La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas. |
Gardel, el mito de los mitos argentinos. |
Una fábula y otras opiniones.
Desde el origen de su nombre, lugar de nacimiento y buena parte de su vida, las historias se entrecruzan, se enfrentan y desmienten. La coincidencia, sin embargo, es total: “el cantor mayor” que, además cada día canta mejor aunque su desaparición fue en 1935, en el accidente aéreo de Medellín, Colombia. (Sobre ese episodio hay versiones que dicen que habría sobrevivido pero las quemaduras y desfiguración del rostro lo obligaron a “desaparecer”…) Aquí, un cóctel de opiniones de famosos gardelianos o no.
Fábula para Gardel (Tango para decir de Horacio Ferrer).
Ayer me preguntaste, hijito mío
por primera vez, quién es ese Carlitos,
ese fantasma tan arisco, empecinado
con seguir guardado en la cueva con asma de su disco.
Y entonces te conté cuanto sabía.
Más hoy, mirándote, pensándote, besándote,
sé un poco más. Y es que el hijo del hijo
de tu hijo un día, un día de junio soleado
frío y seco que vendrá, lo mismo que vos
preguntará por él.
Y una caliente zafra de ecos, ecos de la voz
de nuestra gente, ecos de tu voz –chiquito–
y de la mía, inexorablemente contestará: GARDEL.
"Como no podía volver a Francia con el nombre de Charles Romuald Gardes, porque era desertor de guerra, se hizo hacer un pasaporte a nombre de Carlos Gardel, nacido en Tacuarembó, Uruguay, el 11 de diciembre de 1887" (Luis Feldman, historiador, investigador y editor de 48 videos sobre “El Zorzal”).
Según Borges: "A mí nunca me ha gustado Gardel y la tendencia que lo representaba tampoco. Porque al fin de todo, esa música ha contribuido a entristecer al pueblo argentino. Los tangos primeros eran más alegres (...), valerosos, movidos. Y luego viene ese tango arrastrado, con un sollozo final..." (Junio de 1975).
Gardel actor
Su filmografía: "Flor de Durazno" (1917), 15 largometrajes (1930/1931) de los cuales quedan solamente 10: "Mano a mano", "Viejo smoking", "Rosas de otoños", "Tengo miedo", "Padrino pelao", "Yira yira" , "Añoranzas", "Canchero", "Enfunda la mandolina" y "El carretero"; "Luces de Buenos Aires" (1931), "Melodía de arrabal" (1932), "Espérame" (1931), "La casa es seria" (1932), "Cuesta abajo" ( 1934), "El tango en Broadway" (1934), "El día que me quieras" (1935), "Tango bar" (1935), "Cazadores de estrellas" (1935).
Filmes sobre Gardel: "La vida de Carlos Gardel "(1939), "Se llamaba Carlos Gardel" (1949), "La guitarra de Gardel" ( España- 1949) "La historia del tango" (1949), "El morocho del Abasto" (1950) , "El último payador" (1950), "He nacido en Buenos Aires" (1959), "Sábado a la noche, cine" (1960), "Imágenes del pasado" (1961), "Carlos Gardel, historia de un ídolo" (1964), "Recordando al Zorzal" (1965)
¿Gardel en Ingeniero White?...
Todo lo que rodea a Carlos Gardel tiene un halo de misterio. Desde su nacimiento, su llegada al país, sus padres, su infancia, su vida amorosa y su supuesta adolescencia delictiva con condena en la cárcel de Tierra del Fuego, hasta la afirmación de quienes dicen que no murió en el accidente de Medellín.
Entonces, ¿cómo no va a haber incongruencias entre las manifestaciones de los que tratan de recordar que estuvo y actuó en Ingeniero White, y los que sostienen lo contrario? De la revisión de las publicaciones de época, no surgen registros que certifiquen esas actuaciones en nuestro medio. En sus visitas a Bahía Blanca, la primera en 1913 y las siguientes en 1918, 1924, 1930 y 1933, Carlos Gardel sólo actuó en el Teatro Municipal y en el "Palacio del Cine".
