La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

Informe Reservado 04-07-08.

La crisis política continúa vigente

Los líderes del oficialismo parlamentario demostraron a la largo de la semana que además de tener problemas para juntar a la tropa, no pudieron zafar del acoso personal de Néstor Kirchner. El ex presidente mantuvo su postura intransigente en público y en privado. Volvió a levantar el perfil y participó en diferentes actos con ritual peronista: con la Asociación Bancaria, la UOM y en el Mercado Central. 

Paralelamente, se mostró como un operador político más. Mantuvo reuniones reservadas con diputados amigos y no tantos, charlas telefónicas con otros, especialmente con el titular del bloque Agustín Rossi, cuya falta de actitud comenzó a preocuparle. En su actividad hiperquinética de la semana repitió hasta el cansancio su negativa a cambiar el núcleo duro de la resolución ministerial 125 y anticipó represalias a aquellos “traidores que se sienten en el recinto a votar contra el gobierno”. 

La tozudez del santacruceño es tan profunda que ya genera dos efectos distintos en el seno del oficialismo. Están aquellos funcionarios y legisladores que no comprenden su lógica política y prefieren, por temor, hacerse los distraídos. En privado dicen cosas terribles sobre su jefe pero luego optan por el silencio. En cambio en los últimos tiempos ha surgido un grupo numeroso de talibanes. Ese sector se caracteriza por el fanatismo de sus integrantes, que en algunos casos se muestran más duros que el propio K.

Los talibanes ya no son exclusivamente Luís D´Elía, Emilio Pérsico, Edgardo De Petri o Juan Cabandié. Ahora militan en este grupo ministros, secretarios, subsecretarios, diputados y senadores. Peronistas que se han dejado convencer por el ex presidente sobre las intenciones golpistas de las entidades agropecuarias. Finalmente llegaron a la conclusión de que “la democracia esta realmente en peligro”. “Es increíble, pero ya no sólo se escuchan disparates en Olivos, también hay muchos compañeros que se volvieron locos”, asegura con discreción un conocido senador. 

Se comenta que en estas últimas semanas el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, viene ocupando un fuerte protagonismo en el seno del oficialismo y que su postura es casi más dura que la de K. Dicen que este funcionario de larga relación con los Kirchner es uno de los pocos que tienen predicamento sobre el ex presidente. Aprovechando la declinación del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y del ministro de Planificación, Julio De Vido, Zannini se ha transformado en una especie de alter ego del santacruceño.

El secretario Legal y Técnico, de origen trotskista, parece haber vuelto a sus posturas ideológicas de juventud y no sólo avala la posturas rígidas de su jefe, sino que además suele persuadirlo cuando lo ve dubitativo. Aprovechando la confianza que le brinda el santacruceño, Zannini crece en la intimidad del matrimonio y siempre “esta a la izquierda de Néstor”, como se comenta en fuentes oficiales.  

Todo esto explica porque los diputados del Frente para la Victoria apuraron ayer los tiempos y se muestran decididos a sesionar hoy para aprobar el proyecto gubernamental. “La presión fue terrible”, decía anoche un legislador oficialista. El bloque se vio obligado a esta jugada sin saber a ciencia cierta como responderán cada uno de sus miembros a la hora de bajar al recinto. El escenario se presenta muy complicado ya que la decisión es darle media sanción a la resolución 125 maquillada, con deserciones internas como Felipe Solá, y el repudio del campo que amenaza con volver a las protestas. 

Aparentemente Rossi y el presidente de la Comisión de Agricultura, Alberto Cantero, no se mostraban muy eufóricos ya que no habían logrado el consenso que deseaban para ir a la sesión. La presión y la ansiedad de K terminó boicoteando la estrategia inicial. Tal como lo adelantamos la semana pasada, los jefes de la bancada del FpV querían sacar un dictamen con el aval del grupo de diputados del ex ARI que conduce Eduardo Macaluse y de los que siguen a Claudio Lozano.

