La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

El "Watergate de Kirchner".

Por Humberto Bonanata.

En épocas de decadencia moral o por ende social, es más común que Daniel Hadad se haga millonario por convertirse de menemista a duhaldista y desde mayo de 2003 en furibundo kirchnerista. La prostitución no sólo se ejerce en una cama sino desde una radio o un canal de televisión. Todo hombre tiene su precio, decía Napoleón.

Pero siempre existe una mosca blanca que al no dejarse comprar por la S.I.D.E. su portal informativo de Internet para que “frenara” su investigación sobre el caso López recibe como respuesta del kirchnerato amenazas de muerte, denunciadas el viernes ante la Policía Federal. Ese mismo joven que en el momento de escribir este editorial en la madrugada del domingo se encuentra autoevacuado de su domicilio particular para preservar su vida y la de su familia. 

Ese mismo joven que hasta el momento sólo fue recibido por Ricardo Hipólito López Murphy para interiorizarse de una trama de terror con consecuencias institucionales imprevisibles. 

Ese mismo joven que, desde la desaparición de López el 18 de septiembre de 2006 comenzó a investigar las raíces de un caso vidrioso. Y que potenció su investigación luego del papelón oficial sobre el supuesto secuestro de Luís Gerez realizado con el solo fin de tapar la ineficiencia oficial ante el “caso López” y su eventual muerte. 

Según nos narrara, el historial del “caso López” habría comenzado con un pacto entre el gobierno y la familia del anciano para “echarles la bolsa de sospechas” a los organizadores del pacífico acto celebrado en la Plaza San Martín el 5 de octubre del año pasado para conmemorar a los civiles y militares muertos por la subversión. 

¡Qué mejor que el testigo decisorio de la condena a Etchecolatz desapareciera dos semanas antes del “acto desestabilizador de la derecha retrógrada”! 

Lo que habría sucedido, con la aquiescencia del propio López, es que el anciano –hasta ahora desaparecido- habría aceptado la maniobra política de la mentira oficial pero pocos días después habría padecido un infarto de miocardio que le provocara su muerte. 

Nadie, ni Kirchner, ni Solá ni López, ni los Fernández pensaron en que el diablo metería la cola, o mejor dicho, Dios su manto de Justicia. Ante el lamentable final, el gobierno aún no le habría comunicado la verdad a la familia y a su abogada, a quienes tendría engañados en que el anciano –en lugar de ser cenizas- estaría protegido en Brasil por comandos de Lula Da Silva. Un verdadero disparate. 

Como muestra a lo aquí expuesto basta un botón. Ni los propios organismos de Derechos Humanos, ni sus principales dirigentes, ni el propio hijo de López manifiestan el repudio por la desaparición del anciano. Según se comenta, la familia estaría amenazada de ahondar en el tema ante los medios libres de comunicación social. 

En el autosecuestro de López estaría involucrado un “grupo comando” a cargo del ex funcionario Luis D’Elía, quien contaría con 300 ex piqueteros –actualmente asalariados- con portación de armas de legítimos usuarios. 

Estos datos potenciales podrán ser ampliados ante el dirigente político del partido que fuera, que se decida a convocar con la firma de todos los representantes del pueblo, a una sesión especial y eventual interpelación del Ministro de Interior para lo que puede ser un macabro final del conjunto de mentirosos que creen gobernarnos. 

¡Gracias querido amigo por tu honradez y valentía! 

La verdad siempre triunfa. 

Fuente: Notiar.

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