La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

Los Illuminati en la Argentina (3ª Parte).

Por Gustavo Fernández.

 
El golpista Juan Carlos Onganía, quien derrocara en 1966 al presidente legítimo Humberto Illia, consideraba fundamental que todos los hombres de su gabinete se vincularan al Opus Dei y los Cursillos de Cristiandad. La intercesión del conocido y nefasto José Alfredo Martínez de Hoz fue fundamental tanto en ese sentido como la designación de Néstor José Salimei como Ministro de Economía en ese período que se caracterizó, entre otros detalles sugestivos, en la necesaria pertenencia a grupos fundamentalistas católicos como requisito indispensable para acceder a los grupos de poder.

En este sentido, vengo a señalar aquí la inextricable relación entre militancia en particulares grupos “religiosos”, de tinte secretista, probacionista, y la detentación del poder, un rasgo que caracteriza a los Illuminati en todo el mundo.

Fue precisamente Salimei, el Opus Dei y el gobierno militar de turno quienes impulsaron a la firma cerealera Sasetru hasta ubicarla en el rol de un verdadero oligopolio, que por sí sola concentraba el 15 % de las exportaciones del país y el 23 % de la producción de cereales en todo el territorio nacional.

Es seguida de cerca –con crecimiento sostenido durante el mandato del siguiente ministro de Economía, Adalbert Krieguer Vasena, por Bunge & Born. Y aquí ocurre uno de los indicios más evidentes de la operatoria de los grupos subordinados a las estrategias Illuminati: a principios de los 70 Jorge Born es secuestrado por el grupo ERP *  (Ejército Revolucionario del Pueblo). Pagan sesenta millones de dólares por su liberación.

Menos de una década más tarde, Jorge Born se asocia comercialmente con Ricardo Guglielminetti **…. Comandante operativo del grupo subversivo que tuvo a cargo su secuestro. Después de todo, esto no resulta tan extraño si recordamos que muchos jefes de Montoneros y del ERP, como Firmenich, provenían a su vez de la militancia de grupos ultracatólicos, como “Tacuara”. Este mimetismo camaleónico en lo ideológico es uno de los emergentes que, nuevamente comparándolo con ejemplos de orden global (como la relación comercial entre los Bin Laden y los Bush, por ejemplo) pone de manifiesto la “pista Illuminati”.

El 11 de mayo de 1974, a las nueve y cuarto de la noche, una ráfaga de ametralladora pone fin a la vida del padre Carlos Mujica, el más preclaro ideólogo de la Teología de la Liberación en Argentina, sacerdote católico afín a los Montoneros. El asesinato es consumado (se sabe, pero nunca tuvo consecuencias) por Rodolfo Eduardo Almirón, jefe de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), luego jefe de custodia, en España, de Manuel Fraga Iribarne, y miembro del Opus Dei.

La presidencia de María Estela Martínez de Perón, tercera esposa del general Juan Perón y sucesora de éste en la presidencia al fallecer el mismo, tiene un personaje distintivo: José López Rega, “el brujo”, por su afición a la astrología, el umbandismo y el esoterismo en general.

Lo que pocos comentan es que esa afición no era el pasatiempo exótico de un delirante, sino la actividad cotidiana de alguien que se valía del mismo para sus fines: es un secreto a voces que obligaba a “Isabelita” (seudónimo de la presidente) a rituales cotidianos, que según se cuenta trató de “resucitar” a Perón inmediatamente después de su óbito y un largo etcétera.

También, que fueron sus vínculos con sociedades secretas las que permitieron que por casi quince años pudiera moverse libremente por el mundo, tras la caída de ese gobierno, sin ser apresado ni por la justicia argentina ni por Interpol. Lo que no es tan sabido es que López Rega no era un pobre delirante; era alguien temido y respetado hasta en los círculos más altos.

