La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

El complot contra el Gobierno.

Por Pepe Eliaschev.

El complot contra el Gobierno y Primera referencia de Kirchner a la inseguridad.

El lunes 7 de agosto hubo un acto en Plaza de Mayo convocado por Bernardo Neustadt, Juan Carlos Blumberg, hubo gente del PRO que lideran Macri y López Murphy, y otros. La idea era reclamar a favor de una mayor seguridad acusando al gobierno del presidente Kirchner de violar la Constitución, y toda una serie importante y larga de imputaciones.

Estuvo presente, como sucede desde hace varios meses, la señora Cecilia Pando que es la mujer del oficial Mercado quien fue dado de baja del Ejército. Ella se ha caracterizado por una firme y pública defensa de la dictadura militar, y los procedimientos de la época del terror de Estado.

Ayer, se presentó en el Congreso Edgardo Depetri. Hay que decir que Depetri es el hombre de la CTA que está más vinculado al presidente Kirchner en oposición a Víctor De Gennaro y que se ha mudado con todo al oficialismo encarnando en el Congreso el punto de vista más furiosamente kirchnerista.

En la conferencia de prensa apareció también, a su lado, Rafael Bielsa, lo que revela que el ex canciller está haciendo todos los esfuerzos posibles para ser registrado una vez más como un kirchnerista sin ningún tipo de fisuras. Vale recordar que tuvo chisporroteos y cortocircuitos grandes con el Gobierno.

Pero ahora se vienen las candidaturas a gobernador por la provincia de Santa Fe. El presidente lo subió al Tango 01 con el jefe de la bancada de diputados, Agustín Rossi, y la idea de la Casa Rosada es que entre uno y otro disputen quién va a ser el candidato que se va a hacer cargo nada menos que de la herencia vacante que dejó Carlos Reutemann.

Volviendo a la denuncia de Depetri, no tengo elementos de juicio como para poder ponderar si el Gobierno, los servicios de inteligencia o los propios diputados oficialistas tienen algún elemento de juicio. Hay puntos que sí podemos destacar: ni Edgardo Depetri ni Rafael Bielsa dan una conferencia de prensa por su propia cuenta.

La idea de un complot, de una conjura, de un intento de desestabilizar o de producir un golpe parece disparatada en la Argentina del año 2006. Uno también quisiera creer esto al advertir que no hay elementos de juicio. En todo caso será responsabilidad de estos dirigentes políticos del oficialismo contarle a la sociedad cuáles son realmente los datos concretos que tienen para imaginar que existen efectivamente razones.

El acto realizado el lunes en Plaza de Mayo fue muy pobre. Entre los mensajes, las páginas y los blogs que circulan por Internet con gente que reivindica el proceso militar, había una clara unanimidad coincidiendo en que el acto había sido un fracaso. No se llegaron a juntar más de 1.200 personas y hubo atribución de culpas diciendo que estaba mal organizado, que el subte anduvo mal y que la gente no pudo viajar desde Belgrano donde viven muchos militares, etc. No fue un encuentro que le indicara al observador que había un clima para solicitar el regreso de los militares a la gestión política.

Por eso, la presentación del Gobierno parecería inscribirse en una vieja manía argentina de denunciar complots. Cuando se observa el panorama, ni a nivel militar, ni a nivel político y, mucho menos, a nivel de la sociedad, existe hoy el mínimo necesario como para que podamos imaginar que hay un grupo que quiere apoderarse del poder y tiene quórum para poder hacerlo.

El presidente Kirchner en la jornada de ayer también dio la definición más contundente que se le ha escuchado abordando el tema de la inseguridad. Hay un elemento que me gustaría poner en un recuadro y rescatarlo: el Presidente dijo que en materia de seguridad no se trata de darle 700 mil años de castigo a un asesino sino que las leyes se cumplan. Esa es una buena posición.

La Argentina tiene, desde hace muchos años, una base de jurisprudencia y tenemos leyes. Si se cumplieran las leyes y no hubiera excarcelaciones inaceptables, ni una Justicia que arrastre los pies, el país andaría mejor. Los códigos no se pueden modificar en caliente. Tienen que ser el resultado de la evolución de una sociedad y de la apreciación de los técnicos. Con lo que dijo el Presidente, pulsó una cuerda de sensatez que quisiera pudiera recorrer con más frecuencia.

Más allá de que la realidad se compadezca con estas afirmaciones, me da la sensación de que el Estado tiene que hacer un esfuerzo muy grande por desarmar a la Argentina. Mucha gente dirá “no me pidan que me desarme cuando la realidad es tan peligrosa”. Soy una persona anti-armas y anti-violencia, creo que a las armas realmente las carga el diablo sobre todo cuando quien lo hace no las sabe utilizar.

Hemos tenido infinidad de tragedias familiares indescriptibles de gente que piensa que tener una pistola en la mano equivale a estar más seguro. Mucha gente se ha armado en la legítima sensación de que así va a estar más protegida. El Estado tiene que dar esa protección, dedicarse más a eso y menos a las aerolíneas y al agua.

En ese sentido, el mensaje del Presidente también merece respaldo porque hay que dar una idea de que el país tiene que bajar la guardia en materia de armas de fuego. Hubo ya un experimento en Mendoza que fue bastante exitoso. Se hablaba en la tarde de ayer, de 2 millones de armas ilegales que están dando vueltas. Este número representa varios ejércitos.

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