La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas. |
El Plan Estratégico de Combustibles de EE. UU. y el Biodiesel Argentino. Por Carlos M. Duré. |
El agua y el aceite.
A raíz de la insólita hipótesis de conflicto que prioriza las reservas de agua dulce por sobre todas las crisis que sacuden al mundo, C A, en una carta vieja que por lo visto conserva actualidad ("Maniobras petroleras de US Army en territorio paraguayo") dice que los norteamericanos son capaces de padecer sed antes que privar a su automóvil de combustible.
Sobra guerra en Iraq, faltan refinerías en USA, sube la nafta.
Desde el año 2002, cuando la nafta dio un respingo del 36 % en USA, los precios en el surtidor no pararon hasta la semana pasada, si es que hoy no siguen aumentando.
Es muy probable que dichos aumentos (U$S 2, 38 /galón equivalente a casi 4 L) se deba al fracaso de la invasión militar a Iraq y a la escasez de refinerías de combustibles de hidrocarburos.
Los costos de producción del crudo iraquí superan por causa del sabotaje y la violencia misma, cualquier expectativa de rentabilidad. Los norteamericanos, entonces, han pedido a la OPEP un aumento de la producción para compensar la caída de casi el 65 % del crudo iraquí. Pero la escasez de refinerías (desde 1976, USA no ha construido ninguna) impide que la respuesta positiva de la OPEP se traslade a los surtidores en forma de mayor oferta con la consiguiente detención del alza de precios.
El Plan Estratégico de combustibles alternativos.
Comprometido por las secuelas de la guerra y por la falta de inversión en la industria de combustibles, el presidente George Bush lanzó el 23 de enero pasado un plan estratégico que contempla la substitución en el lapso de los próximos 10 años de un 20 % de los combustibles de origen fósil por el Estándar de Combustibles Alternativos: etanol de maíz y celulósico, biodiesel, metanol, butanol, hidrógeno y otros alternativos.
Aunque en los considerando del plan estratégico el presidente Bush aduce la necesidad de poner a salvo de "terroristas y gobiernos hostiles" el sistema energético de Estados Unidos, las cláusulas principales tienen por beneficiarios los automóviles y camionetas de uso particular, por un lado, y a los refinadores alternativos y a los agricultores, en el otro extremo de la ecuación.
Si se tiene presente que en EE. UU. el gasoil es más caro que la nafta pero menos usado en vehículos particulares, es comprensible que, como medida de efecto inmediato, el etanol azucarero de Brasil (sustituto o complemento de la nafta en motores híbridos) haya sido el bien más codiciado en la reciente gira del presidente Bush.
De los petroleros de Texas a los granjeros de Kansas.
También esto explica que los granjeros norteamericanos, cuya producción es subsidiada en un 100%, hayan dedicado la próxima cosecha de 60 millones de toneladas de maíz a la producción de etanol sin cuidarse de los efectos que eso tendrá en el mercado alimenticio.
El corto plazo del Plan y el etanol brasilero. El largo plazo del Plan y la soja Argentina. La previsión de Toyota.
Detrás de Estados Unidos y Brasil con el etanol está la Argentina con el biodiesel de soja.
Esta sería la segunda etapa del plan estratégico de George Bush (ya advertida por Toyota USA, que anunció la fabricación de autos gasoleros en aquel país), pues además de subvenir a las necesidades de los automovilistas particulares lo hace con las del transporte público, la calefacción y la electricidad.
El costo social. Lo que se coman los motores no se lo comerán los pobres.
Los chacareros y grandes agricultores argentinos cubrirán, al finalizar la presente campaña de soja, 16 millones de ha. cuyo destino principal es la exportación en forma bruta, de torta, de harina, de aceite, y, en perspectiva, de biodiesel. El efecto, la retracción de oferta de otros productos del agro desplazados por la soja, se advierte en el aumento del pan y de la carne vacuna (por los mismos motivos, en México aumentó sideralmente la harina de maíz con que se hacen las tortillas, el alimento más popular).
¿Son, pues, económicos los biocombustibles? Desde el punto de vista norteamericano comentado al principio de este informe: sí. Pero en la medida que pueda descargar los costos sociales en Brasil y Argentina.
Se verá en la siguiente carta que los costos de los biocombustubles - además de los sociales que se pueden distorsionar separando al país proveedor del país consumidor - son a largo plazo considerablemente mayores a los de los petrocombustibles.
¿Se podría salvar la Argentina de la soja?
Aun en tal hipótesis, y como se anticipó en la carta anterior ("Biodiesel I"), la Argentina podría solucionar la diferencia negativa de costos del biodiesel con el petrodiesel y prevenir las consecuencias sociales si es cierto que la producción del combustible alternativo hecho a base de algas marinas supera en una relación de 1000 a 1 la cantidad de litros por hectárea de la soja.
Fuente: Carta Argentina.