Recordemos que el mismo fue recibido en Roma por Giancarlo Vallori, camarlengo del Papa quien, a su vez, le presentó a Licio Gelli, y que López Rega fue “compañero” de logia del almirante Emilio Massera, Suárez Mason y otras personalidades influyentes de esos años oscuros. López Rega, por lo pronto, disparó al Ministerio de Economía al ingeniero Celestino Rodrigo, con quien compartía sus prácticas astrológicas y mágicas, integrando ambos la logia ANAEL.

Digresión necesaria.

Permítaseme aquí hacer una digresión. En un principio, identificar el accionar Illuminati era tarea sencilla: eran aparentemente pocos –cuando menos, sus CEO, como ya he escrito- y sus operaciones, esporádicas, aisladazas. Pero al paso de los años han inficionado tanto la sociedad mundial, global, que tendemos a ver otros causales de nuestros problemas, más inmediatos, más “posibles”, menos abracadabrantes.

Mi amigo y webmaster de AFR, Alberto “Quique” Marzo escribió en otro contexto unas reflexiones que quiero reproducir (haciéndolo no responsable de ubicarlas en el contexto de este trabajo) porque inducen a percatarse cómo se nos está escapando la sutileza y omnipresencia del accionar Illuminati.

1) Lo que sucede es que los Illuminati (o como queramos denominar a quienes en verdad dirigen el mundo sin que casi nos demos cuenta, y ni siquiera lo sabe la mayoría de la gente) tienen un plan, y lo van logrando de a poco. Un paso hoy, otro paso mañana. Sin prisa pero sin pausa. Y no nos quepan dudas de que ponen sus huevos en varias canastas. Es decir, apoyan a demócratas tanto como a republicanos, a religiosos tanto como a infieles, financian a ambos bandos para revolver el río y quedarse con toda la pesca, ¿se entiende? Son malos, no estúpidos.

2) Otro tema que planteo como posibilidad, no estoy afirmando ni negando nada: Si tuviesen la intención de reducir la población mundial, lo podrían lograr de diversas maneras, incluso sin recurrir a las armas nucleares (envenenamiento de la tierra, del agua, del agua potable, del aire, fumigaciones con chemtrails, vacunas, armas químicas y biológicas, guerras convencionales… ¿les suena extraño? y seguro que hay otras). Pero supongamos por un momento que quisieran hacerlo, la pregunta sería por qué, y por qué hacerlo en forma indiscriminada (a menos que fuera a través de un agente biológico esparcido con fumigaciones, con vacunas o con el agua potable, que afectara sólo a quienes comparten determinados genes, porque de lo contrario, no hay forma de saber quién morirá y quién no… a menos, claro, que eso no les importe).

3) Que esta pandemia de gripe A H1N1 no les haya resultado, no significa que no lo sigan intentando. Mientras tanto tienen atemorizada a la población, pidiendo por favor que los vacunen y a los gobiernos que ya compraron las vacunas (como en Argentina) ahora comienzan a vacunar. Van preparando las legislaciones para hacer obligatoria la vacunación. Tienen a la OMS controlada y a los médicos bien calladitos la boca. Son ejercicios. Y siguen aprendiendo cómo hacer las cosas. Y la siguiente vez lo hacen mejor. Ya saben cómo hacerlo. Ya saben a quién apretar. No son las farmacéuticas. Hay muchos cómplices, empezando por los médicos y pasando por los periodistas. Pero tratemos de ver a los titiriteros, a los que escriben el libreto, no sólo a quienes representan la obra.

4) Prueba del control que ejercen ellos –quienes quiera que sean– es que ante las amenazas sanitarias los médicos no digan nada. Que ante las amenazas a la libertad, los abogados y jueces no digan nada. Que ante las amenazas a la libre expresión, los periodistas no digan nada ¿Nadie ve una conspiración aquí, o una serie de conspiraciones? Y la gente, la gran mayoría, sigue dormida, sin reaccionar a nada. Estamos como la rana en el agua tibia, cocinándonos lentamente. Y los que se supone que están informados, que están en la vanguardia, que son líderes en sus campos o grupos, etc., temerosos… Temerosos del ridículo o del castigo. O tan distraídos como el resto.

