La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

“Los psicopatas no sienten compasión"

Por Martha Mendonça.

El mal existe y no tiene cura. Es lo que afirma la psiquiatra carioca Ana Beatriz Barbosa Silva, que acaba de lanzar “Mentes Peligrosas”: el Psicopata Vive al Lado. En el libro, ella afirma que psicopatas nacen con un funcionamiento cerebral que no permite conección con los otros seres humanos - y por eso actúan sin límites. Ana Beatriz dice aunque es un equívoco relacionar psicopatas sólo con personas capaces de actos violentos o asesinatos en serie – “Ellos son el 4% de la población y pueden ser cualquier persona: un compañero de trabajo, el marido o un hijo”. 

ÉPOCA - ¿Qué es un psicopata?  

Ana Beatriz Barbosa Silva - Antes de esa definición, es preciso saber lo siguiente: la maldad existe. Nosotros, latinos, afectivos, pasionales, tenemos dificultad de admitir que existen personas malas. Psico quiere decir mente; pathos, enfermedad. Pero el psicopata no es un enfermo mental de la forma como nosotros lo entendemos.

El enfermo mental es el psicótico, que sufre con delirios, alucinaciones y no tiene conciencia de lo que hace. Vive una realidad paralela. Si matar, tendrá atenuantes. El psicopata sabe exactamente lo que está haciendo. Él tiene un transtorno de personalidad. Es un estado de ser en el cual existe un exceso de razón y ausencia de emoción. Él sabe lo que hace, con quién y por quê. Pero no tiene empatia, la capacidad de ponerse en el lugar del otro.  

ÉPOCA ¿Cuál es la naturaleza de la psicopatia? ¿Nacen así los psicópatas? 

Ana Beatriz: Los psicopatas nacen con un cerebro diferente. Los seres humanos tienen el llamado sistema límbico, la estructura cerebral responsable por nuestras emociones. Es una especie de central emocional, el corazón de la mente. En el 2000, dos brasileños, el neurologista Ricardo Oliveira y el neurorradiologista Jorge Moll, descubrieron la prueba definitiva de esa diferencia de la mente psicópata, por medio de la llamada resonancia magnética funcional, que muestra como el cerebro funciona de acuerdo con diferentes actividades. En ese examen, mostraron imágenes buenas (bellezas naturales, escenas de alegría) y otras chocantes (muerte, sangre, violencia, niños maltratados).

En las personas normales, el sistema límbico reaccionaba de forma diversa. En los psicópatas, no hay diferencia. El sistema límbico de esas personas no funciona. La puesta del sol o un niño siendo golpeado generan las mismas reacciones. De la misma forma, no hay repercusión en el cuerpo. Ellos no tienen taquicardia, no sudan de nervioso. Por eso pasan tranquilamente un detector de mentiras.  

ÉPOCA ¿Hay muchos psicópatas en el mundo?  

Ana Beatriz : Más de lo que se imagina. Cerca de cuatro en cada cien personas, según las estadísticas americanas. Más hombres que mujeres. Todos tienen en común la ausencia del sentimiento en relación a la otras personas. No consiguen colocarse en el lugar del otro, de ahí que actúen de forma fría y sin arrependimentos. Lo que caracteriza al psicópata no es el nivel del crimen, sino la forma como él lo comete, la predisposición para planear y ejecutar sin ningún sentimiento en relación a la víctima.  

ÉPOCA: ¿Cómo podemos saber si estamos conviviendo con un psicópata?  

Ana Beatriz: No es tan fácil detectarlos, especialmente cuando tenemos alguna conección afectiva con ellos. Maridos que golpean sus esposas, por ejemplo: las estadísticas muestran que 25% son psicópatas, y gran parte de ellas no aceptan la verdad.

Pero hay algunas características básicas entre ellos: hablan mucho de sí mismos, mienten y no se incomodan cuando son descubiertos, tienen postura arrogante e intimidadora por un lado, pero son bonitos y seductores por otro. Acostumbran contar historias tristes, en la que son héroes y generosos. Manipulan las personas por medio de elogios desmedidos. Si tuviera que comenzar a desconfiar de alguien, desconfíe de los aduladores excesivos.

Jefes también pueden ser psicopatas – y acostumbran a manifestarse por el asedio moral a los operarios. Un dato interesante es que ellos no sienten compasión, pena, ni remordimiento. Pero saben, cognitivamente, lo que es tener esos sentimientos. De ahí que se representen tan bien  - y a veces exageradamente -  a la víctima.  

ÉPOCA: ¿Y la verdadera víctima quien es?  

Ana Beatriz: Casi siempre personas generosas, en especial aquellas que no creen en el mal y acostumbran intentar justificar las actitudes de todo el mundo.  

ÉPOCA: ¿Un asesino puede no ser psicopata y un psicópata puede jamás matar?  

Ana Beatriz : Sí, eso es muy importante. Es un error pensar que sólo los asesinos seriales son psicopatas, y uno de los objetivos de mi libro es justamente este: mostrar que la psicopatía no está conectada sólo al homicidio. Existen asesinos pasionales que jamás matarían nuevamente.

Un ejemplo es la mujer que mató el estuprador de su hijo de 4 años. Ella nada tiene que ver con psicópata. Al contrario, a pesar de la violencia, el crimen de ella puede ser comprensíble para muchas madres. Mientras que un psicopata nunca puede tener la necesidad de asesinar, resolviendo sus cuestiones matando afectivamente y perjudicando personas de forma irreversíble, pero sin matarlas. En la población carcelária, según investigaciones hechas en Canadá y en Estados Unidos, hay de un 20% a 25% de psicopatas.  

ÉPOCA: En su libro comenta el asesinato de la actriz Daniella Perez. ¿Es un caso clásico de psicopatia?  

Ana Beatriz: El caso tiene características que llevan a ese diagnóstico. Guilherme de Pádua premeditó la muerte de la víctima, la atrajo para el crimen y horas después fue a prestar solidaridad a la madre de la jóven.  

ÉPOCA: ¿Cómo usted clasificaría Lindemberg Fernandes Alves, que secuestró y asesinó la ex-novia Eloá? ¿Él sería un psicopata?  

Ana Beatriz: El acto es de una personalidad psicopática. Él usó la razón para dominar los rehenes y controlar todo a su alrededor. Tiró tiros a la multitud y dijo que él era _ el príncipe del gueto – el capo.

Dio entrevistas por teléfono, consiguió que una de las rehenes volviera al cautiverio. Y al final con la invasión de la policía, lo llevó a tirar a las dos. Él comenzó su noviazgo con Eloá cuando ella tenía 12 años.  La trataba como algo de su propiedad, no admitiendo perder ese control.  

Notas: Reportaje de Martha Mendonça de la revista brasileña “EPOCA” De Brasil. La Dra. Ana Beatriz Barbosa Silva, es psiquiatra y autora de del  libro que acaba de lanzar “Mentes peligrosas: el psicopata vive al lado”. Tiene 42 años y es graduaduada en la Universidad Federal de Río de Janeiro. También público: Mentes Inquietas, Mentes & Manias, Mentes Insaciables: Anorexia, Bulimia e Compulsión Alimentaria y Mentes com Miedo: de la  Compreensión a la Superación.

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