La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

Cada vez son más fuertes las dudas sobre la muerte de Néstor Kirchner.

Desde la simple pregunta que se hace ya hoy la sociedad argentina sobre si ¿alguien lo vio muerto a Néstor Kirchner?, con una clara y contundente respuesta de “nadie”, salvo la familia y algunos funcionarios de primera línea, implicados por la denuncia del testigo protegido, como “encubridores”. Tampoco se sabe que médicos otorgaron el certificado de defunción. Se sabe que en la ciudad de El Calafate, cada vez que el matrimonio presidencial estaba alojado allí, había una unidad coronaria en la puerta de la casa, pero el día de su muerte, esa unidad no estaba y tuvieron que esperar a que llegara la ambulancia del hospital. La pregunta sin respuesta aún es sencilla, ¿Por qué el 21 de septiembre, la unidad coronaria no estaba?

Por otra parte, se sabía de las dolencias cardíacas que sufría Néstor Kirchner y que le significaron algunas intervenciones quirúrgicas. Pero además eso significaba la prohibición de viajes en avión. Sin embargo después de su angioplastia fue a Nueva York y permanentemente a Río Gallegos y a El Calafate; pero además seguía el mismo tren de vida, lo que a esta altura se ve como impropio de un enfermo cardíaco. ¿Nadie controlaba su actividad para evitar riesgos de salud? 

SU MÉDICO PERSONAL

Se puede comenzar por sostener que su médico personal, Luis Bonomo, jamás atendió a la requisitoria de los medios, pero que más dudas genera es ¿por qué en El Calafate se prohibió a los médicos del Hospital José Formenti, quienes supuestamente atendieron al ex Presidente, que bajo ninguna circunstancia hablen con la prensa? Además Buonomo es cirujano. No es cardiólogo, no es neurólogo, ni es especialista en ACV y estuvo siempre a contramano geográfica del matrimonio presidencial: cuando sufrió una angioplastia en septiembre, el médico estaba en Río Gallegos y cuando los Kirchner visitaron El Calafate en los días previos a su fallecimiento, estaba en Buenos Aires. 

De las denuncias de los testigos protegidos se desprende que habría muerto de forma violenta, pero aún en el supuesto de que haya sido un infarto, ¿por qué no hicieron autopsia, como es norma en esos casos? o ¿por qué no intervino un juez para verificar que la muerte de tan importante personaje era natural o no? Incluso hasta se especula que fuera una terrible casualidad que fuera a morir el día del censo nacional cuando todos estaban en sus casas y la noticia impactaría más aún. Incluso hay quienes aseguran que ya esa mañana, antes de darse a conocer su fallecimiento, en la página de la enciclopedia digital www.wikipedia.com, apareció la fecha de su desaparición física. 

CUSTODIA EXAGERADA

Otro dato que no despeja ninguna duda, sino que por el contrario las magnifica se da por la información surgida de testigos del lugar que aseguraban que “había una guardia desplegada alrededor de la casa en la que murió en El Calafate tan grande, que no parecía justificada. Uno de los testigos protegidos habla de al menos 15 numerarios de Gendarmería Nacional, más oficiales a cargo y pertrechos, ¿Qué se quería evitar que se conociera? 

Incluso el propio día de la muerte de Néstor Kirchner, “había un par de periodistas de un conocido medio que hacían guardia en la entrada de la casa hotel de los Kirchner en El Calafate”. Un cronista de nombre Nicolás Diana y un fotógrafo de la revista Noticias hacían guardia en su casa de El Calafate para cubrir el momento en que censaran al matrimonio presidencial. Pero un rato antes de las 9 de la mañana del miércoles 27 de octubre cayó Gendarmería y se desplegó un gran operativo; vuelve a ser coincidente con el despliegue desmedido de seguridad; el cual ordenó a los gritos alejar a dichos periodistas a 200 metros de donde estaban. Pocos minutos después, la muerte del ex presidente Néstor Kirchner era confirmada, pero por fuentes muy cercanas, justamente de su entorno más íntimo.

Fuente: Corrientes al día.

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