Hay algunos médicos, algunos abogados y algunos periodistas que dan la voz de alerta, pero son voces aisladas. Y además, lo más preocupante creo yo, es que sólo ven hechos aislados. No ven el cuadro completo (no digo que yo lo vea, sino que tienen visiones muy parcializadas), y aún estando bien informados de lo que pasa en su campo, por decir, la medicina, no lo relacionan con lo que pasa en el campo político, o legislativo, o periodístico.

Ni qué hablar de los científicos, que sólo se preocupan, con suerte, de lo que pasa en su propia especialidad, y del resto, nada. Algunos no tienen tiempo para estar al día, pero otros están encasillados mentalmente, archiespecializados. Son “celulólogos”, si se me permite. Ven su propio microscopio: y ven sólo células. Si son de rata, de humano o de extraterrestre, no saben, y peor aún, ¡no quieren saber!

Nadie ve que los dueños de los alimentos son los mismos dueños de las farmacéuticas, los mismos dueños de las noticias, son los mismos… Las federaciones profesionales no hablan. La información sólo corre por Internet, y ya hay también intentos de censura en este medio.¿Alguien puede confiar hoy en la OMS, cuando fabricó una pandemia, cuando modificó la definición de pandemia, cuando la declaró de grado 6, cuando atemorizó a todos diciendo que iban a morir cientos de millones? Si esto no es una conspiración, ¿a qué le llaman entonces conspiración?

Imaginen que son los directores de cámara en un set de televisión. Tienen delante una pared con 10 monitores. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Lo que sucede en un solo monitor? ¿Lo que está saliendo al aire? ¡No! Todo está sucediendo, simultáneamente. Hay que ver todos los monitores para comprender en verdad lo que está pasando. Salgamos del encasillamiento. No puede ser que los médicos no lean de política. Los políticos no saben sobre OVNIs. A los ovnílogos no les importan las pirámides. A los arqueólogos no les interesan las pandemias. En fin, cada uno en lo suyo, viendo en una dirección distinta. Microclimas.

A los argentinos les pongo un ejemplo de nuestros días: si la carne aumenta, la culpa es de los ganaderos, de la oligarquía vacuna. Si aumenta la lechuga, la culpa es del hortelano. Si aumenta la nafta, la culpa es de las petroleras. Ahora yo les pregunto, si lo que aumenta es TODO: los alimentos, los juguetes, los remedios, los tornillos, la ropa, el cine, la luz y los impuestos… ¿Cómo se llama? Se llama inflación, aunque el ministro diga “reacomodamiento de precios” o “tensión de precios”, y la culpa es de uno solo: el gobierno.

Pero nos comemos las mentiras de que es un sector o es el otro, de que fue el gobierno anterior o que es la crisis internacional. Los que no opinan igual son desestabilizadores, antipatria, destituyentes, el enemigo… Nos creemos las mentiras del gobierno aunque sabemos que han manipulado las cifras del INDEC. Los Kirchner son una asociación ilícita, una banda de ladrones. Unos ineptos, ladrones y mentirosos que hace 7 años nos vienen desgobernando, enfrentando, engañando, robando, manejando la Justicia, el Congreso, los medios de comunicación y la caja (el presupuesto nacional), y aún así, todavía, hay un 20-25% de la gente que les cree. ¿Qué tiene esa gente en la cabeza que no razona, o no ve lo que sucede? ¿Vive en una burbuja?

Pues no son los únicos. Volviendo a las otras conspiraciones, cuando alguien tiene la osadía de relacionar hechos que pertenecen –antojadizamente– a dos o más campos de la ciencia o actividades diversas, entonces se lo llama conspiranoico. Hasta socarronamente, porque no se adjuntan pruebas ni se aportan indicios, ni se contraargumenta. El objetivo es ridiculizar y que se acepte el discurso oficial, la explicación académica, la tradicional, la doctrina de siempre. Amén.