Con la incorporación en el paquete de una nueva ley de arrendamiento y de la iniciativa que obliga a los pools de siembras a pagar el impuesto a las ganancias trataban de atraer a esa docena de diputados y lograr finalmente la fractura de la Mesa de Enlace. Cantero aseguraba que haciendo algunos retoques más iban a lograr el aval de la Federación Agraria. Sin embargo, el bloque que lidera Macaluse y Eduardo Buzzi, presionado por Alfredo De Angeli, rechazaron el convite. 

Frente a este panorama los números aparecen como muy exiguos como para que el kirchnerismo se relaje. Algunos diputados aún se siguen mostrando remisos y abandonaron ayer el recinto donde debatían los miembros de ambas comisiones. Evidentemente la presión de los productores agropecuarios se hizo sentir. Anoche se hablaba de inminentes cortes de ruta y el propio De Angeli dijo que las bases le reclamaban un cacerolazo en todo el país, anticipo que generó muchos nervios entre los principales referentes kirchneristas. 

De todas formas, el escenario es más complicado por estas horas. Si el Congreso llegara a convertir en ley el dictamen firmado anoche la discusión se va a trasladar automáticamente a la Corte Suprema de Justicia. Por eso Kirchner se puso muy nervioso con la nota de Joaquín Morales Solá en el diario La Nación que hacía referencia a un encuentro secreto entre Cristina y el titular de ese tribunal, Ricardo Lorenzetti. 

El ex presidente desmintió muy molesto la versión e intentó presionar al presidente de la Corte para que hiciera lo mismo. Sin embargo, los ministros de ese cuerpo decidieron desoír el reclamo K, abriendo interrogantes respecto a cual será la posición que adoptarán cuando deban dirimir la constitucionalidad de las retenciones y definir si es potestad del Poder Ejecutivo o del Legislativo. Una vez más anticipamos que la crisis política continúa, mientras que la actividad económica ya muestra serios indicios de enfriamiento e incertidumbre en los grandes centros urbanos.   

Duhalde, preocupado y en operaciones. 

La dilación de la crisis con el campo y la perdida de poder del kirchnerismo le abrieron un escenario de mayor protagonismo al ex presidente Eduardo Duhalde, quien hasta ahora venía optando por el bajo perfil. Quizás su estrategia cambió a partir del largo encuentro que mantuvo hace un mes con el presidente de Brasil, Luíz Ignacio Da Silva. Ese gesto de Lula puso nerviosos a los K porque percibían el retorno del hombre fuerte de Lomas de Zamora.

Esto explica porque Luís D´Elía, de común acuerdo con Kirchner, acusó a Duhalde de ser el autor intelectual de un “golpe institucional” junto a las entidades agropecuarias y al Grupo Clarín. Paradójicamente, el ex gobernador de Buenos Aires esta muy lejos de alentar movidas desestabilizadoras. Es cierto que sus habituales interlocutores son férreos opositores al gobierno pero él viene extremando sus cualidades de componedor y trata de tranquilizar los ánimos. “A nadie le conviene que se caiga Cristina”, suele decir.

En los últimos días el ex presidente expresa un alto grado de preocupación por el futuro inminente. Comienza a convencerse, por la privilegiada información que recibe, de que el matrimonio K terminará forzando una crisis institucional para irse del gobierno “como héroes que intentaron derrotar a la oligarquía nativa y a la derecha”. Llegó a esa conclusión luego de analizar los diversos testimonios y datos que escucha a diario de peronistas de las más variadas extracciones.

Quizás, el dato que más temor le generó vino de uno de sus colaboradores más estrechos. Este dirigente recibió un testimonio de primera mano de un representante de empresas de armamentos europeas luego de conversar la semana pasada con el ministro de Defensa venezolano, Gustavo Rangel, un hombre muy importante dentro del régimen.

Rangel le comentó azorado a este