La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.

Extraño.

Por Laura Etcharren.

Interrogantes y reflexiones de la Marcha de Blumberg y la contramarcha de D’ Elia.

Las especulaciones realizadas por D’ Elia entorno a la realización de la contramarcha generaron gran expectativa en la sociedad. Y no precisamente por los deseos de que la misma se llevara adelante, sino por los alcances de provocación que podía implicar.

El día 30 de agosto, el piquetero oficialista supuestamente apoyado por el Premio Nóbel de la Paz -Adolfo Pérez Esquivel- decidió realizar la contramarcha. Por la esperanza y la vida -lema de la marcha- D’ Elia se expresó con una terminología absolutamente vulgar y limitada sobre la marcha organizada por la Fundación Axel.

Preocupado en transmitir los por qué de su contramarcha y atareado en cuestionar las formas de actuar y pensar del ingeniero Blumberg, el subsecretario mamarracho duró unos minutos en el triste escenario montado en el Obelisco. Queriendo explicar lo inexplicable, su desempeño se asemejó al de un sindicalista en el interior de un comité.

Entre gritos, y tratando a los ciudadanos que participaban de la otra marcha -aquella que tanto lo perturbó, indignó y avergonzó- de genocidas y fascistas, entre otras cosas. D’ Elia supo decir que a los que estaban a metros de él, la inseguridad, no les importaba nada.

Al contrario. La reivindicaban. Porque esa marcha, no era la marcha por la seguridad sino más bien, era la marcha por la impunidad. Se supo colgar del Premio Nóbel y el mismo se abrió por completo de la marcha así como de su vínculo con el piquetero.

Al terminar el acto, un periodista le preguntó a D' Elia qué había sucedido con Esquivel. Contestó con evasivas. Mejor dicho, hizo referencia a las cualidades del Nóbel y no contestó la pregunta propiamente dicha. El periodista no repreguntó, lo cual es patético y refleja un poco el periodismo que tenemos.

Volviendo a la presencia de Pérez Esquivel, si bien estuvo por las inmediaciones del Obelisco, no se sabe con certeza que fue de él al momento del “discurso” de D’ Elia. Versiones encontradas generan un importante interrogante. Otras de las cuestiones a considerar, fue que en el intento de acto de la contramarcha se volvió a remarcar que la Plaza de Mayo es de las madres y las abuelas del dolor. Que quienes en ese momento se encontraban allí no tenían derecho a estarlo.

D’ Elia dijo que Hebe y Carlotto son las madres de todos los argentinos. Si se sigue la literalidad demencial del sujeto, cabe preguntarse: ¿Son Hebe y Carlotto, las madres de los fascistas que se encontraban marchando contra la inseguridad en la Plaza de Mayo? Porque ellos, también son argentinos. Y ¿Dónde estaban Cecilia Pando y Neustadt? ¿En qué momento Blumberg proclamó su candidatura o dejó ver que se postularía como Gobernador por la Provincia de Buenos Aires?

Uno puede preguntarse muchas cosas frente a tanta estupidez humana. Preguntarse, por ejemplo:

¿Por qué el noticiero de las 19 horas de AMÉRICA y luego el periodístico de Rolando Graña restaban presencia en la marcha de Blumberg? Todos los medios informaban y arrojaban cifras distintas. Pero el noticiero de AMÉRICA prácticamente dijo que no fue nadie. Que ni la marcha ni la contramarcha habían logrado la participación esperada.

Quisieron homologar a ambas cuando los resultados podían verse en las imágenes transmitidas por el noticiero de Canal Nueve. Telenoche, TN. El noticiero de TELEFE, etc. Remarcaban que Blumberg había perdido aquel poder de convocatoria que obtuvo en la primera marcha. La sucedida tras el asesinato de su hijo. El gran fracaso, le cabe a la contramarcha. Fue muy breve y cargada de acusaciones.

Ellos la definieron como un debate de ideas, las cuales, no existieron. Tampoco hubo debates. Existió maltrato y profundización del dolor. Se hizo referencia al tiempo pasado. Porque no se lo quiere dejar ir. Parece ser necesario cuestionar a todos los gobiernos anteriores al de Kirchner. No sólo es la Dictadura, también molestan, los gobiernos democráticos. El Subsecretario de Vivienda y hábitat demostró que el siglo del perdón lejos está. No hay intenciones de alcanzarlo.

Para ellos, la inseguridad no es tal. Los delincuentes son producto de la marginalidad. Se desconoce que existe algo que se llama genes. Violencia congénita. Predisposición al delito que nada tiene que ver con la pobreza y la educación. Existe una condición humana violenta y quienes la nieguen, adolecen de conocimiento. Predomina entonces, la ignorancia y la visión parcial. Hay violencia y delincuencia por ambas cuestiones. No es propia de una sola causa.

Entonces, decir que caprichosamente Blumberg quiere encarcelar a niños de diez años es un disparate. Ese niño de tan corta edad, puede matar a una familia entera. Ha sucedido. ¿Por ser menor debe quedar impune y seguir asesinando? Barbaridades y contradicciones.

Más tarde, en el programa de Graña, el piquetero volvió a tratar de “fascistas” a los que marcharon junto a Blumberg. Entre ellos, siempre nombró a Grondona. Curiosamente, luego de la patética contramarcha, D’ Elia, dijo que Grondona ocupaba otro lugar en la historia de nuestro país. ¿A qué se debe ese cambio? ¿Será que quiere continuar con su recorrido mediático sin exceptuar programa alguno?

Abruptamente Grondona dejó de ser un demonio que apoyó el terrorismo de Estado y paso a ser otra cosa que D’ Elia no puede explicar. Cuando es él, quien troca su concepto. Extraño es lo que hay y sucede alrededor y detrás del subsecretario kirchnerista.

Por otro lado, la marcha de Blumberg se desarrolló en el marco de la coherencia. Con irreprochables discursos. Y un abanico de ideas y propuestas para mejorar la calidad de vida de los argentinos en materia de seguridad. Debe decirse que el discurso destacado fue el del rabino.

Quien supo expresar y sintetizar la marcha. En el entrelíneas de su discurso, puede leerse lo que somos y lo que seremos de seguir por esta vía. El Himno Nacional. El dolor de padres, familiares y amigos de víctimas de la inseguridad. Los ciudadanos juntos. Los sujetos reunidos en una toma de conciencia social. Y si no hubo más de 80.000 concurrentes, fue por el miedo paulatino que fue sembrando el gobierno de los derechos humanos.

Datos de la Fundación, estimaron la presencia de 130.000 personas. No hubo pancartas políticas. Un bombo se escuchó a lo lejos. Era de Castells y del resto de los piqueteros que apoyaban al ingeniero.

Blumberg, como siempre, se mostró respetuoso. Pidió calma ante los abucheos de los ciudadanos hacia el Presidente de la Nación, el Gobernador de la Provincia y demás. Se mostró tolerante y abierto, comprendiendo que el poder se posee cuando encuentra a los hombres reunidos.

La marcha contra la inseguridad demostró que desde la alteridad se pueden lograr grandes cosas. Planteó que si al Presidente le va bien, nos va bien a todos. Eso supo decir Blumberg, el llamado fascista. Extraño, muy extraño ¿no?

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