La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

Casi queman la Estación Constitución.

Los síntomas de descomposición hace rato comenzaron a manifestarse. La misma gente que podría votar a la fórmula escatológica K-K, comienza a no soportar las mentiras y a sentirse convidado de piedra del superávit fiscal y el excedente de reservas.

Esa misma gente que en Misiones le dijo NO a la reelección indefinida de Carlos Rovira, que el principal pecado político que tuvo fue querer copiar a Kirchner, quien debe ver la realidad por televisión de los santacruceños que, con - 7 grados centígrados, hacen el aguante en una provincia gobernada durante 12 años por el déspota, ayer no soportó más sentirse violada en sus derechos humanos.

La causa fue sólo una chispa del malestar general.

Un tren, privatizado y subsidiado por nosotros, no partía en horario. Los trabajadores, cansados de tantos incumplimientos, exhaltaron sus espíritus y fueron foco de conflicto de los descontrolados de siempre, otroras acompañantes de Kirchner cuando hace cuatro largos años asumió el poder. Es el "foquismo social" que despierta en una fábrica o en un jardín de infantes. En jóvenes secundarios de colegios porteños sin saber por qué.

La respuesta se encuentra en la falta de "derrame económico" hacia los más débiles y en el empobrecimiento de la clase media cada vez que compra en un supermercado. Como ejemplo, en Coto, las góndolas de leche de su marca estaban vacías y la única "adquirible" costaba $2,50 el litro.

Que las constantes mentiras que escuchamos detrás de un atril no le permiten a su familia caminar las calles de su ex feudo.

Sólo ciento sesenta y dos días faltan para el 28 de octubre. Todos queremos recuperar la "República perdida". Nadie quiere ver el final de esta historia con sus protagonistas conyugales colgados de columnas de alumbrado público, como le sucedió a Benito Mussolini y a Claretta Petacci.

Fuente: Agencia NOTIAR.com.ar

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