5) Una cosa que he notado es que los médicos hablan –seguramente con buena fe, pero desinformados– y al menos en Argentina no tienen estadísticas. No saben cuántos enfermos hubo, cuántos muertos, y cuántos murieron por la gripe A H1N1 y no por otras causas. Guarda, que no sería extraño que le achaquen a la gripe A H1N1 otras muertes vinculadas a la gripe estacional o al dengue o a la desnutrición… Repito: pregunten a los médicos por las cifras, y que les den las fuentes. No las tienen. Dudan, dan vueltas, no contestan. No saben. O hacen referencia a datos de la OMS, que vienen de las farmacéuticas. Ahora empiezan los fríos en el sur, y aparecen las campañas de vacunación, salen entrevistas a los médicos en TV. Pongan atención.

6) Yo creo que esto no se hace por dinero. O mejor dicho, no se hace solamente por dinero. El objetivo de mínima es ganar dinero, pero ¿cuál es el objetivo de máxima? ¿No pueden ganar dinero de otra forma, sin armar tanto lío? No. Necesitan experimentar sus vacunas para algo. Y hoy lo hacen en España, mañana en África y pasado en la Argentina. En algún lugar la gente no se da cuenta y el objetivo de probar la vacuna se cumple.

7) También se prueba la cadena de mando. Qué países, qué gobernantes y qué médicos aceptan sin cuestionar nada y quiénes son los que piensan, los que cuestionan, los que verifican, los que son independientes. ¿Qué pasa con esos políticos? ¿Vieron alguno que hable contra la vacuna, o que al menos haya mencionado las irregularidades que ha tenido todo este proceso de la pandemia? Ninguno quiere arriesgarse, si es que se han enterado.

8) También ocurre que los medios masivos de comunicación (diarios, TV, radios) no están contando todo lo que pasa. Y si se suprimen algunos hechos, se está redireccionando la opinión de todos hacia conclusiones fraudulentas. No importa que todos piensen bien, con lógica, razonando, porque los datos que te dejan ver te llevan a las mismas conclusiones que ellos quieren. No importa que vos vayas contrastando las fuentes… porque todas las fuentes son controladas por ellos. Todos los medios toman las noticias desde las mismas agencias de noticias. Ellos controlan las agencias de noticias y te dan las noticias que ellos quieren.

9) Sé que estoy haciendo el papel de conspiranoico, pero no me importa. Las conspiraciones existen. En plural. Por supuesto que hay loquitos por todas partes, con mil historias fantásticas. Pero no caigamos por eso en el error de juzgar apresuradamente. Investiguemos un poco y tengamos en cuenta que los que dirigen el mundo son como los magos, que te hacen mirar la mano derecha cuando te hacen la trampa con la mano izquierda.

Siempre te hacen mirar en otra dirección. Intoxican. Venden pescado podrido. No sólo hay conspiraciones periodísticas, políticas y científicas, sino también religiosas. Te hacen mirar el cristo en la cruz, allá arriba y a lo lejos, al frente del templo. Mientras tanto, no te dejan ver a Dios en tu interior. “El cielo y el infierno están en tí”, dijo el poeta libanés. Y en el frontispicio del templo de Apolo en Delfos, se leía: “Conócete a ti mismo”, y al entrar, continuaba: “y conocerás a Dios”.

Pero los poderes eclesiásticos nos hacen buscar a Dios allá lejos en el cielo, desviándonos la atención. Cuando a Dios lo tenemos cada uno dentro y en nuestro prójimo. No está sólo en el templo, sino en todas partes. Pero nos hacen ir al templo a recibir el mensaje y a dejar las monedas. Para tenernos controlados. A que nos lean los mismos pasajes bíblicos año tras año. A que nos den consuelo y a que nos infundan temor de ir al infierno, ambas cosas a la vez.

A que nos den seguridad psicológica que no somos capaces de conseguir nosotros mismos, por nuestro propio desarrollo espiritual. Ellos son los intermediarios. Los secretarios de Dios. Y su embajada: el Vaticano. ¿Y dónde quedó lo de la humildad, lo de no mentirás, no robarás, no matarás? Obvio que hay gente que obra de buena fe, pero el sistema sigue funcionando. No sigo pero ya captaron la idea: sí que hay conspiraciones dentro de las religiones. Pero son tan poderosas y tan antiguas que nos hemos acostumbrado. Somos tan fanáticos o nos han lavado tanto la cabeza, estamos tan cómodos con las mentiras que nos han contado por siglos que ya no queremos salir de la cárcel mental que nos han construido.

