La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas. |
Suicidio cuántico.
Por liszfree |
"La muerte, para acabar conmigo, tendrá que contar con mi complicidad". M. Yourcenar
Suicidio Cuántico.
¿Por dónde empezar?... Quizá por decirles que lean esta anotación de manera lenta, acaso reflexiva, y por solicitarle a cualquiera que tenga más claro este tema que me eche una mano con lo de la explicación que bastante la necesito. Como sea, aquí va lo que mi cabeza tiene claro a este respecto. Por favor apliquen su imaginación.
En la Mecánica Cuántica el Suicidio Cuántico es un "experimento imaginario" [expresión que deriva del término alemán Gedankenexperiment acuñado por Ernst Mach], un intento por solucionar un problema usando el recurso humano de la imaginación.
En este caso tal experimento fue propuesto de manera independiente por Hans Moravec, en 1987, Bruno Marchal, en 1988, y desarrollado años después (1998) por Max Tegmark.
Con él se pretende distinguir entre la "Interpretación de Copenhague" de los mecanismos cuánticos y la "Interpretación de Múltiples mundos" utilizando para ello una variación del experimento del "Gato de Schrödinger." ¡Oops! ¡Stop Stop! ¿Qué qué?
Vamos entonces, como dijo Jack, por partes:
La Mecánica Cuántica es la parte de la Física que estudia el movimiento de las partículas muy pequeñas. ¿Por qué? Porque "los sistemas atómicos y las partículas elementales no se pueden describir con las teorías que usamos para estudiar los cuerpos macroscópicos (como las rocas, los carros, las casas, etc.).
Esto de debe a un hecho fundamental respecto al comportamiento de las partículas y los átomos que consiste en la imposibilidad de medir todas sus propiedades simultáneamente de una manera exacta. Es decir en el mundo de los átomos siempre existe una INCERTIDUMBRE que no puede ser superada. La mecánica cuántica explica este comportamiento."
Palabras más palabras menos, y con un amplio margen de posibilidad de que lo que voy a escribir sea un exabrupto, la Mecánica Cuántica es un intento por responder a la pregunta:
¿Cuándo y dónde diantres está un átomo?
¿Más o menos claro? Sigamos pues:
Dos resultan ser las suposiciones más importantes de esta teoría:
1. La energía no se intercambia de forma continua, sino que en todo intercambio energético hay una cantidad mínima involucrada, es decir un “cuanto” (cuantización de la energía).
2. Al ser imposible fijar a la vez la posición y el momento de una partícula, se renuncia al concepto de trayectoria, vital en Mecánica clásica. En vez de eso, el movimiento de una partícula queda regido por una función matemática que asigna, a cada punto del espacio y a cada instante, la probabilidad de que la partícula descrita se halle en tal posición en ese instante (al menos, en la interpretación de la Mecánica cuántica más usual, la probabilística o "de Copenhague"). A partir de esa función, o función de ondas, se extraen teóricamente todas las magnitudes del movimiento necesarias."
Según el punto dos la respuesta entonces al ¿cuándo y dónde? viene siendo una onda. Sin embargo, como caminamos por el campo de las probabilidades ésta no es una única onda sino un paquete de ondas, posibles caminos a tomar por nuestra partícula, centrado alrededor de alguna posición media, digamos que la más probable, pero no la única, insisto.
Las funciones de onda pueden además transformarse con el transcurso del tiempo. Así que según pasa el tiempo, el centro de nuestro anterior paquete de ondas puede trasladarse, cambiar, de modo que la partícula parece estar localizada más precisamente en otro lugar.
Esta evolución temporal de las funciones de onda es descrita por la Ecuación de Schrödinger. No obstante, cuando realizamos una medición sobre la partícula de la que hemos estado hablando, el paquete de ondas se reduce y se convierte tan sólo en una de aquellas funciones propias de la partícula.
Este proceso es conocido como reducción de la función de onda. Lo curioso es que "las probabilidades relativas de ese colapso sobre alguno de los estados propios posibles es descrita por la función de onda instantánea justo antes de la reducción."
El "experimento imaginario" del Gato de Schrödinger nos sirve para ilustrar lo anterior:
Imaginen un entorno conformado por una caja cerrada y opaca (de manera que nadie puede ver en su interior antes de abrirla) que contiene un gato, una botella de gas venenoso, una partícula radiactiva con un 50% de posibilidades de desintegrarse y un dispositivo tal que hará que el frasco se rompa si la partícula se desintegra, y claro si el frasco se rompe el gato, por la acción del veneno, se muere. ¿Lo imaginaron?
Noten ahora que todo aquel sistema depende del estado final de un único átomo que actúa de acuerdo a las leyes de la mecánica cuántica, tanto la partícula como el gato forman parte de un sistema sometido a las leyes de tal Mecánica.
