La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

60 Cafés Notables.

Por María Eugenia Mastropablo.

En la ciudad porteña existen 60 Cafés Notables, cada uno tiene sus particularidades, sus habitué y artistas que se inspiraron en ellos. Además, desde hace siete meses funciona el programa de bibliotecas “Yo, leo en el bar” con la colección completa de Jorge Luis Borges.
 
“El café es el lugar para exponerse u ocultarse, para la compañía o la soledad. En sus mesas y mostradores se charla y monologa pero también se calla. Allí se hacen y deshacen amistades, se tejen y destejen amores”, esa es la bienvenida que da una placa de bronce en la puerta del Café de García de Villa Devoto.

En la Ciudad Autónoma de Buenos existen 60 Cafés Notables. Los puntos que tuvieron en cuenta los integrantes de la Comisión de Cafés Notables para seleccionarlos fueron  la antigüedad, el valor arquitectónico o las personalidades que hicieron de esos bares su rincón en el mundo.

“Para nosotros los bares son un lugar excepcional del refugio de la cultura. Los bares de Buenos Aires son un lugar donde la cultura florece porque se juntan el tango, la amistad, la poesía. Pocas ciudades tienen un patrimonio como nosotros que podemos tener el Tortoni, el Británico, el Margot, la Esquina Homero Manzi, La Biela, Clásica y Moderna”, expresó el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, en la reinauguración de la fachada del Café Margot en el barrio de Boedo. El 26 de octubre fue declarado Día de los Cafés Porteños en honor a la fecha, en 1894,  cuando el Café Tortoni, antes ubicado en la esquina de Esmeralda y Rivadavia, abrió sus puertas por Avenida de Mayo.

¡Hay café, café! 


Para los porteños el café es una institución necesaria, como también lo puede ser un hospital o una escuela. Cada uno de los bares notables tiene su particularidad. El gato negro, por ejemplo, ubicado en Avenida Corrientes, es un lugar lleno de especias, de latas rojas con dibujos de felinos azabaches y con mozos dispuestos a traer un buen café con jengibre. El ambiente, un poco oscuro y lúgubre, pareciera salido de un cuento del escritor y poeta norteamericano Edgar Alan Poe.

Para los más arrabaleros, el Café de los Angelitos, es una buena opción. Por allí desfilaron destacados personajes del ambiente artístico y político del siglo XX. Hasta el cantante de tangos Carlos Gardel ocupó una mesa. Además, el Café tiene su propio tango creado en 1944 por los compositores José Razzano y Cátulo Castillo.

Un ambiente totalmente opuesto es el que alberga a las damas que van a tomar el té a Las violetas. Con sus vitrales franceses y su piso de mármol de 1920, el café también recibió al periodista Roberto Arlt y a los personajes de su cuento “Noche terrible” en la década del 30. Pero aquello fue mucho antes de que las señoras del barrio de Caballito tomaran como costumbre el bar para ir a merendar un María Cala, un plato con diversas porciones de tortas, sándwiches de miga, entre otras delicias.

Los cafés son un lugar para soñar con amigos, dar soluciones mágicas a los problemas del país y creer por un rato que las utopías pueden hacerse realidad. Continuando con los bares inspiradores el London City, ubicado en Perú y Avenida de Mayo, fue el punto de partida y de llegada de los viajeros del Malcom pertenecientes a la novela “Los premios” de Julio Cortázar. 

El gato negro

“Cortázar parece estarle diciendo a sus connacionales, y quizás a otros latinoamericanos, que toda aventura argentina está contaminada por charlas de café; que la charla de café es el mayor intento de comunicación que el individuo realiza con su prójimo, y, asimismo, la única y modesta variante de su compromiso político”, relató el escritor uruguayo Mario Benedetti en su libro “Letras del continente mestizo”.

El Café de los 36 billares esconde un secreto imperceptible para los que miran desde afuera. El oscuro subsuelo del edificio de Avenida de Mayo al 1200, oculta a decenas de señores que, mientras fuman y el humo vicia el ambiente, juegan al dominó y como el nombre del Café lo indica, al billar. “Son necesarios para mi vida. Porque me sirven para reencontrarme conmigo misma y con otras personas. Son un lugar de paseo e invitan a la reflexión”, aseguró una de las miles de habitué de los bares porteños, Ana Pombo.

El más notable de los Cafés Notables es el Tortoni porque es el bar más antiguo y el que recibió, y recibe, las visitas más reconocidas. Entre ellas se destacaron la escritora Alfonsina Storni, el pintor Benito Quinquela Martín y hasta el poeta español Federico García Lorca. Además, el Tortoni, en la parte posterior tiene un museo con fotos de los famosos que disfrutaron allí una velada  y fotos de otras épocas del mismo café. 

Un cortado y una lágrima
 
En 1998 el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires creó la Comisión de Protección y Promoción de los Cafés, Bares, Billares y Confiterías Notables de la Ciudad de Buenos Aires. En el comienzo fueron elegidos 35 pero la lista se fue incrementando y hoy son 60 los bares diseminados por  todos los barrios porteños. El programa “Yo, leo en el bar”, impulsado por el Gobierno porteño desde febrero de este año, consiste en la instalación de bibliotecas con la colección completa del escritor argentino Jorge Luis Borges. Lamentablemente, este proyecto sólo afecta a 15 de los 60 Notables.

Café y Bar Británico

El Programa Pasión por Buenos Aires y la Comisión de Cafés Notables adhieren a la Declaración del Tango como Patrimonio de la Humanidad otorgada por la Organización de las Naciones Unidas por la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como forma de vincular dos tradiciones esencialmente porteñas, el tango y los cafés. Por ello, Lombardi aseguró: “(Los cafés) son lugares que la ciudad preserva muy fuertemente. Nosotros lo reforzamos con programación para que la gente vuelva a esa costumbre del bar".

Fuente: El Arca Digital.

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