10) Los que han investigado el tema OVNI saben que las conspiraciones existen. Los que están ligados al mundo de la medicina (lo de la gripe A H1N1 es sólo un caso) saben que las conspiraciones existen. Los que se han sumergido en el tema del climagate (donde no se niega el calentamiento global, sino que esté causado por el hombre, y sobre todo, se cuestionan las cifras) saben que las conspiraciones existen. Los que han investigado temas científicos (arqueología, antropología…) saben muy bien que las conspiraciones existen. Los que son aficionados a la Historia, saben perfectamente que las conspiraciones existen. Así que no voy a aceptar que se diga lo contrario, ni que se me trate de conspiranoico (no a secas). No hace falta inventar más conspiraciones porque como han visto, ya tenemos suficientes.

11) Por supuesto que hay locos –pero que los locos hablen de ETs que nos quieren exterminar no significa que los ETs no existan, ni tampoco que no nos quieran exterminar– y hay información falsa, de la que producen los tontos y locos y también de la que se distribuye a propósito, para imposibilitar el pensamiento y una acción coordinada. Así la resistencia estará desorganizada, inmovilizada. Como vacas al matadero, sin chistar. No estoy diciendo que nos vienen a comer los marcianos. Digo que el razonamiento de que “no hay ETs, por lo tanto sos un loco”, o “no nos vienen a comer, por lo tanto estás loco” están equivocados. Hay locos, pero hay otros cuerdos que juzgan sin saber, sin haber investigado concienzudamente…

12) Puedo aceptar que me traten de loco (cosa que tendrán todavía que probar, y aún así, no significa que todo lo anterior sea falso) pero ya no puedo aceptar que me digan que las conspiraciones no existen, o me desprecien tildándome de “conspiranoico” porque sé muy bien que hay cosas que están pasando que no salen en los diarios. Todos aquí sabemos cosas que no han salido en los diarios, ni en la TV, y nos verían como bichos raros si lo dijésemos en el trabajo o en la calle. Así que tendríamos que empezar por no ser tan falsos y apoyar las ideas que sostenemos y a la gente que las trae a debate. Tener una actitud verdaderamente científica, que pasa primero por investigar y luego por concluir.

13) Y todas esas conspiraciones, creo yo, obedecen a un mismo plan, a una misma Gran Conspiración. ¿O creen ustedes que son fruto de la casualidad? ¿Son de ahora, en pugna por los billetes verdes, o vienen de milenios, luchando por el poder? Yo creo que las viejas conspiraciones se suman a las nuevas. Que las mentiras no son de ahora. Que no son por dinero). El dinero es sólo un instrumento que permite manipular otros bienes… y voluntades.

14) Todo esto no quiere decir que aceptemos a pies juntillas cualquier desvarío. Pero apliquemos con cuidado el término conspiranoico. No le hagamos el caldo gordo a los detractores y negadores profesionales. No tengamos miedo de hablar de conspiraciones, sobre todo cuando las tenemos frente a nuestras narices. Sé que es difícil, porque estamos en el peor de los lugares: en el medio del fuego cruzado, entre quienes niegan todo y nos tratan de locos, y aquellos que se creen cualquier cosa y también nos ven como locos… sin mencionar al verdadero enemigo, que se nos debe estar cagando de risa. Así que hagámonos un favor y no nos tratemos de locos nosotros mismos…

15) No sé cuál sea el fin último de esto que he llamado la Gran Conspiración (aunque tengo algunas sospechas), pero tengo la sensación –si se me permite la herejía– de que en poco tiempo lo sabremos. No sé si a fines de 2012, pero me parece que no falta mucho.

