La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas. |
La verdadera Matrix I.
Por Gustavo Fernández. |
Lo que en este trabajo trataré de exponer es, por un lado, qué sencillo —para quien disponga de tiempo, recursos, personal y motivaciones— resulta “reconstruir” el paradigma mental de alguien, tanto a título individual como grupal. Luego, citaré las evidencias que apuntalan la certeza de que distintos gobiernos (o grupos de élite dentro de ellos) han tratado de llevar al extremo estas técnicas, buscando afectar a la sociedad toda.
Luego señalaré, tal como lo he hecho en muchos otros artículos publicados en “Al Filo de la Realidad”, cómo esta “reprogramació
Las implicancias y ramificaciones de esta cuestión exceden el marco de este trabajo; pero sería conveniente que el lector mantuviera en mente ciertas deducciones presentadas en esa investigación para permitirle comprender de manera, si se quiere, más “holística” esta problemática.
No debe olvidarse que, además, durante veinticinco años he sido instructor de Autocontrol Mental. En consecuencia, mucho he aprendido en ese tiempo —sin ir más lejos; antes de Internet, tuve oportunidad de acceder a algunos instructores ya desaparecidos que si bien no lograron jamás “marketinear” ostensiblemente sus prácticas, dejaron escuela— y mi natural curiosidad me ha llevado a ampliar sobremanera el limitado campo práctico del dictado de seminarios.
Puedo decirlo ahora: en 1989 y 1990, fui convocado por uno de los entonces funcionarios de la Secretaría de Investigaciones del Estado argentino para prestar asesoramiento en el espinoso problema de las sectas; y en ese ida y vuelta de instrucción e información recabé buena parte de lo que me dispongo a volcar aquí.
Pero... ¿es tecnología exclusivamente humana?
En algún momento he planteado en mis artículos una pregunta que, cuando menos a mí, me interesa sobremanera. Habida cuenta de la existencia de ese Poder en las Sombras —sin debatir ahora filiaciones ideológicas o estrategias globales— ¿tendrá el mismo el carácter de sociedad iniciática y esotérica, más allá de secreta? E independientemente de ello, ¿es demostrable de alguna manera un posible contacto —si no identidad— con inteligencias extraterrestres o extradimensionales?
La cuestión es lo suficientemente apasionante como para dejarse llevar fácilmente por especulaciones personales no basadas en hechos. Pero, obviamente, en este resbaladizo terreno poder presentar “pruebas y evidencias” es, más allá de difícil, casi un contrasentido. Siempre he escrito que si sabemos tanto de los Bilderberger, Skull & Bones y otras lindezas, es porque seguramente hace rato que los Illuminati aventaron sus avíos y partieron de esos cenáculos con otros rumbos. Si sabemos demasiado de una sociedad secreta, ya no es tan secreta. Y si lo es y funciona, nada sabremos de la misma...
Creo que en este enfoque se compartirá el punto de vista de que difícilmente los Illuminati estén enrolados en una determinada ideología, menos en un partidismo o alguna bandería, jugando en todo momento de “locales y visitantes”, de atacados y atacantes, de buenos y malos, aquí y allá. Por la misma razón, creo que colectivamente hemos llegado a la conclusión de que se han aprovechado en numerosas ocasiones de estructuras e instituciones —ya preexistentes, ya creadas a esos efectos— para vehiculizar sus objetivos. El Vaticano y la Masonería, blanco y negro, cara y cruz de la misma moneda. Pero el blanco y el negro, en partes iguales, conforman en conjunto el Todo. Si no fueran tan distintos y tan armónicos al mismo tiempo, el ajedrez carecería de tablero...
Creo —esta es mi opinión, ignoro cuántos de ustedes la compartirán— que han convencido a un pueblo (los hebreos) de ser “especiales” —tan especiales como ciertos arios se creyeron a sí mismos durante el nazismo— de darle armas a los clericales de ese pueblo (los judíos) para elaborar toda una teogonía de justificación, y a una estructura partidaria —los sionistas— la capacidad de presión psicológica, de manipulación doctrinaria para que todo el pueblo, errante o no, terminara con un estupendo “lavado de cerebro” que les lleva, no sólo a aceptar su historia de expatriados y sojuzgados en todo tiempo y lugar en busca de un espacio vindicatorio en la geografía planetaria, sino a ser incapaces de cuestionar ciertos ítemes de su propia historia.
En cuanto a las herramientas dadas a la casta sacerdotal de este pueblo, oportunamente volveremos sobre evidencias en nuestro poder de que algunos rabinos "demuestran" categóricamente, la "pureza racial" —¿a qué les suena esto?— de su pueblo a través de los tiempos y la —¡cómo no nos dimos cuenta!— relación de eso con la elección de Dios.
En fin, volviendo al tronco central de este planteo, en ocasiones el debate debería enfocarse en los aspectos “espirituales” detrás de los Illu, pero cuando ello conllevaba poner sobre el tapete —con mente abierta— cosas tales como el Luciferismo, entraban a terciar otra vez componentes y lecturas religiosas —perdón, debí escribir “eclesiásticas”— y la situación se salía de madre.
