La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas. |
Pacto del cristinismo con el Polo Obrero: más paros en el subte a cambio de la cabeza de Pedraza. Por Guillermo Cherashny. |
Dos años atrás, los metrodelegados del subterráneo porteño lograron una conquista parcial al ser reconocidos por el Ministerio de Trabajo -aunque en forma limitada- como un gremio separado de la UTA. Los metrodelegados son conducidos por la izquierda revolucionaria, específicamente por el Polo Obrero que conduce Néstor Pitrola. Éste también forma parte de la cúpula del Partido Obrero pero un grupo de delegados encabezados por Néstor Segovia se unió a Luis D’Elía y a la CTA de Hugo Yasky.
Así es que coexisten estos dos sectores, ahora asociados en una lucha común. No es necesario decir que Segovia opera para el gobierno nacional con el objetivo de que Mauricio Macri se haga cargo del subte. Para esto se busca negociar un aumento de sueldos en una paritaria con la Secretaría de Trabajo de la Ciudad, solución con la que el jefe de gobierno no quiere saber nada. El gobierno porteño, a todo esto, ya logró levantar la huelga de la Unión Tranviaria Automotor de Roberto Palacios, que se disputa con los metrodelegados la representación del subte.
Un tribunal oral clave
Con el Polo Obrero la Casa Rosada mantendría otra negociación que pasaría por la condena a José Pedraza, el veterano conductor de la Unión Ferroviaria, a varios dirigentes más de este gremio y a algunos policías acusados de dejar la zona liberada para el asesinato del activista del Partido Obrero Mariano Ferreira. Y si la pregunta es qué tiene que ver en este caso el gobierno con la justicia, es fácil contestarla. El Tribunal Oral en lo Criminal 21 (TOC 21) que juzga el caso está integrado por los jueces Carlos Bossi, Horacio Días y Diego Barroetaveña.
Los dos últimos son candidatos a integrar la Cámara Nacional de Casación Penal y el gobierno tiene la potestad de ascenderlos o no. En cuanto a Carlos Bossi, de joven militó en Franja Morada y no tiene ninguna simpatía por la llamada burocracia sindical. Así las cosas, es probable una sentencia por unanimidad que condene a la mayor parte de los acusados por homicidio agravado.
Hay, por otra parte, una gran presión coincidente de la opinión pública y del gobierno, que se tradujo en la actuación como fiscal de la causa de Cristina Camaño, que rápidamente pidió el juicio oral. Pero como hay 370 testigos, el proceso puede durar hasta fin de año. De ahí que el gobierno, a través de este escenario judicial, le puede hacer la vida imposible a Macri por un largo tiempo más. Esto salvo que las encuestas demuestren que los usuarios del subte se dan cuenta de que el gobierno fogonea el paro.