Mientras no abramos la caja no podremos saber en qué estado se encuentra el gato y su paquete de ondas se mueve entre el 50% de estar vivo y el 50% de estar muerto, el estado del gato, en esta situación, fluctúa entonces entre la vida y la muerte hasta que la caja no se abra.
En el momento en que es abierta la sola acción de mirar el gato nos reduce tal función de ondas y el animal pasa a estar vivo o muerto sin posibilidad ya de fluctuar. ¿Me siguen? Continúo entonces.
La pregunta que surge aquí es si efectivamente es la acción de mirar la que determina la reducción de la onda. Según la "Interpretación de Copenhague", formulada en los años 20 por Niels Bohr, la respuesta sería afirmativa pues:
"Un sistema físico existe en uno y sólo uno de sus estados posibles después de realizar una medición. Es decir después de observarla y por lo tanto después de haber interferido en el sistema físico como tal. La observación no tiene que ser forzosamente a través de la vista, puede ser cualquier otro sentido que nos aporte información vivencial sobre el sistema o complejo físico a medir. Antes de la medición, el sistema no posee existencia física y sólo puede describirse en términos de la probabilidad de cada posible resultado de una medición."
Pero en 1957 Hugh Everett III formula su "Interpretación de los Múltiples mundos" en la que al abanico de la función de ondas de cada partícula le corresponde una serie de múltiples mundos posibles, excluyentes unos de otros, en la que cada una de las reducciones se realizaría.
De tal manera que no es la acción de mirar la que determina la reducción de la onda sino que cada posible camino que puede tomar una partícula será tomado por ésta en un abanico de mundos paralelos. Así pues según Everett el Gato de Schrödinger tiene 50% de mundos paralelos en los que muere y otro tanto en los que no. Y es aquí donde llegamos a don Max Tegmark y al "experimento imaginario" del Suicidio Cuántico.
La idea básica aquí es establecer un sistema en el que nos aproximemos al punto de vista del gato, no estaremos ya fuera de la caja sino adentro. Imaginemos pues:
Un físico se sienta delante de un arma que tiene un dispositivo que la hará dispararse tras la desintegración de una partícula radiactiva que tiene un 50% de posibilidades de desintegrarse.
Si la "Interpretación de Copenhague" es correcta aquel hombre tiene pues el 50% de posibilidades de que la partícula se desintegre y le obligue a tragar del arma un fogonazo mortal y es él ahora el que fluctúa entre la vida y la muerte, pero no ya hasta que se abra la caja sino hasta el instante mismo en que sus ojos comprueben que "!Malaya! Que suerte tan jodida la mía esa p... partícula se esta desintegran… BANG"
Pero si es Everett el que está en lo cierto eso tan sólo pasará en el 50% de mundos paralelos en los que el arma se dispara. Lo interesante viene aquí, ya que a nuestro físico le queda un 50% de mundos paralelos en los que no sólo no morirá sino que nada de lo que haga por matarse funcionará, por más que repita una y otra vez el experimento él no morirá, lo que lo llevará en algún momento a comprender su inmortalidad.
Desafortunadamente los resultados de la investigación del físico inmortal son incomunicables, recordemos que está dentro de la caja y en el momento que salga de ella nada le garantizará a un observador externo que aquel personaje se mantiene vivo por el 50% de Copenhague o de Everett.
En todo caso don Hugh Everett si estaba más que convencido que su teoría implicaba la inmortalidad en los mundos paralelos del multiuniverso y dicen las malas lenguas que alguna vez se le escucho decir que "su conciencia siempre encontraría el rumbo que no conduce a la muerte, sino al infinito".
Valga anotar que la hija del señor Everett, a los 39 años, resultó abandonando este mundo de manera voluntaria y dejó anotado en su carta final que lo dejaba por ir tras la búsqueda de un mundo paralelo mejor. ¿Lo habrá encontrado? La duda se justifica ¿No? Total... es de Física Cuántica que estamos hablando. Un abrazo y mi agradecimiento para todos aquellos lectores suicidiarios que se mantuvieron tercos hasta el final de esta anotación.
EL SUICIDIO
El suicidio no siempre ha sido mal visto en las culturas, entre los griegos y romanos era algo habitual. Así como en la cultura japonesa, el sentido del honor entre los japoneses era tan elevado que cuando el honor lo perdían por diferentes causas, se suicidaban, el harakiri era un ritual con normas muy severas y estaba destinado solo a los grandes.
Debían abrirse el estomago en cruz sin emitir un solo quejido de dolor para que el deshonor no cayese de nuevo sobre el suicida, su asistente al harakiri, cuando ya se había consumado el rito, le cortaba la cabeza.
Entre los romanos y griegos lo más normal era usar los venenos y cortarse las venas... Hoy en día las cosas han cambiado un poco,
se usa el tren... la terraza... el coche... las pastillas, muchos accidentes de automóvil son suicidios camuflados lamentablemente.