Alguien recuerda que los propietarios del Cine "Jockey Club" de Ingeniero White recibieron en 1933 una propuesta para que actuara allí, pero la relación entre la capacidad de la sala y el costo de dicha función daba como resultado un precio de la entrada que escapaba a las posibilidades de los whitenses.
También se asevera que lo vieron en la cantina "Miguelito". En ese tiempo existía allí un bar y despacho de bebidas de propiedad de Nicola Kitcho, que devino años más tarde "Bar Miguelito" y por transformación natural "Cantina Miguelito". Podría ser que Carlos Gardel, visitando el puerto, hubiera estado también en ese local.
La que sí estuvo y sigue vigente y arraigada en Ingeniero White es la idolatría por Carlos Gardel. Se podría citar la creación del grupo de cantores denominado "Círculo Gardeliano", que brilló durante muchos años en la zona de influencia del partido de Bahía Blanca con el recuerdo de “El Morocho del Abasto”, actuando a beneficio de entidades y escuelas, y promoviendo a cantores ignotos que se presentaban en las actuaciones del "Círculo".
Y como broche de oro, Ingeniero White tiene un sector abarcado por las calles Antonio Rubado, Edmundo Elsegood (actualmente General Belgrano), Juan Knout y Guillermo Torres, que albergaba la mayor cantidad de artistas, cantores, pintores y poetas de la localidad, y al que todavía se lo llama "Barrio Gardel". El dibujante, pintor y poeta Ernesto José Cacho Paro, que vivió su niñez y juventud en una humilde casa de madera y chapa en Cárrega 3459, alguna vez escribió:
Inundado de mareas,
de fogatas de San Pedro
y amores de primavera;
serenata en las ventanas,
barriletes de papel,
calles de tierra, poceadas:
¡Yo soy del Barrio Gardel!
Puede ser que Carlos Gardel haya visitado o no Ingeniero White. Lo real es que siempre estuvo y estará presente en el corazón de los whitenses.
Opiniones
"Este muchacho pinta el dolor callado de la madre que sufre, con emoción tal que conmueve de verdad." (José Ortega y Gasset, Buenos Aires, 1916).
"Era el valor del tango, en contraste con la mujer del tango, el hombre probo, dolorido, que sabe masticar sus desengaños. En el tango hay unas últimas burbujas del ahogado, un poco de voz de agonía. La voz de Gardel era una herida en su rostro y nos acordaremos siempre de su expresión llagada." (Ramón Gómez de la Serna, Madrid, 1935).
"Salvo Gardel, nadie ha poseído la ciudad. Carlos Gardel es la única persistencia auténtica en la sentimentalidad de Buenos Aires." (Florencio Escardó, Buenos Aires, 1945).
"Buenos Aires tuvo en él a un historiador inesperado y preciso, puesto que sus cantos son momentos de historia, pequeña, viva y sin nombre." (Homero Manzi, 1946).
"Soy fanático de Gardel y no lo digo aquí, en la Argentina, por compromiso. Además, no debe sorprender: en Francia existe una tradición gardeliana muy sólida desde los tiempos en que advinieron el tango y el jazz. Casi simultáneamente. Gardel es una personalidad fantástica y un gran vocalista." (Charles Aznavour, Buenos Aires, 1962).
"Gardel es parte inseparable de la genealogía de los pueblos del Plata." (Juan Carlos Onetti, Montevideo 1965).
"Gardel era un tipo muy inteligente. Y un síntoma de esa inteligencia es haber recurrido en el extranjero a una pluma como Alfredo Le Pera. Estaba solo, rodeado de franceses primero, luego de norteamericanos. Esa gente podía perderlo. Los dos hacen una trampa portentosa: conservan lo nuestro en un ambiente completamente extranjero. Toda una prueba de fuego." (Aníbal Troilo, 1970).
