las suntuosas viviendas de los "bienudos ", los fiscales llegan de visita. Con café y whisky incluidos. Una paquetería. No han allanado la residencia, de ni siquiera uno, de los múltiples sospechados que habitan en los countries. Las tropelías cometidas contra los pobres son inexcusables. El "poder" y sus dueños, hacen sentir su peso

Ochenta y siete testigos ya han desfilados por los tribunales. El último testimonio fue digno de una comedia trágica. Alberto Bertea, ex secretario de seguridad, llegó a la medianoche, de sigilo, al Palacio de Justicia. Abrazado y a los besos con el fiscal principal. El papelón fue atroz. Por supuesto, se la agarraron con el fotógrafo del matutino cordobés " La Voz del Interior". Que tuvo la primicia de la instantánea. Y que, con una simple fotografía, logró poner en evidencia el grado de "amistad", que une a los "buenos muchachos".

El gobernador de la provincia, José Manuel de la Sota, quedó demudado cuando vio la foto publicada en el diario de la Docta. Reproducida, a su vez, por todos los medios del país. El "Gallego" sabe que está metido en un intríngulis. Presiente que si no hay resultados en la investigación, muy pronto, todas las miradas lo van a apuntar. Y va a tener que empezar a dar explicaciones. Por la simple razón, que el crimen, ha derivado en un culebrón nacional. Morbo de por medio, no quedan argentinos que no hablen del asunto. Hasta los taxistas de Buenos Aires se han convertido en expertos en ADN!

Éramos pocos y parió la abuela, pues De la Sota se lleva mal con el Presidente. Que no quiere saber nada con Schiaretti, su delfín. Y lo que es aún peor, en la Casa Rosada reciben semanalmente, con bombos y platillos, a su archienemigo: Luís Juez. Quien ha prometido públicamente, que si llega al sillón de la Casa de las Tejas, lo mete preso.

Cabe destacar que Juez, un petiso charlatán, amigo de los chistes groseros, lidera cómodo las encuestas de opinión. Luís Juez es un pintoresco personaje. Que vende una "imagen" que, de momento, los cordobeses compran. En el pináculo de la degradación de la política, "todo es posible", como en la vieja serie, " La Dimensión Desconocida ".

El rol de los medios de prensa de Río Cuarto es harto lamentable. El periódico "Puntal", publica diariamente, las "quejas" de "reconocidos" ciudadanos, respecto a los análisis de los periodistas porteños. Lo que no dice "Puntal", es que su Director, es testaferro de Enrique "Coti" Nosiglia.

Lo que tampoco dice ni dirá "Puntal", es que su Director, un conocido "aspirante", es amigote de todos los involucrados en el caso. La mayoría también "aspirantes", como los partícipes del asado en la casa de Curchod. La prensa riocuartense, tanto la radio, como la televisión, intenta dar una versión bien descafeinada de la realidad.

Por ello, no es de extrañar, que los lugareños consuman con avidez todo lo que publica la prensa nacional. Revistas como "Noticias", se agotan apenas llegan a los kioscos. Los noticieros de los canales porteños son vistos con tanta atención, que en los bares se produce un silencio de sepulcro, cuando transmiten en vivo y en directo desde el Imperio. El hombre del común, tiene muy en claro, que si quiere enterarse de "algo", lo tendrá que hacer por fuera de los medios locales.

Luego de 10 días de estar en Río Cuarto, ciudad que desconocía, e investigación mediante, hemos recolectado información como para escribir una novela de espantos. Que transforman la telenovela "Amas de casa desesperadas" - Desperate Housewives-, en una versión light de Disney.

Lo que hemos descrito, es apenas una minúscula muestra de la punta del iceberg. No hemos volcado toda nuestra data por una razón básica: pudor. El segmento de la sociedad que rodeaba a Nora Dalmasso (menos del 5% de la población), constituye una verdadera "caldera del diablo".

Se puede afirmar que eso pasa en todos lados. Puede ser. Pero, sinceramente, ni siquiera en Buenos Aires, hemos visto la orgía económica, social y moral del segmento poblacional más acomodado del Imperio. No todos los días una se encuentra con conductas tan llamativas. Y que la sociedad toda las acepte. Las calle. Y encima las oculte.

Dos mañanas y una tarde, tomando café en los bares más emblemáticos, "La Barraca " y "La Abadía", bastaron para "tirarles" la lengua a todos los parroquianos. Fue simple. Una mujer foránea, sola, cruzando delicadamente las piernas y todos los varones literalmente "vomitan" los entresijos de la oculta realidad. "Mejor reír que llorar", como decía Peret.

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