No hay mucho más que agregar. Cuidado; dije “no mucho más”, pero todavía queda algo. Si nos reenfocamos desde la óptica que propone mi amigo, daremos el último paso en dirección a comprender cómo articula la presencia de los Illuminati no sólo en la Historia del planeta, sino en la de la propia Argentina. Porque aún falta un dato.

He escrito hasta el hartazgo que cualesquiera sean las aproximaciones que hagamos sobre el problema Illuminati, su naturaleza espúrea y distinguible se evidencia en dos características: una, su sempiterna filiación a órdenes esotéricas. Y dos, sus vínculos sanguíneos o de alianza matrimonial, perpetuando y abrochando el corsé del poder.

Sobre los Illuminati en Argentina hemos demostrado ya, en esta serie y en nuestro trabajo anterior, “Esoterismo y poder político en la Argentina” cabalmente ese punto. ¿Y con respecto al segundo?. Especialmente en el amanecer de la nación cuando la presencia Illuminati, paradójicamente, era más fuerte y evidente en función de los débiles estamentos públicos, la reducida población y el escaso margen de ciudadanía ilustrada. Ése es el dato que faltaba.

Recorramos por ejemplo, el primer siglo y medio de nuestra aún corta historia. Todo es un nepotismo, porque los vínculos familiares, desde los últimos tiempos de la Colonia hasta casi las puertas de la década infame, atraviesa el Tiempo como una flecha. Miren, si no: Manuel Belgrano y Juan José Castelli eran primos (y ambos abogados). Belgrano tuvo un romance -y un hijo- con una hermana de Encarnación Ezcurra, la mujer de Rosas. Lucio V. Mansilla era sobrino de Rosas.

Gervasio Antonio de Posadas era tío de Carlos María de Alvear (éste sucedió a aquél como Director Supremo). Nicolás Avellaneda y Julio Argentino Roca, ambos tucumanos, fueron los dos presidentes más jóvenes al asumir, con sólo 37 años (Avellaneda era unos meses menor) y la escultora, también tucumana, Lola Mora, fue sobrina del primero y amante del segundo.

Héctor  Azcuénaga (miembro prominente de la Primera Junta de gobierno) fue cuñado del Virrey Olaguer. Rivadavia se casó con una hija del Virrey Del Pino. La madrastra de Rivadavia era hermana de la mujer de Saavedra.

La madre de Rodríguez Peña era hermana del deán Funes. Olavarría era sobrino de Rodríguez Peña. Posadas era cuñado de French.
Liniers era yerno de Sarratea. La amante de Liniers fue abuela de Camila O’Gorman. Ángel de Estrada era bisnieto de Liniers.

Carlos Saavedra Lamas era bisnieto de Cornelio Saavedra y se casó con una hija de Roque Sáenz Peña. Roque Sáenz Peña fue hijo de Luis Sáenz Peña, ambos presidentes. Roca y su sucesor, Juárez Celman, eran concuñados. José Hernández era sobrino nieto de Pueyrredón.

Borges era bisnieto del Coronel Suárez. La amante de Sarmiento era hija de Velez Sarsfield. Alem fue tío de Yrigoyen.

El prometido de Felicitas Guerrero (la malograda viuda de Martín de Álzaga) se casó con una hija de Urquiza. Luis María Campos fue yerno de Urquiza. José Evaristo Uriburu era nieto de Arenales. El hijo del presidente Uriburu se casó con la hija del presidente Roca.

Sin duda, será un (prometido) arduo trabajo rastrear las filiaciones de esta naturaleza en la segunda mitad del siglo XX y estos comienzos del XXI. Pero las correspondencias aquí halladas demuestran que, en momentos en que la nación se está creando y consolidando, es cuando la impronta Illuminati aparece casi indisimulada.

Notas: * El secuestro lo realizaron Montoneros. ** Entendemos que se refiere a Galimberti.

Los Illuminati en Argentina. 1ª Parte: https://bolinfodecarlos.com.ar/100110_illuminati.htm

Los Illuminati en la Argentina. 2ª Parte: https://bolinfodecarlos.com.ar/060310_illuminati.htm

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