"Gardel aunaba la técnica operística en su voz, la creación del tema en su cabal interpretación y el acento exacto de nuestro tango. Su voz era expresiva, tierna, extensa, musical y sensible. Su canto, de estilo propio, definido, tenía modulaciones expresivas que lo hicieron creador de nuevas formas, un verdadero revolucionario que amaba la técnica con el fervor de un temperamento dramático." (Edmundo Rivero, 1985).
"Para los cantores Carlitos ejerce la mejor de las paternidades (...) Es imposible no amarlo" (Roberto Goyeneche).
"(...) Admiración y amor son las dos palabras que para mi resumen a Gardel" (Tania).
"(...) Para el país y para todos los que lo conocieron, fue un ejemplo de lucha constante. Es admirable la batalla que libró contra el tiempo para hacer realidad todo lo que su genio idealizó." (Tita Merello).
"A Gardel lo descubro todos los días. Es único y no se puede hablar en tiempo pasado, porque siempre está." (Virginia Luque).
"Para hablar de Gardel abro un signo de pregunta: ¿Cómo sería Buenos Aires si Gardel no hubiera nacido?". (Carlos García).
"La música tiene de vez en cuando manifestaciones geniales: Duke Ellington, Edith Piaf, Atahualpa Yupanqui y, por supuesto, Carlos Gardel” (Raúl Garello).
"No podrá inmiscuirse en la orquesta, pero la orquesta pensará en él al encontrarse sin la letra pastosa, profunda que leía en su memoria que crece a través de los días, cada vez más suya e inconfundible."(Ramón González de la Serna).
"Componía silbando bajito, como Discépolo. Cuando le brotaba una buena melodía, iba corriendo a pedirle a cualquiera de sus guitarristas que se la escribiera. Si no tenía a ninguno a mano, abrazada la escoba -la guitarra para los amigos-, repetía una y otra vez la canción y anotaba los sonidos con letras y números, un precario sistema que le había enseñado uno de sus compañeros. Mamá Berta sabía que Carlos había tenido una noche inspirada, cuando a la mañana siguiente encontraba el piano cubiertos de papelitos con jeroglíficos. Extraña contraseña la de la música, por la que tanto el erudito como el intuitivo pueden ser compositores valiosos." (Terig Tucci según Susana Trabb).
"Al lado del Café de los angelitos, en Rincón 32, estaba el Club Policial. Allí iba Gardel, hacía gimnasia, un poco de soga y jugaba a la pelota. A paleta o a mano limpia. Un día le pregunté por qué lo hacía y me respondió: 'Para quemar los roschepu, pibe'" (Nicolás Preziosa, boxeador y entrenador de boxeo).
"Carlos solía traernos las últimas novedades, los discos que grababa como prueba; yo tenía una ortofónica que entonces era de último modelo. Juntos comentábamos las grabaciones, las criticábamos y después de las discusiones Carlos escribía en las etiquetas las conclusiones a las que habíamos llegado. Todavía guardo esos discos de prueba (Irineo Leguisamo, Mundo Argentino, 1965).
"Yo tengo los discos de Gardel en 78, en 33 y hasta en discos compactos. No quiero exagerar, pero creo que tengo absolutamente todo lo que se ha ido editando o gran parte de ello. Escucho siempre sus discos y le acompaño en casa. De tanto oírlo ya sé donde se para, donde arranca, donde hace la inflexión de la voz. Soy gardeliano auténtico y no de ahora, creo que desde que mi padre me habló de él." (Joan Manuel Serrat).
"La muerte cimenta una leyenda y genera unas adhesiones que en una de esas le podrían haber faltado, pero Gardel era el número uno de su época y basta recurrir a los diarios y las revistas de aquellos tiempos en los que se lo mencionaba como el máximo intérprete de la música popular." (Alejandro Dolina).
Fuente: El Arca.