La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas. |
Fusilando a Mauricio Macri. Por Mauricio Ortín. |
Hasta el último “pinche” a sueldo del Gobierno Nacional cumplió con la orden de fusilar a Mauricio Macri. También, al pelotón, se sumaron los que lo hacen de puro orejas nomás (algunos gobernadores e intendentes). Y, por supuesto, no podían estar ausentes los zonzos útiles u opositores funcionales como “Lilita” Carrió, quien dijo que “Macri es de cuarta” porque no quiere hacerse cargo de los subterráneos.
El resto de la oposición, ese conjunto de políticos que no se sabe bien a qué se oponen y qué proponen, con relación al fusilamiento asumen, por lo menos, dos actitudes. Una hacerse olímpicamente los burros escuchando los disparos como quien escucha llover. La otra, achacar a ambos por igual la responsabilidad del conflicto. Ergo, les interesa más la pesca de los votos que deja el río revuelto que la solución y la verdad del problema del transporte subterráneo.
Es decir, actúan de manera miserable. Porque todos y cada uno de ellos saben e incluso no pocos advirtieron desde hace, por lo menos, diez años sobre la responsabilidad única del kirchnerismo en el pésimo manejo de los subsidios al transporte y, ahora, queriendo matar dos pájaros de un tiro, apuntan a Macri.
El kirchnerismo se agranda y “va por todo” cuando advierte ese tipo de defecciones en los que tienen la obligación de poner las cosas en su lugar. De allí que ahora quiere que Macri se haga cargo también de los subsidios al transporte de colectivos. No quiero dar ideas, pero en cualquier momento le pasa el agujero negro de Aerolíneas Argentinas a las provincias que más vuelos reciben.
La política kirchnerista del manchancho de subsidios ha llegado a su término porque casi ya no queda argentino a quién succionarle dinero. El 35% de regalías al campo, el dinero que los activos depositaron en las AFJP, el impuesto al cheque, el impuesto a las ganancias a los asalariados, etc., no alcanzan. Ahora, raspando el fondo de la olla, van por los depósitos del Banco Central.
El modelo K, salvo para los funcionarios millonarios que viajan en autos de alta gama, es un fracaso por donde se lo mire. Porque, jugar a la ruleta rusa es menos peligroso que viajar en tren en Buenos Aires ¿Quién puede asegurar a los millones de pasajeros que viajan a diario que el tren va ha frenar en la estación? A propósito, en el accidente de trenes ocurrido la semana anterior en Polonia, que costó la vida de dieciséis personas, entre los muchos que se acercaron a interesarse por la tragedia se distinguió un individuo: el presidente polaco.
El “fusilamiento” a Macri es grave, pero no porque se trate específicamente de Mauricio Macri. Podría haberle tocado a cualquier otro y, seguramente, le tocará. Es grave porque como otros tantos “fusilamientos” se llevaron a cabo con total alevosía, a la vista de todos y sin que nadie alce la voz (Macri incluído). Así, se “fusiló” a Patti, a quien con 400 mil votos se le impidió ingresar al Congreso Nacional, o se “fusilaron” a militares encarcelándolos sin pruebas (Julio Poch es un caso).
Sin embargo, con pruebas para “hacer dulce”, todavía no hay nadie preso por la causa en la que está implicado el exsecretario de Transporte Ricardo Jaime. Tampoco pasó nada después de que Schocklender “revoleara la media”. Al contrario, Bonafini se presentó como querellante. Nadie se extrañe luego si mañana Oyarbide acepta como querellante al señor Ricardo Jaime en la misma causa en la que está imputado.
Que nadie se engañe ni se alegre por la desgracia ajena; porque, aunque parece, no es Mauricio Macri el que está parado delante paredón. Porque no es a él, sino al estado de derecho al que siguen fusilando.