Pero que lleva a un ser humano de hoy en día a quitarse la vida? Podemos encontrar muchas causas, desde una depresión mayor hasta el desencanto, la soledad, el no saber seguir adelante, la perdida de poder adquisitivo o lo que es lo mismo el bajar socialmente.
También la pérdida del trabajo o el estrés del estudio, el aburrimiento... tenerlo todo también es causa de suicidio, los problemas familiares...l a muerte de un ser querido, la no superación de un duelo lleva a una depresión inevitablemente. Es importantísimo despedirnos de nuestros seres queridos en el momento de su muerte, así podemos elaborar el duelo y ser más fácil la superación de su ausencia.
Hay duelos que nunca se llegan a superar por no haber podido despedirse. Quien no conoce el caso de una madre o padre que tienen la habitación de su hijo como un santuario? Es un duelo no superado, cuantos padres al no superar la muerte de un hijo han enfermado hasta morir? Es otro tipo de suicidio, lento, trágico y terriblemente doloroso.
Entrar en la psique de una persona que se siente acabada es difícil. La mayor parte disimula muy bien sus intenciones y se sienten felices... alegres, más cariñosos, han tomado su decisión, después de pasar por momentos terribles por días y días de sufrimiento interno, de saberse dentro de un pozo del cual no pueden salir. De meditar su decisión detenidamente, para él o ella es la mejor salida ya que piensan que todo lo tienen perdido, no le encuentran sentido a la vida y en cierto modo se sienten desengañados de ella.
La sociedad de hoy en día es competitiva hasta el punto de ser agobiante para personas más sensibles o más débiles, tienes que ser el mejor, destacar en todo. Tener un cuerpo 10 y una mente única, el esfuerzo para llegar a ser todo eso no muchas personas lo resisten. Podemos verlo en la cantidad de adolescentes con anorexia que terminan en muerte.
Siempre he creído que esta enfermedad no es más que un suicidio lento, porque en realidad no desean vivir en las condiciones físicas que los demás les imponen. En los países nórdicos, Suecia, Noruega etc, tienen una tasa de suicidios altísima, tal vez (como ya he dicho) el tenerlo todo no implica felicidad.
Todos tenemos nuestro lado oscuro, la sombra que nos vigila constantemente, que se aprovecha cuando estamos bajos de energía para abordarnos y sacar de nuestro interior los temores más ocultos.
Miedos. Testimonio de R. Miró
Hoy ya no pudo levantarse, estuve con ella hora y media, su cabeza estaba muy lucida y eso me dejo impresionada, ya que al estar iniciando una demencia muchas veces no sabia ni donde estaba pero hoy no era así, hoy me impresionó... La oí llorar desde el pasillo y me acerqué corriendo hasta su cama preguntándole que es lo que le ocurría.
Me dejó el corazón encogido, lloraba porque ya no podría ir a San Quintín su lugar de nacimiento, no podría despedirse de los pocos que allí quedan de su familia. La consolé diciéndole que sí volvería, que yo no conocía su pueblo y me gustaría ver su casa. Me contaba entre el llanto que era una casa vieja ya, me imagino le dije, pero a mi me gustan las casas viejas ya que tienen recuerdos, una especie de alma, que iríamos juntas, le dije para animarle y que se le fuesen esos negros pensamientos.
Le lave la cara, la peiné y perfumé y sus piernas las alce más con unos cojines.
Me decía que había venido esa niña y su hermana para llevarle de viaje pero ella no quería marcharse, porque si se iba, nadie volvería a decir su nombre... No!!! Le dije que yo diría siempre su nombre, que la quiero mucho y siempre la llamaré. Me "chocó" mucho sus palabras, no me había ocurrido nunca que alguien tuviese miedo a que su nombre pasase al olvido.
He ayudado a morir a muchas personas, algunas tienen miedo a lo desconocido. Otras a ir al infierno, otras al dolor, pero a que nadie vuelva a decir su nombre significa que el olvido es la auténtica muerte.
Sí hoy fue un día duro, muy duro, como decirle a una anciana de 94 años que su vida se apaga. Si ella lo sabe mejor que nadie, como decirle que debe dejarse ir sin resistencia para no sufrir, pero ella se aferra a la vida con todas sus fuerzas, no me queda otra cosa que hacer planes juntas, planes de un solo día, pero planes al fin.
Y al cabo mañana, le dije cuando te levante de la cama nos iremos a la mesa grande a seguir jugando con los colores y letras y si tenemos tiempo a la pelota, eso la anima bastante. Jugar a la pelota, nos la pasamos rodando por la mesa, unas veces la intento engañar y se rie... Me gusta hacer reír a los ancianos y más R. porque tiene una sonrisa preciosa, se ilumina toda su cara y sus ojos relucen como pequeñas ascuas. Hoy creo que comenzó el principio de su fin.