La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas. |
El pensamiento de Perón y los guerrilleros. |
El Coronel Carlos Alberto Corral, quien fue edecán de los presidentes Héctor J. Cámpora y Juan D. Perón, y, como Jefe de la Casa Militar, encargado de la seguridad presidencial, formuló en la causa donde se investiga el secuestro y asesinato del Coronel Larrabure trascendentes declaraciones, de directa incidencia en el debate judicial abierto para determinar si los crímenes de la guerrilla son o no de lesa humanidad.
Recientemente la Cámara de Casación Penal (sala I), en la causa que investiga la participación de Mario Eduardo Firmenich, Horacio Verbitsky y otros en el atentado perpetrado contra la Superintendencia de Seguridad de la Policía Federal Argentina, en julio de 1976, entendió que en los '70 no habría habido en la Argentina conflicto armado interno alguno, sino meros enfrentamientos desorganizados, aislados y esporádicos.
La visión de los camaristas es radicalmente diferente de la del presidente Perón, quien --según declarara su edecán-- pensaba que esos hechos constituían un ataque sistemático a la población civil, dirigidos a una multiplicidad de víctimas de diferentes profesiones, edades y religiones.
Preguntado si pensaba Perón que Argentina estaba viviendo un conflicto armado interno, con una violencia sostenida, y de un importante grado de intensidad, o interpretaba los hechos cometidos por las organizaciones guerrilleras como "situaciones de tensiones internas, disturbios interiores, motines o actos esporádicos y aislados de violencia", respondió Corral: "Perón creía que era una cuestión grave", revelando que "Perón pensaba en un principio que eran hechos aislados luego consideró que había una conducción centralizada, delineada con un objetivo político"
¿Había o no para Perón complicidad entre sectores gubernamentales y los miembros del ERP y Montoneros?, le preguntó la querella.
"Pudo haberlo sospechado", respondió Corral, aclarando que luego del ataque del ERP al Regimiento de Azul ocurrido en enero de l973, "fue la primera vez que lo vio exaltado, dijo que le prepararan el uniforme y que quería hablar", y que la frase contenida en el discurso que entonces pronunciara: "No es por casualidad que estas acciones se produzcan en determinadas jurisdicciones, obedece a una impunidad en que la desaprensión e incapacidad lo hacen posible. Por lo que sería aún peor si mediara como se sospecha una tolerancia culposa", entendía que "se refería a las cabezas de esas jurisdicciones".
¿Por qué Perón consideró en riesgo la existencia misma de la Patria? ¿Cuál era el plan criminal que temía se llevara adelante?, insistió la querella leyéndole otro párrafo del citado discurso que expresa:
"Pido asimismo a todas las fuerzas políticas y al pueblo en general que tomen partida activa en la defensa de la república, que es la atacada en las actuales circunstancias. Ya no se trata de contiendas políticas parciales, sino de poner coto a la acción criminal que atenta contra la existencia misma de la patria y sus instituciones y que es preciso destruir antes que nuestra debilidad produzca males que puedan llegar a ser irreparables en el futuro"
"Aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal es una tarea que compete a todos los que pretendemos una patria justa, libre y soberana, lo que nos obliga perentoriamente a movilizarnos en su defensa y empeñarnos decididamente en la lucha a que dé lugar. Sin ello, ni la reconstrucción nacional ni la liberación serán posibles".
El ex edecán respondió: "el general Perón ante la asechanza de un ataque a la sociedad y a las autoridades nacionales, temía de ello y aseguraba que había que prepararse para ese ataque; cualquiera hubiera podido darse cuenta que ante la agresión que se vivía podía pasar cualquier cosa, destacando, en relación a los ataques de la guerrilla a los regimientos de Azul, y Formosa, que "los hechos demuestran" que aquélla, además del consiguiente poder de fuego, tenía capacidad para planificar el ataque y desplazar sus efectivos.
Reveló también que Perón le había manifestado su descontento con la amnistía dictada en mayo de 1973, haciéndole una referencia sobre si "sabía lo difícil que era buscar un pajarito día por día para ponerlos en una jaulita, lo que costó mucho, hasta que un día le abren la jaula, los pajaritos se vuelan y luego le piden: "tráeme los pajaritos nuevamente".
Agregó que, en junio de 1973, antes de salir de Madrid, Perón dijo que no regresaba al país hasta tanto no se desocupen los edificios, dado que muchos edificios públicos estaban siendo ocupados. Ya en el avión fue Corral informado por el edecán de turno que en Ezeiza se estaba combatiendo. Informado Cámpora, éste le preguntó: ¿Qué hacemos ahora, qué se le dice al general?. ¿Perón se dio inmediatamente cuenta que algo anormal pasaba?
"Al día siguiente --continuó-- se produjo en la casa de Gaspar Campos una reunión para analizar los hechos violentos sucedidos en Ezeiza, donde estaba casi todo el gabinete y Perón, quien dijo que "la pacificación del país está por encima de cualquier idea, hay que conseguir la pacificación a cualquier costo", "e indirectamente, a su entender, le hizo reproches a Cámpora, diciéndole "esto es un desborde, ayúdennos, vamos juntos, primero hay que tranquilizar al país".
En relación al entonces ministro del Interior, Esteban Righi, aclaró que "Perón no lo nombró a Righi, pero sí expresó que "no había control" y luego dijo: "esto hay que arreglarlo"; "no acusó a nadie en particular, pero en general reprochó que había falta de conducción".
Preguntado respectó a qué juicio merecía a Perón la acción política de Cámpora desde su asunción como presidente hasta su renuncia, respondió: "el trato entre los dos era muy seco y el mínimo, nunca le escuchó reproches, cuando se enojaba hablaba del grupo, sin individualizar". "Perón --dijo-- estaba absolutamente lúcido, hasta darse cuenta que debía delegar el mando, lo que así hizo", aclarando que sus médicos, los Doctores Cossio, padre e hijo, "eran personas de su más absoluta confianza".
Fuente: La Nueva Provincia.