Así que volvamos a tratar de centrar el punto. Decía yo:
a) ¿Podemos demostrar que los Illuminati están históricamente organizados como sociedad esotérica (con exclusión de ciertas anécdotas históricas, tales como la época de Adam Weishaupt y otras)?. Creo que sí. Una sociedad esotérica, si es tal, es iniciática, y, por lo tanto, probacionista.
La pregunta es si los “ritos de iniciación o admisión” serán tales simplezas como los de la masonería o se construyen sobre entelequias más complicadas. Otro sí digo: quienes hayan sido o sean alumnos de nuestro curso de Autodefensa Psíquica Superior, recordarán que allí enseñamos los llamados “Ciclos de Vida”, una forma de aplicar ritmos básicos cósmicos en el mejoramiento de las actividades cotidianas.
Bien, les cuento que esa técnica —muy esotérica, cuando menos, en su fundamentació
Paso un dato: la asunción de nuestro presidente (Argentina), Néstor Kirchner. En el traspaso de mando, hubo gestos muy “esotéricos”. Hace tiempo, me llegó este comentario:
“Seguramente la mayoría de Uds. ha visto la transmisión de mando de Duhalde a Kirchner en el Congreso de la Nación. Y como a todos, la falta de protocolo del flamante mandatario sólo llamó la atención por eso, dejar el acartonado acto de lado. Pero no fue así. Hubo algo que careció de difusión y no se sabe por qué, o sí, para evitar los comentarios sobre cosas 'raras' en tan magno evento.
Me explico: Primeramente, el bastón de mando no era el tradicional europeo, que instauró el Gral. Uriburu para la asunción de Agustín P. Justo y que desde entonces se usó siempre, con empuñadura de oro, al modo de los monarcas y presidentes de Europa. El que recibió Kirchner es de madera nacional, con empuñadura de plata (el metal del país: Argentum - plata), en su interior contiene tierra de la zona tehuelche.
Sobre la empuñadura se han grabado símbolos tehuelches, una flor de cardo (única planta nacional que está tanto en Jujuy, como en T. del Fuego), además del escudo nacional. Acá viene la parte no aclarada. Cuando Duhalde estaba por entregar el bastón, Kirchner le indicó que se lo diera con las dos manos, con los puños hacia abajo. Duhalde así lo hizo y Kirchner lo recibió con las dos manos hacia arriba. Así se pasaban los indígenas la pipa y la lanza de guerra.
Luego, ese movimiento que quedó registrado como una payasada del nuevo presidente no era tal, sino los movimientos rituales que hacían los caciques al recibir la pipa o la lanza de guerra, para luego tomarlo en la posición correcta. La risa y los gestos cómplices, como diciendo 'se animó este loco' que hizo la senadora/primera dama, son por demás elocuentes.
Todo este comentario me lo pasó un amigo que es un estudioso de culturas antiguas de América y decidió averiguar detalles a partir del tema del nuevo bastón presidencial. Es demasiada casualidad (y éstas sí que no existen) que tanto grabado tehuelche se conjugara con el rito de pase también tehuelche.”
b) Otro tema que gustaría profundizar es si existe alguna certeza aunque sea indirecta de una filiación o relación no humana (extraterrestre, extradimensional) de los Illuminati. No demos aquí lugar ni a opiniones personales basadas sólo en la intuición, ni “mensajes canalizados” —alguna vez deberemos debatir, por ejemplo, si tanto mensaje canalizado no tiene otra razón de ser, así como el investigador Gabriel Vargas sostiene que los “contactos” que reciben algunos fanáticos del mesianismo extraterrestre (¿Nesara?) no serán en realidad generados psicotrónicamente por grupos paragubernamentales con fines de manipulación e intoxicación— ni en las teorías de Icke que, como saben, se construyen más sobre la reflexión histórica que sobre hechos, diríamos, periodísticamente rastreables.
Esotéricos, extraterrestres, extradimensionales. Si lo último tiene relación con lo divino-maligno, cielo e infierno, dioses y demonios, se me ocurre que podemos escarbar allí algo. A fin de cuentas, ¿qué diferencia hay entre las corrientes que hablan de dimensiones o universos paralelos donde existen —para nosotros— seres no físicos, alternativamente favorables, desfavorables o indiferentes para nosotros, y toda la teología de ángeles y demonios (al decir de Dan Brown [3])?.
Puesto de otra forma, ¿qué pasa si releemos la teología y el catecismo, y observamos la liturgia de tantas religiones preguntándonos si no se trata más que de arcaicos intentos de contactar —o bloquear contactos— con otras dimensiones?
Esotéricos, extraterrestres. Creo que de lo primero podremos reunir bastante evidencia, no así de lo segundo. ¿O me equivoco otra vez?.
Referencias: