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Cuerpos físicos y escalafones evolutivos. Por David Topí. |
Muchas veces hemos comentado que una entidad o Yo Superior, pasa por diferentes niveles evolutivos desde su “nacimiento” o “creación”, y que actualmente, nosotros llamamos “tercer nivel” o “tercera densidad”, al nivel en el cual nos encontramos encarnando como seres humanos. El proceso básicamente empieza en un nivel de conciencia que llamamos de primera densidad, pasa a otro que llamamos de segunda densidad, luego a esta tercera, y pronto, posiblemente, algunos pasarán a una cuarta. Sin embargo, estos saltos no son tan bruscos, sino que los vamos haciendo progresivamente y usando diferentes vehículos físicos para ello.
Eones de tiempo como rocas
Lo que llamamos primera densidad no es sino el nivel de conciencia que un Yo Superior tiene “recién nacido”, y cuyo soporte físico y vehículo evolutivo no es otra cosa que rocas y minerales. Este vehículo evolutivo puede ser uno de nuestro planeta o uno de cualquier parte del universo que sea equivalente, es decir, que podemos haber completado nuestra primera densidad en la constelación de Pegaso, por decir algo, en lo que en esa parte de la galaxia esté disponible como soporte para entidades 1D.
En este caso, no tiene sentido hablar de “encarnaciones”, sino, más bien, de cuantos “ciclos” hemos necesitado para completar ese primer nivel. Un ciclo no es otra cosa que el tiempo que tarda un planeta en abrir un nivel evolutivo superior gracias a las energías que llegan periódicamente desde “el universo” (es decir, cada X miles de años, gracias a las olas de energía que recorren el universo, cada sistema planetario puede “subir” de curso al interactuar con esa “ola”). Así, hemos podido tener varias oportunidades de pasar de 1D a 2D con la llegada de cada nuevo ciclo, pero solo cuando hemos estado “listos” y hemos completado las “lecciones” de ese 1D se puede aprovechar el salto y empezar a encarnar como 2D.
Los diferentes estadios de la segunda densidad
También es muy posible que tras haber completado 1D en Pegaso, por ejemplo, decidamos cambiar y aprovechar el salto para empezar a hacer 2D en nuestro planeta o en cualquier otro que ponga a disposición esos trajes evolutivos que proporcionan un nivel de experiencia superior. Es lo que llamamos segunda densidad. En este caso, el proceso empieza por encarnar en plantas, probablemente en plantas de orden menor, y a medida que evolucionamos, empezamos a usar plantas, arbustos y árboles que sean capaces de albergar una conciencia que se está expandiendo y creciendo progresivamente. De nuevo, no tiene sentido hablar de cuantas encarnaciones hemos tenido, sino de cuanto tiempo hemos pasado para ir dado esos pequeños saltos.
Tras haber crecido y encarnado en la flora, pasamos a ocupar cuerpos un poco más desarrollados en formas animales más básicas, pero con mayor potencial para albergar una conciencia que ya tiene un mínimo nivel 2D. Tras diferentes periodos, indeterminados, podemos ir ocupando cada vez cuerpos animales más desarrollados y mas inteligentes, llegando a aquellas formas animales que interactúan con seres humanos, el siguiente nivel evolutivo, como preparación para el salto que vamos a dar.
El proceso intermedio 2D a 3D
Así, llega un momento en el cual es probable que hayamos encarnado en algún tipo de raza de animal cercano al hombre (si ha sido en nuestro planeta, sino, podéis imaginar el equivalente a un cuerpo 2D interactuando con entidades 3D de donde sea). Este tipo de encarnaciones son las ultimas como puras entidades 2D, ya que nos encontramos con un nivel evolutivo lo suficientemente grande para dar el salto.
Sin embargo, este salto a 3D es tremendamente grande, y no se hace directamente, sino que usamos un tipo de vehículo intermedio, que llamamos portales orgánicos, que nos sirven de preparación. Estos cuerpos físicos son idénticos al cuerpo físico que ocupa una entidad 3D completa, pero genéticamente tienen menos posibilidad de desarrollo, son simplemente, “vehículos evolutivos de paso”. Aquí ya podemos hablar de encarnaciones, es decir, cuantas veces hemos encarnado en un PO antes de asumir el nivel de conciencia suficiente para hacerlo en un cuerpo humano.
Finalmente, 3D
Y llega el día en el cual hemos completado, tras eones, un periplo que nos ha llevado hasta donde nos encontramos ahora, y en el cual llevamos inmersos también la tira de tiempo, posiblemente unos cuantos miles de miles de años, en unas cuantas miles de encarnaciones. Muchas personas habrán hecho todo este camino en este planeta, otras habrán ido cambiando y habrán completado partes en un lado y partes en otro, pero ahora, todos estamos aquí terminando las ultimas “clases” de esta 3D. Cuando toque, aquellos que hayan hecho los deberes podrán seguir adelante y empezar un nuevo curso, los que no, pues a seguir en este hasta que terminemos lo que tengamos que terminar, y cuando se de la oportunidad, expandir de nuevo nuestra conciencia para seguir creciendo. Lo llevamos haciendo durante tanto tiempo, que, a nivel de Yo Superior, parece que no llega nunca el momento de una nueva graduación.
Fuente: David Topí.