La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas. |
La responsabilidad de los adultos en la violencia infantil Por Pilar Sordo. |
Me imagino que el titulo de esta nota les parecerá extraño, porque el concepto de bullying, como se denomina al acoso y al maltrato escolar, se utiliza para hablar de la violencia en las aulas. Sin embargo, en esta ocasión, quiero plantear un problema que ocurre dentro de la casa, más precisamente en la relación entre hermanos. Muchas veces sucede que los padres no están muy atentos a lo que hacen sus hijos o no les ponen límites y permiten que los chicos se digan entre sí: "Te odio", "No te soporto", "Te quiero matar", "No entres a mi habitación", entre otras frases.
Lo que debemos saber los adultos es que si dejamos que nuestros hijos se traten de esa manera, estamos permitiendo una "normalización de la violencia" que fácilmente se transforma en un trastorno doméstico.
Es cierto que todos los que tenemos hermanos nos hemos peleado alguna vez, pero la agresividad del lenguaje que hoy existe, y que además está reforzada por el uso excesivo del chat y de las redes sociales, le da a la relación entre hermanos una dimensión distinta a la de otras épocas.
Basta con ver la pobreza del lenguaje de las conversaciones por chat, cómo se insultan, cómo a veces aprovechan para burlarse o acosar a otros chicos, escudados detrás de la distancia y el anonimato que permiten las nuevas tecnologías.
Los invito a hacer esta reflexión: si un niño le puede decir "te odio" a un hermano, a quien se supone que ama profundamente, ¿cómo no va a ser capaz de ser agresivo con un compañero de curso que claramente le importa menos que alguien que es de su familia?
Por eso, considero que el bullying es un problema que surge en el hogar y es parte de una situación conflictiva familiar que está relacionada con la falta de límites y de autoridad por parte de quienes se suponen que mandan en la casa que, claramente, son los padres.
Si hay algo que no depende de la familia en forma directa es cómo entró la tecnología a las casas, donde se potencia de forma exponencial el tema de la violencia. Sin embargo, son los padres los que deben regular cuánto tiempo pasan los chicos expuestos a la tecnología y también son los adultos los responsables de saber cómo usan los chicos Internet, cuántos contactos tienen en las redes sociales que utilizan y quiénes son.
El tema de la violencia tiene un contexto profundo que está directamente relacionado con la construcción de una sociedad que no habla de los deberes. Cuando esto pasa en un país, este se vuelve egoísta y, como consecuencia, más violento. Estos procesos negativos se evitan desarrollando la fuerza de voluntad con el fin de sacar lo mejor de nosotros.
Lo que quiero decirles es que, lamentablemente, el bullying es un tema de niños maleducados, de niños que nunca aprendieron en su casa que no le pueden hacer a otro lo que no quieren recibir ellos mismos. Tiene que ver con el aprendizaje de la empatía que sólo se enseña puertas adentro de cada hogar. Para que la violencia no sea parte de nuestras vidas, tenemos que cambiar el lenguaje y practicar pautas de buen trato en las casas. Creo que los colegios deben hacerse cargo de defender el amor como pauta de conducta para que el respeto reemplace a la agresividad y deben estimular el ejercicio de los deberes y de las virtudes..
Fuente: La Nación.